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Banguat pronostica un crecimiento en casi todos los sectores

Allan Martinez
25 de abril, 2016

El presidente del Banco de Guatemala (Banguat), Sergio Francisco Recinos, afirma que las proyecciones económicas son optimistas y ve un crecimiento de casi todos los sectores productivos y una mejora en las producciones de café, banano, azúcar y minerales; sin embargo, considera que hay desaceleración por parte de las economías dominantes en Latinoamérica y leve crecimiento en la Eurozona. “La inflación se mantiene contenida por lo que las economías estarán relativamente seguras siempre y cuando los problemas gepolíticos de otros países, como los productores de petróleo, no disparen los precios.

¿Cuál es el panorama de la economía mundial?

Hemos visto el crecimiento y la recuperación continúa a un ritmo mucho más lento del previsto a finales del año pasado y a inicios de 2016. De esa cuenta, las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional, y otros organismos registran un crecimiento del 3.2 por ciento a nivel mundial. Anteriormente estaba un poco arriba la estimación.

Para 2017 se prevé un 3.5. La economía que sí está dinámica para la región, es la de Estados Unidos, y en ese caso se está previendo un crecimiento de 2.1 para este año y 2.4 para el próximo. También un poco por debajo de dónde se había previsto a finales del año, pero continúa subiendo.

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Como usted bien sabe, la FED inició la normalización de la política monetaria que significan alzas en la tasa de interés en diciembre y a inicios de este año se esperaban unos dos aumentos. Estas son señales de que la economía sigue creciendo a un ritmo moderado.

¿Cuáles son los riesgos a nivel internacional que pueden afectar el panorama económico?

Los principales riesgos están connotados más por sistemas políticos, por ejemplo, en Oriente Medio, así como otras tensiones geopolíticas que pudieran aumentar y eso significaría un incremento en el precio del petróleo y tendría implicaciones en toda la economía mundial que, si se materializan, cambian todo el panorama.

Otro riesgo es la economía de China. Hay una desaceleración que viene de unos tres años atrás y actualmente se prevé un crecimiento de un 6.5 por ciento. Para cualquier economía podría ser muy bueno; sin embargo, para China, que venía con porcentajes de 10 por ciento, significa una desaceleración importante.

Ellos son importadores de materias primas y tienen muchos vínculos con la economía mundial en materia de comercio. De continuar desacelerándose, se prevé para el otro año, y dado que las últimas estimaciones apuntan a 6.2 por ciento si se dan otros estos riesgos adicionales, podría crecer menos y eso tendrá implicaciones para la economía global.

Otro riesgo que se ha considerado está pasando en Rusia, Brasil y Latinoamérica, con recesiones y crecimientos negativos. Rusia es un economía grande que tiene influencia en Europa en todo el tema del gas y es también una de las economías que de alguna manera, está metida en temas geopolíticos, por lo que no hay que perderla de vista. Y lo otro es que Brasil tiene problemas económico-políticos con la presidenta Dilma Rousseff. De hecho, para Brasil se espera una tasa negativa de 3.8 para este año y para Rusia un 1.7 por ciento negativo.

Afortunadamente con Brasil, los vínculos que tiene Centroamérica son bastante pequeños. China un poco más, pero en el crecimiento que estamos previendo para este año ya está contemplado esto, aunque para las economías de Argentina, Chile, Uruguay, Venezuela y Colombia, podría traer una consecuencia adicional negativa.

En el caso de Europa, si bien se está recuperando, su paso es lento. Tenemos el caso de los precios de las materias primas y eso, de manera global, significa un riesgo para los exportadores. En Guatemala, Centroamérica y República Dominicana, nos ha favorecido porque somos importadores netos. En el caso del petróleo significó un ahorro para Guatemala de más o menos US$1 mil 50 millones y para 2016 estimamos unos US$500 millones.

Otro de los fenómenos que ocurren es la volatilidad de los mercados financieros internacionales que de alguna manera generan incertidumbre y movimientos de capitales que pueden impactar los tipos de cambios, como está pasando en los países de América del Sur, que atraviesan depreciaciones bancarias influidas tanto por el comportamientos de los mercados financieros internacionales, y en el caso de México, y por la caída de los precios del petróleo.

¿Dónde se ubica el tema de la inflación?

Una buena noticia a nivel mundial es que la inflación está contenida y en las economías desarrolladas están contenidas hacia la baja a niveles récord, por ejemplo, EE.UU. tiene una inflación de 0.85, la zona del Euro negativa 0.05, Reino Unido con una inflación 0.50 y Japón 0.30. Para el área centroamericana y del caribe tenemos El Salvador con 1.12, Costa Rica negativo con -1.09, Honduras con 2.48, Nicaragua con 3.66 y República Dominicana con –1.59 y en el caso de Guatemala 4.26 por ciento. En Latinoamérica también sucede que está contenida la inflación, por ejemplo Brasil con 9.39 y Colombia con 7.98.

