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Recuperar la salud pública: una crisis, una oportunidad.

Redacción
21 de abril, 2016

Guatemala es el más bajo de toda América Latina y representa solo el 1% del PIB? La salud en nuestro país ha sido histórica y crónicamente desfinanciada, una inconsistencia de tal magnitud en consideración con el crecimiento de nuestra población ya de 16 millones de habitantes. Hoy el sistema de salud pública atiende al doble de la población con el mismo presupuesto de hace 20 años.

Hemos sido testigos de cómo en el transcurso de los años y el paso de gobiernos variopintos del verde esperanza al anaranjado defenestrado, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social evidenció la exacerbación de todos los males que hoy cobran cientos de vidas a lo largo y ancho de la nación. Hoy la corrupción ha matado a más niños y adultos que en los 36 años del conflicto armado.

No soy salubrista o doctora, pero desde una lógica del desarrollo entiendo que los procesos son tan importantes como los resultados. Un proceso viciado y con múltiples fallas, engendrará un producto defectuoso. En los pasados dos gobiernos el MSPAS creció de manera desordenada y se volvió en una bolsa de empleo para quienes apoyaron la campaña del partido ganador y de diputados. Los conocedores de la estructura institucional dicen que el MSPAS sufrió una hipertrofia a nivel central, mientras abandonaban a su suerte los otros niveles de atención. Los buenos técnocratas fueron desplazados por personal que no reunía las competencias para los puestos, sin mérito o experiencia, se les daban las plazas con el único requisito de llevar una tarjeta de recomendación.

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En el olvido quedó la planificación con base a metas e indicadores de país… El primer nivel de atención quedó en casi cero presencias en zonas rurales, recargando así los otros niveles de atención y dejando en cero atención a millones de guatemaltecos. El enfoque de curar que tiene nuestro actual sistema de salud no hace mucha mella en frenar el 70% de los problemas de salud en la población. Curar versus prevenir: interesante análisis porque desde tanto en el ámbito privado de los negocios o en lo público, siempre, siempre, resulta más inteligente y más barato prevenir que hacer control de daños.

El Ministerio de Salud principalmente presta servicios y para ello requiere de una importante cantidad de dinero para el pago de personal, pero no podemos dejar de mencionar que el 66% del presupuesto actual se gasta en salarios, quedando menores porcentajes para compra de insumos, medicinas y gastos de infraestructura.

En momentos de crisis hay que priorizar y tomar decisiones difíciles. Hoy me preguntaban que valoración le doy a los 100 días de la gestión del gobierno del Presidente Morales en materia de salud, y le respondí que seguirá siendo el factor de clara y contundente voluntad política el principal catalizador para las grandes transformaciones que el sistema de servicios de salud necesita. En eso el presidente sigue siendo consistente, ahora viene la etapa de ejecutar y resolver prioridades, para que la población afectada y aquejada por enfermedades sienta que esta crisis se está paliando. Hay que pasar del discurso y la planificación a la acción.

Vemos una luz al final del túnel, el MSPAS lo tiene todo para retomar el rumbo: trabajadores dedicados, con vocación de servicio y buen nivel técnico, cuenta con herramientas de información para poder ordenar las necesidades (siempre que las usen), y retomar el rumbo proponiéndose mover los indicadores con base a las metas de salud que queremos alcanzar en estos cuatro años.

El Ministerio de Salud necesita todo el apoyo del Ejecutivo, sobre todo del Ministerio de Finanzas para dotarle de recursos necesarios observante de la calidad del gasto y la transparencia, y del Congreso, para que coadyuve con propuestas que desde la instrumentaría que da la legislación agilice procesos con sentido prioritario y no clientelar.

Recuperar la salud pública: una crisis, una oportunidad.

Redacción
21 de abril, 2016

Guatemala es el más bajo de toda América Latina y representa solo el 1% del PIB? La salud en nuestro país ha sido histórica y crónicamente desfinanciada, una inconsistencia de tal magnitud en consideración con el crecimiento de nuestra población ya de 16 millones de habitantes. Hoy el sistema de salud pública atiende al doble de la población con el mismo presupuesto de hace 20 años.

Hemos sido testigos de cómo en el transcurso de los años y el paso de gobiernos variopintos del verde esperanza al anaranjado defenestrado, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social evidenció la exacerbación de todos los males que hoy cobran cientos de vidas a lo largo y ancho de la nación. Hoy la corrupción ha matado a más niños y adultos que en los 36 años del conflicto armado.

No soy salubrista o doctora, pero desde una lógica del desarrollo entiendo que los procesos son tan importantes como los resultados. Un proceso viciado y con múltiples fallas, engendrará un producto defectuoso. En los pasados dos gobiernos el MSPAS creció de manera desordenada y se volvió en una bolsa de empleo para quienes apoyaron la campaña del partido ganador y de diputados. Los conocedores de la estructura institucional dicen que el MSPAS sufrió una hipertrofia a nivel central, mientras abandonaban a su suerte los otros niveles de atención. Los buenos técnocratas fueron desplazados por personal que no reunía las competencias para los puestos, sin mérito o experiencia, se les daban las plazas con el único requisito de llevar una tarjeta de recomendación.

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En el olvido quedó la planificación con base a metas e indicadores de país… El primer nivel de atención quedó en casi cero presencias en zonas rurales, recargando así los otros niveles de atención y dejando en cero atención a millones de guatemaltecos. El enfoque de curar que tiene nuestro actual sistema de salud no hace mucha mella en frenar el 70% de los problemas de salud en la población. Curar versus prevenir: interesante análisis porque desde tanto en el ámbito privado de los negocios o en lo público, siempre, siempre, resulta más inteligente y más barato prevenir que hacer control de daños.

El Ministerio de Salud principalmente presta servicios y para ello requiere de una importante cantidad de dinero para el pago de personal, pero no podemos dejar de mencionar que el 66% del presupuesto actual se gasta en salarios, quedando menores porcentajes para compra de insumos, medicinas y gastos de infraestructura.

En momentos de crisis hay que priorizar y tomar decisiones difíciles. Hoy me preguntaban que valoración le doy a los 100 días de la gestión del gobierno del Presidente Morales en materia de salud, y le respondí que seguirá siendo el factor de clara y contundente voluntad política el principal catalizador para las grandes transformaciones que el sistema de servicios de salud necesita. En eso el presidente sigue siendo consistente, ahora viene la etapa de ejecutar y resolver prioridades, para que la población afectada y aquejada por enfermedades sienta que esta crisis se está paliando. Hay que pasar del discurso y la planificación a la acción.

Vemos una luz al final del túnel, el MSPAS lo tiene todo para retomar el rumbo: trabajadores dedicados, con vocación de servicio y buen nivel técnico, cuenta con herramientas de información para poder ordenar las necesidades (siempre que las usen), y retomar el rumbo proponiéndose mover los indicadores con base a las metas de salud que queremos alcanzar en estos cuatro años.

El Ministerio de Salud necesita todo el apoyo del Ejecutivo, sobre todo del Ministerio de Finanzas para dotarle de recursos necesarios observante de la calidad del gasto y la transparencia, y del Congreso, para que coadyuve con propuestas que desde la instrumentaría que da la legislación agilice procesos con sentido prioritario y no clientelar.