En el ámbito interno, a inicios de abril, tuvimos las cifras del último trimestre del año pasado y ya observadas se confirma el crecimiento del 4.1 por ciento del año pasado, donde casi todos los sectores mostraron un crecimiento siendo los más dinámicos: la explotación de minas y canteras con un crecimiento de 10.1 e intermediación financiera con 18.

En Guatemala tendremos un crecimiento previsto de 3.1 a 3.9 por ciento. Estaba pensando que podríamos estar cerca del techo que es 3.9, pero los departamentos técnicos prevén una desaceleración, siempre cerca del techo, como 3.8 por ciento.

¿Es eso suficiente para las necesidades que tiene el país?

Eso no es suficiente. Tenemos una tasa de crecimiento poblacional del 2.4 y si le quita eso, estaríamos creciendo un 1.2 o 1.4, lo más. Claro, es positivo, pero no es suficiente. Lo ideal es crecer arriba del 4.5 o 5.5, pero hay limitaciones estructurales. Nuestros cálculos del PIB potencial al crecimiento máximo que pueda tener una economía, dado los factores estructurales de sus fundamentos, es 3.5 por ciento con un margen de fluctuación, pero deberíamos aumentarlo a 4.5 y 5 por ciento para que crezca sostenidamente con una trayectoria de esa magnitud.

Actualmente tenemos restricciones en el ámbito externo porque la economía internacional no está en su mejor momento, aunque viene esa recuperación y en el ámbito interno hay que hacer reformas importantes, como por ejemplo más gasto de inversión en infraestructura y en capital humano, salud y educación. A veces pareciera un discurso, pero está comprobado científicamente que si usted tiene una población sana y educada, eso le incrementará en potencial de crecimiento y la en mejora de los ingresos fiscales. Es muy complicado de hablar, como primer paso hay que rescatar la SAT porque es un hecho que afecta la economía.

¿Cómo es posible que aunque la SAT no esté a toda marcha, se tengan proyecciones optimistas? ¿Cómo se explica eso?

Nuestro crecimiento es 3.1 a 3.9 por ciento, y aunque la tasa es positiva, hay que crecer más y eso contempla los ingresos fiscales y el nivel de gasto que tiene el gobierno, pensado en el presupuesto de 1.6 y ahí tiene establecido toda la parte de ingresos y gastos, y si logra incrementar lo que están solicitando y ojalá que no sea con la deficiencia neta, se esperaría más gasto y podría llegar a 1.9 por ciento y eso al final tiene un elemento multiplicador. Eso podría en algún momento motivar la economía y tendríamos que platicar sobre la calidad de gasto. Pero si asumimos que el gasto es transparente y una parte va a inversión de capital humano y otra a infraestructura, podríamos ver una aceleración, que en términos de crecimiento probablemente podría llegar al 3.9.

Cuando uno ve el crecimiento por la demanda, que quiere decir cuánto aporta el gasto del gobierno en los hogares, la inversión que es otro componente, y el comercio exterior que son las exportaciones y las importaciones en términos reales sin tomar en cuenta uno, se da cuenta que al cierre de 2015, el crecimiento fue similar al de 2014, que fue de 4.1 por ciento. ¿Qué fue lo que ocurrió?, que a pesar que el gobierno, que pesa más del 10 por ciento en generación del PIB, cayó 0.1 por ciento, el consumo de las familias creció 5.8 por ciento y el consumo de las familias pesa el 85 por ciento del PIB y a pesar que vimos una caídas en los precios internacionales de lo que importamos y exportamos, el aporte en términos reales, sin incluir el precio de las exportaciones, fue 4 por ciento y de las importaciones es de 8.9 por ciento. Otro de los temas relevantes en 2015 fue que la inversión creció un 5.5 por ciento y esos fueron algunos compensadores de la desaceleración del gobierno.

¿Cómo ve el crecimiento en los sectores productivos?

En 2016 esperamos crecimientos en todos los sectores y en el que más esperamos crecimiento es el de intermediación financiera. Luego el sector de electricidad con un 4.5 por ciento, comercio 3.9, industria 3.4 y agricultura 3.2 por ciento.

El Índice de Confianza Económica que se construye con base en la encuesta da positivo y el último dato de marzo es de 61.54. Este índice cayó a un 20 por ciento; un nivel histórico que duró hasta antes de las elecciones de la primera vuelta en 2015. Hay expectativas positivas de parte de los agentes económicos.

En exportaciones vemos que luego del 7.5 por ciento, el crecimiento tanto en el volumen como el valor, ha decaído en productos como café, azúcar, así como el plomo y en general, los metales.

¿Cuáles serán las proyecciones para el café?

Con relación al café, vemos que las exportaciones crecerán alrededor del 1 por ciento, lo cual será bajo, pero lo que ocurre es que venimos de tres años en donde las exportaciones de café han tenido una tasa de variación negativa, por un lado porque ha caído el precio del petróleo y por otro lado, el tema de la roya que también afectó los cultivos. Esto fue particularmente importante en 2013 donde las exportaciones del café cayeron un 25 por ciento.

Si usted cree que un 1 por ciento de crecimiento es malo, pues venimos de caídas bastante negativas y esa estimación considera el precio bajo y registra una reducción de 0.6 por ciento y el volumen se incrementaría un 0.8 por ciento. Esto fue porque el valor de las exportaciones está constituido por el volumen y el precio. Entonces, el volumen estaría muy limitado y el precio está un poco a la baja, pero ese volumen también estaría mejorando respecto a años anteriores.

Y esto fue así porque en 2015 los cultivos de café se vieron afectados por la canícula prolongada que redujo la productividad, es decir, el rendimiento del cultivo por manzana cuadrada que se cultiva y eso no es fácil de recuperar en el corto plazo. Estimamos que para 2016 todavía tendría algún impacto en la producción. El otro tema es el incentivo, porque el precio todavía no aumenta lo suficiente como para que aquellas fincas que sustituyeron el cultivo del café, por otro que fuera más rentable, retornen a esta siembra, pero para el 2017 las previsiones son positivas y se estaría recuperando la producción. Esperamos que también haya algún tipo de normalización de precios y ya no ver caídas en el precio, sino ligeros aumentos.

Ahora se cotiza el valor del quintal por US$170, en 2013 llegó a US$120.

¿Y cuál es la expectativa en el caso del banano?

El banano sufrió la misma suerte que el café con el tema de la canícula prolongada. Se espera que para 2016 la producción tenga alguna mejora en el precio medio, muy limitado porque cayó al ritmo que lo hacían las otras materias primas. Pensamos que sería una tasa de crecimiento de 2.1 por ciento en cuanto a precio y un crecimiento al volumen del 3.1 por ciento.

¿Cuáles son las proyecciones para la producción de azúcar?

En 2016 hay una caída prevista de 2.5 por ciento en el precio y un 5 por ciento en el volumen. El precio es porque Brasil está produciendo más de lo que producía antes. En las zonas productoras hubo una mejora en cuestiones climáticas, que era lo que había estado afectando en algún momento la producción en Brasil, pero eso ya se superó.

No creemos que vuelva a suceder una caída como la de 2015, de cerca del 11 por ciento, porque se daría una mejora en las exportaciones que son bajas, pero han venido creciendo, ya que China e Indonesia han empezado a importar azúcar nacional y la demanda de EE.UU., que se ha mantenido relativamente estable.

¿En cuanto a otro productos que ustedes consideren representativos?

El plomo tuvo un crecimiento fuerte. Para 2015 registró un 4 por ciento en el precio medio y el volumen 4.5 por ciento. Antes había tenido un crecimiento del un 64 por ciento, pero antes no había.

En el tema del caucho, ese grupo donde se encuentra el producto, se había deprimido. Los precios internacionales no se han recuperado, por lo que el aporte de las exportaciones sería nula.

La Mina San Rafael ha disminuido su producción de plomo y la Mina Marlin, que produce oro, ya está en su cierre técnico y exporta muy poco. Son factores adicionales al comportamiento internacional y para el caso del comercio en Guatemala están afectando. El caucho también tuvo una caída en su precio y volumen.

¿Y las importaciones?

Vemos una aceleración y está determinado por la caída del precio del petróleo y observamos un crecimiento fuerte de 11.6 por ciento,  porque si analizamos el año pasado, fue 3.1 en volumen y antepasado 13.4 por ciento y los anteriores 3.7 y 6.5 por ciento. En el caso de importaciones notamos que en volumen se levantó.

En cuanto a las remesas ¿cómo será este año?

Las remesas han evolucionado favorablemente con un crecimiento del 13.4 y eso significa: US$6 mil millones y ya tenemos a marzo de 2016, un crecimiento de 19.1 por ciento comparado con el año pasado y eso significa y creemos que pueda crecer un 9 y 12 por ciento, llegando a casi US$7 mil millones (US$6 mil 945 millones, para ser exactos).

Es una cantidad importante que viene a ayudar a compensar el ingreso de las familias de menores ingresos y eso se concentra en la clase media baja. Sirve de compensador social y más del 50 por ciento de las remesas se destina regularmente a consumo. Derivado del comportamiento de las remesas y ahorros de capital, estimamos un déficit de cuenta corriente de 0.4 este año y 0.3 por ciento, digamos casi equilibrado y eso ha favorecido el comportamiento del tipo de cambio.

En términos de agregados monetarios, el crédito al sector bancario y del sector privado a los agentes económicos estimamos que crecerá 10.3 por ciento y podría subir a 10.5 por ciento. El crédito en moneda extranjera, a tasas más altas, se ha venido desacelerando que es lo que se ha buscado y de hecho hay un reglamento que lo buscaba y hay una modificación que es de riesgo crediticio, buscando atenuar un poco el crecimiento del crédito en dólares.

Las tasas de interés tienen una tendencia a la baja para empresariales mayores de 7.51 por ciento, según el último dato y para empresariales menores 11.52 y los hipotecarios de vivienda 10.05 en promedio.

¿Se detectó alguna desaceleración por el consumo de tarjetas de crédito?

Antes de la aprobación de la Ley de Tarjetas de Crédito habíamos visto una desaceleración, ahora que la Corte de Constitucionalidad, la suspendió provisionalmente ya nos han dado algunos avisos que van a revertir esos cargos y sí vimos una desaceleración. De haber seguido se hubieran empezado a recoger tarjetas, especialmente a las personas de menor ingreso.

Ahora que la suspendieron se está estabilizando y van a revertir los cargos y se estabilizará todo y por lo menos la Asociación Bancaria de Guatemala está muy anuente a que se haga una nueva ley, pero técnicamente diseñada.

No sé por qué la aprobaron de urgencia nacional. Fue sorpresivo. Nuestra postura es que si haya una ley, se regulen todos esos abusos. Una ley que proteja al consumidor como sucede en los países desarrollados y en algunos países de Latinoamérica. Que se tipifique el delito de clonación de tarjetas y que tenga una pena ejemplar en materia penal. Quitar el acoso al consumidor, tanto para cobrar como para darle tarjeta.

Lo que si no estaba bien en esa ley es que se había fijado una tasa muy baja y es un crédito al consumo que tiene riesgo y según la Superintendencia de Bancos, solo había una empresa emisora que podía vivir con esa tasa y las demás podrían disminuir sus usuarios. Al final, mucha gente que tiene una tarjeta de crédito la iba a perder. Otro de los temas es educación financiera.

Usándola responsablemente, es útil. Y vimos anuencia de los emisores que se elabore una nueva ley porque la que se hizo tenía muchas contradicciones técnicas y jurídicas. Nuestro recurso versó en nuestro ámbito de competencia de la Junta Monetaria que tenía que ver con la tasa de interés que atentaba contra el mecanismo de transmisión, la política monetaria y los artículos 132 y 133 de la Constitución Política de la República y no nos metimos a muchos temas de carácter mercantil y mercado.

¿Qué riesgos pueden afectar la economía del país?

Uno de ellos es que no se apruebe la readecuación presupuestaria porque hay peligro de ejecución por parte del Ministerio de Finanzas. Eso podría disminuir el gasto del gobierno, corriente o capital, que se traduce en una desaceleración de la economía y podríamos sezgarnos al límite inferior. Luego el tema de ataque a la corrupción, que es positivo. Los guatemaltecos están contra esos sistemas de corrupción que hay que eliminar. Vamos a ver cómo sigue el escenario porque desde el punto de vista de la inversión extranjera, es posible que merme un poco y es lógico, en tanto el panorama se aclara. Desde el punto de vista de transparencia de gasto, es positivo.

Son temas complejos que hay que atacar y castigar a los implicados, pero desde el punto de vista del comercio va a tener una implicación, ojalá se resuelva rápido. Desde el punto de vista legal, hay que superarlo. Se debe buscar el origen de esa negociación, establecer si hay ilícitos, responsables y medidas a adoptar y debe solucionarse antes de pensar en que siga funcionando.

Entendemos que el contrato de TCQ fue cedido a otra empresa que genera un complicación adicional y eso tiene que responder a la juridicidad legítima de la operación original, es complicado. Y si le añade operaciones y obligaciones contraídas de buena fe, donde todo tiene una apariencia de legalidad para darle continuidad a la operación, ahí pueden afectarse derechos de terceros. Hay unas complicaciones de buena fe. Incluso lo que dice el Banco Mundial de su financiera, son temas que hay que dilucidar cómo se establece esa actuación.

¿Cuál es el comportamiento de la inflación?

En cuanto al tema de inflación de 2015, se cerró en 3.07. Históricamente baja y cercana a la meta baja del 4 por ciento. Vimos en enero una aceleración por la oferta. El precio del tomate, más del 60 por ciento afectado por las lluvias del último trimestre del año pasado. Nuestros técnicos nos dijeron que se iba a disipar y las estimaciones quedaron en un 4 por ciento para este año.

En febrero tuvimos una desaceleración y en marzo también, no muy importante, estamos en 4.26 por ciento y está dentro de lo que se habría previsto.

Hay que estar atento al fenómeno de El Niño y La nNña y la inflación estará dentro del rango meta.  La Junta Monetaria, si es necesario tomar una medida política para atenuar algún cambio, se tomará y habrá riesgos internos.


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Banguat pronostica un crecimiento en casi todos los sectores

Allan Martinez
25 de abril, 2016

El presidente del Banco de Guatemala (Banguat), Sergio Francisco Recinos, afirma que las proyecciones económicas son optimistas y ve un crecimiento de casi todos los sectores productivos y una mejora en las producciones de café, banano, azúcar y minerales; sin embargo, considera que hay desaceleración por parte de las economías dominantes en Latinoamérica y leve crecimiento en la Eurozona. “La inflación se mantiene contenida por lo que las economías estarán relativamente seguras siempre y cuando los problemas gepolíticos de otros países, como los productores de petróleo, no disparen los precios.

¿Cuál es el panorama de la economía mundial?

Hemos visto el crecimiento y la recuperación continúa a un ritmo mucho más lento del previsto a finales del año pasado y a inicios de 2016. De esa cuenta, las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional, y otros organismos registran un crecimiento del 3.2 por ciento a nivel mundial. Anteriormente estaba un poco arriba la estimación.

Para 2017 se prevé un 3.5. La economía que sí está dinámica para la región, es la de Estados Unidos, y en ese caso se está previendo un crecimiento de 2.1 para este año y 2.4 para el próximo. También un poco por debajo de dónde se había previsto a finales del año, pero continúa subiendo.

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Como usted bien sabe, la FED inició la normalización de la política monetaria que significan alzas en la tasa de interés en diciembre y a inicios de este año se esperaban unos dos aumentos. Estas son señales de que la economía sigue creciendo a un ritmo moderado.

¿Cuáles son los riesgos a nivel internacional que pueden afectar el panorama económico?

Los principales riesgos están connotados más por sistemas políticos, por ejemplo, en Oriente Medio, así como otras tensiones geopolíticas que pudieran aumentar y eso significaría un incremento en el precio del petróleo y tendría implicaciones en toda la economía mundial que, si se materializan, cambian todo el panorama.

Otro riesgo es la economía de China. Hay una desaceleración que viene de unos tres años atrás y actualmente se prevé un crecimiento de un 6.5 por ciento. Para cualquier economía podría ser muy bueno; sin embargo, para China, que venía con porcentajes de 10 por ciento, significa una desaceleración importante.

Ellos son importadores de materias primas y tienen muchos vínculos con la economía mundial en materia de comercio. De continuar desacelerándose, se prevé para el otro año, y dado que las últimas estimaciones apuntan a 6.2 por ciento si se dan otros estos riesgos adicionales, podría crecer menos y eso tendrá implicaciones para la economía global.

Otro riesgo que se ha considerado está pasando en Rusia, Brasil y Latinoamérica, con recesiones y crecimientos negativos. Rusia es un economía grande que tiene influencia en Europa en todo el tema del gas y es también una de las economías que de alguna manera, está metida en temas geopolíticos, por lo que no hay que perderla de vista. Y lo otro es que Brasil tiene problemas económico-políticos con la presidenta Dilma Rousseff. De hecho, para Brasil se espera una tasa negativa de 3.8 para este año y para Rusia un 1.7 por ciento negativo.

Afortunadamente con Brasil, los vínculos que tiene Centroamérica son bastante pequeños. China un poco más, pero en el crecimiento que estamos previendo para este año ya está contemplado esto, aunque para las economías de Argentina, Chile, Uruguay, Venezuela y Colombia, podría traer una consecuencia adicional negativa.

En el caso de Europa, si bien se está recuperando, su paso es lento. Tenemos el caso de los precios de las materias primas y eso, de manera global, significa un riesgo para los exportadores. En Guatemala, Centroamérica y República Dominicana, nos ha favorecido porque somos importadores netos. En el caso del petróleo significó un ahorro para Guatemala de más o menos US$1 mil 50 millones y para 2016 estimamos unos US$500 millones.

Otro de los fenómenos que ocurren es la volatilidad de los mercados financieros internacionales que de alguna manera generan incertidumbre y movimientos de capitales que pueden impactar los tipos de cambios, como está pasando en los países de América del Sur, que atraviesan depreciaciones bancarias influidas tanto por el comportamientos de los mercados financieros internacionales, y en el caso de México, y por la caída de los precios del petróleo.

¿Dónde se ubica el tema de la inflación?

Una buena noticia a nivel mundial es que la inflación está contenida y en las economías desarrolladas están contenidas hacia la baja a niveles récord, por ejemplo, EE.UU. tiene una inflación de 0.85, la zona del Euro negativa 0.05, Reino Unido con una inflación 0.50 y Japón 0.30. Para el área centroamericana y del caribe tenemos El Salvador con 1.12, Costa Rica negativo con -1.09, Honduras con 2.48, Nicaragua con 3.66 y República Dominicana con –1.59 y en el caso de Guatemala 4.26 por ciento. En Latinoamérica también sucede que está contenida la inflación, por ejemplo Brasil con 9.39 y Colombia con 7.98.

En el ámbito interno, a inicios de abril, tuvimos las cifras del último trimestre del año pasado y ya observadas se confirma el crecimiento del 4.1 por ciento del año pasado, donde casi todos los sectores mostraron un crecimiento siendo los más dinámicos: la explotación de minas y canteras con un crecimiento de 10.1 e intermediación financiera con 18.

En Guatemala tendremos un crecimiento previsto de 3.1 a 3.9 por ciento. Estaba pensando que podríamos estar cerca del techo que es 3.9, pero los departamentos técnicos prevén una desaceleración, siempre cerca del techo, como 3.8 por ciento.

¿Es eso suficiente para las necesidades que tiene el país?

Eso no es suficiente. Tenemos una tasa de crecimiento poblacional del 2.4 y si le quita eso, estaríamos creciendo un 1.2 o 1.4, lo más. Claro, es positivo, pero no es suficiente. Lo ideal es crecer arriba del 4.5 o 5.5, pero hay limitaciones estructurales. Nuestros cálculos del PIB potencial al crecimiento máximo que pueda tener una economía, dado los factores estructurales de sus fundamentos, es 3.5 por ciento con un margen de fluctuación, pero deberíamos aumentarlo a 4.5 y 5 por ciento para que crezca sostenidamente con una trayectoria de esa magnitud.

Actualmente tenemos restricciones en el ámbito externo porque la economía internacional no está en su mejor momento, aunque viene esa recuperación y en el ámbito interno hay que hacer reformas importantes, como por ejemplo más gasto de inversión en infraestructura y en capital humano, salud y educación. A veces pareciera un discurso, pero está comprobado científicamente que si usted tiene una población sana y educada, eso le incrementará en potencial de crecimiento y la en mejora de los ingresos fiscales. Es muy complicado de hablar, como primer paso hay que rescatar la SAT porque es un hecho que afecta la economía.

¿Cómo es posible que aunque la SAT no esté a toda marcha, se tengan proyecciones optimistas? ¿Cómo se explica eso?

Nuestro crecimiento es 3.1 a 3.9 por ciento, y aunque la tasa es positiva, hay que crecer más y eso contempla los ingresos fiscales y el nivel de gasto que tiene el gobierno, pensado en el presupuesto de 1.6 y ahí tiene establecido toda la parte de ingresos y gastos, y si logra incrementar lo que están solicitando y ojalá que no sea con la deficiencia neta, se esperaría más gasto y podría llegar a 1.9 por ciento y eso al final tiene un elemento multiplicador. Eso podría en algún momento motivar la economía y tendríamos que platicar sobre la calidad de gasto. Pero si asumimos que el gasto es transparente y una parte va a inversión de capital humano y otra a infraestructura, podríamos ver una aceleración, que en términos de crecimiento probablemente podría llegar al 3.9.

Cuando uno ve el crecimiento por la demanda, que quiere decir cuánto aporta el gasto del gobierno en los hogares, la inversión que es otro componente, y el comercio exterior que son las exportaciones y las importaciones en términos reales sin tomar en cuenta uno, se da cuenta que al cierre de 2015, el crecimiento fue similar al de 2014, que fue de 4.1 por ciento. ¿Qué fue lo que ocurrió?, que a pesar que el gobierno, que pesa más del 10 por ciento en generación del PIB, cayó 0.1 por ciento, el consumo de las familias creció 5.8 por ciento y el consumo de las familias pesa el 85 por ciento del PIB y a pesar que vimos una caídas en los precios internacionales de lo que importamos y exportamos, el aporte en términos reales, sin incluir el precio de las exportaciones, fue 4 por ciento y de las importaciones es de 8.9 por ciento. Otro de los temas relevantes en 2015 fue que la inversión creció un 5.5 por ciento y esos fueron algunos compensadores de la desaceleración del gobierno.

¿Cómo ve el crecimiento en los sectores productivos?

En 2016 esperamos crecimientos en todos los sectores y en el que más esperamos crecimiento es el de intermediación financiera. Luego el sector de electricidad con un 4.5 por ciento, comercio 3.9, industria 3.4 y agricultura 3.2 por ciento.

El Índice de Confianza Económica que se construye con base en la encuesta da positivo y el último dato de marzo es de 61.54. Este índice cayó a un 20 por ciento; un nivel histórico que duró hasta antes de las elecciones de la primera vuelta en 2015. Hay expectativas positivas de parte de los agentes económicos.

En exportaciones vemos que luego del 7.5 por ciento, el crecimiento tanto en el volumen como el valor, ha decaído en productos como café, azúcar, así como el plomo y en general, los metales.

¿Cuáles serán las proyecciones para el café?

Con relación al café, vemos que las exportaciones crecerán alrededor del 1 por ciento, lo cual será bajo, pero lo que ocurre es que venimos de tres años en donde las exportaciones de café han tenido una tasa de variación negativa, por un lado porque ha caído el precio del petróleo y por otro lado, el tema de la roya que también afectó los cultivos. Esto fue particularmente importante en 2013 donde las exportaciones del café cayeron un 25 por ciento.

Si usted cree que un 1 por ciento de crecimiento es malo, pues venimos de caídas bastante negativas y esa estimación considera el precio bajo y registra una reducción de 0.6 por ciento y el volumen se incrementaría un 0.8 por ciento. Esto fue porque el valor de las exportaciones está constituido por el volumen y el precio. Entonces, el volumen estaría muy limitado y el precio está un poco a la baja, pero ese volumen también estaría mejorando respecto a años anteriores.

Y esto fue así porque en 2015 los cultivos de café se vieron afectados por la canícula prolongada que redujo la productividad, es decir, el rendimiento del cultivo por manzana cuadrada que se cultiva y eso no es fácil de recuperar en el corto plazo. Estimamos que para 2016 todavía tendría algún impacto en la producción. El otro tema es el incentivo, porque el precio todavía no aumenta lo suficiente como para que aquellas fincas que sustituyeron el cultivo del café, por otro que fuera más rentable, retornen a esta siembra, pero para el 2017 las previsiones son positivas y se estaría recuperando la producción. Esperamos que también haya algún tipo de normalización de precios y ya no ver caídas en el precio, sino ligeros aumentos.

Ahora se cotiza el valor del quintal por US$170, en 2013 llegó a US$120.

¿Y cuál es la expectativa en el caso del banano?

El banano sufrió la misma suerte que el café con el tema de la canícula prolongada. Se espera que para 2016 la producción tenga alguna mejora en el precio medio, muy limitado porque cayó al ritmo que lo hacían las otras materias primas. Pensamos que sería una tasa de crecimiento de 2.1 por ciento en cuanto a precio y un crecimiento al volumen del 3.1 por ciento.

¿Cuáles son las proyecciones para la producción de azúcar?

En 2016 hay una caída prevista de 2.5 por ciento en el precio y un 5 por ciento en el volumen. El precio es porque Brasil está produciendo más de lo que producía antes. En las zonas productoras hubo una mejora en cuestiones climáticas, que era lo que había estado afectando en algún momento la producción en Brasil, pero eso ya se superó.

No creemos que vuelva a suceder una caída como la de 2015, de cerca del 11 por ciento, porque se daría una mejora en las exportaciones que son bajas, pero han venido creciendo, ya que China e Indonesia han empezado a importar azúcar nacional y la demanda de EE.UU., que se ha mantenido relativamente estable.

¿En cuanto a otro productos que ustedes consideren representativos?

El plomo tuvo un crecimiento fuerte. Para 2015 registró un 4 por ciento en el precio medio y el volumen 4.5 por ciento. Antes había tenido un crecimiento del un 64 por ciento, pero antes no había.

En el tema del caucho, ese grupo donde se encuentra el producto, se había deprimido. Los precios internacionales no se han recuperado, por lo que el aporte de las exportaciones sería nula.

La Mina San Rafael ha disminuido su producción de plomo y la Mina Marlin, que produce oro, ya está en su cierre técnico y exporta muy poco. Son factores adicionales al comportamiento internacional y para el caso del comercio en Guatemala están afectando. El caucho también tuvo una caída en su precio y volumen.

¿Y las importaciones?

Vemos una aceleración y está determinado por la caída del precio del petróleo y observamos un crecimiento fuerte de 11.6 por ciento,  porque si analizamos el año pasado, fue 3.1 en volumen y antepasado 13.4 por ciento y los anteriores 3.7 y 6.5 por ciento. En el caso de importaciones notamos que en volumen se levantó.

En cuanto a las remesas ¿cómo será este año?

Las remesas han evolucionado favorablemente con un crecimiento del 13.4 y eso significa: US$6 mil millones y ya tenemos a marzo de 2016, un crecimiento de 19.1 por ciento comparado con el año pasado y eso significa y creemos que pueda crecer un 9 y 12 por ciento, llegando a casi US$7 mil millones (US$6 mil 945 millones, para ser exactos).

Es una cantidad importante que viene a ayudar a compensar el ingreso de las familias de menores ingresos y eso se concentra en la clase media baja. Sirve de compensador social y más del 50 por ciento de las remesas se destina regularmente a consumo. Derivado del comportamiento de las remesas y ahorros de capital, estimamos un déficit de cuenta corriente de 0.4 este año y 0.3 por ciento, digamos casi equilibrado y eso ha favorecido el comportamiento del tipo de cambio.

En términos de agregados monetarios, el crédito al sector bancario y del sector privado a los agentes económicos estimamos que crecerá 10.3 por ciento y podría subir a 10.5 por ciento. El crédito en moneda extranjera, a tasas más altas, se ha venido desacelerando que es lo que se ha buscado y de hecho hay un reglamento que lo buscaba y hay una modificación que es de riesgo crediticio, buscando atenuar un poco el crecimiento del crédito en dólares.

Las tasas de interés tienen una tendencia a la baja para empresariales mayores de 7.51 por ciento, según el último dato y para empresariales menores 11.52 y los hipotecarios de vivienda 10.05 en promedio.

¿Se detectó alguna desaceleración por el consumo de tarjetas de crédito?

Antes de la aprobación de la Ley de Tarjetas de Crédito habíamos visto una desaceleración, ahora que la Corte de Constitucionalidad, la suspendió provisionalmente ya nos han dado algunos avisos que van a revertir esos cargos y sí vimos una desaceleración. De haber seguido se hubieran empezado a recoger tarjetas, especialmente a las personas de menor ingreso.

Ahora que la suspendieron se está estabilizando y van a revertir los cargos y se estabilizará todo y por lo menos la Asociación Bancaria de Guatemala está muy anuente a que se haga una nueva ley, pero técnicamente diseñada.

No sé por qué la aprobaron de urgencia nacional. Fue sorpresivo. Nuestra postura es que si haya una ley, se regulen todos esos abusos. Una ley que proteja al consumidor como sucede en los países desarrollados y en algunos países de Latinoamérica. Que se tipifique el delito de clonación de tarjetas y que tenga una pena ejemplar en materia penal. Quitar el acoso al consumidor, tanto para cobrar como para darle tarjeta.

Lo que si no estaba bien en esa ley es que se había fijado una tasa muy baja y es un crédito al consumo que tiene riesgo y según la Superintendencia de Bancos, solo había una empresa emisora que podía vivir con esa tasa y las demás podrían disminuir sus usuarios. Al final, mucha gente que tiene una tarjeta de crédito la iba a perder. Otro de los temas es educación financiera.

Usándola responsablemente, es útil. Y vimos anuencia de los emisores que se elabore una nueva ley porque la que se hizo tenía muchas contradicciones técnicas y jurídicas. Nuestro recurso versó en nuestro ámbito de competencia de la Junta Monetaria que tenía que ver con la tasa de interés que atentaba contra el mecanismo de transmisión, la política monetaria y los artículos 132 y 133 de la Constitución Política de la República y no nos metimos a muchos temas de carácter mercantil y mercado.

¿Qué riesgos pueden afectar la economía del país?

Uno de ellos es que no se apruebe la readecuación presupuestaria porque hay peligro de ejecución por parte del Ministerio de Finanzas. Eso podría disminuir el gasto del gobierno, corriente o capital, que se traduce en una desaceleración de la economía y podríamos sezgarnos al límite inferior. Luego el tema de ataque a la corrupción, que es positivo. Los guatemaltecos están contra esos sistemas de corrupción que hay que eliminar. Vamos a ver cómo sigue el escenario porque desde el punto de vista de la inversión extranjera, es posible que merme un poco y es lógico, en tanto el panorama se aclara. Desde el punto de vista de transparencia de gasto, es positivo.

Son temas complejos que hay que atacar y castigar a los implicados, pero desde el punto de vista del comercio va a tener una implicación, ojalá se resuelva rápido. Desde el punto de vista legal, hay que superarlo. Se debe buscar el origen de esa negociación, establecer si hay ilícitos, responsables y medidas a adoptar y debe solucionarse antes de pensar en que siga funcionando.

Entendemos que el contrato de TCQ fue cedido a otra empresa que genera un complicación adicional y eso tiene que responder a la juridicidad legítima de la operación original, es complicado. Y si le añade operaciones y obligaciones contraídas de buena fe, donde todo tiene una apariencia de legalidad para darle continuidad a la operación, ahí pueden afectarse derechos de terceros. Hay unas complicaciones de buena fe. Incluso lo que dice el Banco Mundial de su financiera, son temas que hay que dilucidar cómo se establece esa actuación.

¿Cuál es el comportamiento de la inflación?

En cuanto al tema de inflación de 2015, se cerró en 3.07. Históricamente baja y cercana a la meta baja del 4 por ciento. Vimos en enero una aceleración por la oferta. El precio del tomate, más del 60 por ciento afectado por las lluvias del último trimestre del año pasado. Nuestros técnicos nos dijeron que se iba a disipar y las estimaciones quedaron en un 4 por ciento para este año.

En febrero tuvimos una desaceleración y en marzo también, no muy importante, estamos en 4.26 por ciento y está dentro de lo que se habría previsto.

Hay que estar atento al fenómeno de El Niño y La nNña y la inflación estará dentro del rango meta.  La Junta Monetaria, si es necesario tomar una medida política para atenuar algún cambio, se tomará y habrá riesgos internos.