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De cal y de arena

Redacción
03 de mayo, 2016

Recién cumplidos los primeros 100 días de Gobierno del Presidente Jimmy Morales, resalta una característica de su modelo de gestión: el mandatario muestra una falta de liderazgo estratégico. Resalta la preocupación de Morales por el detalle, por atender temas micro, o por sus visitas focalizadas a escuelas o centros de salud. Pero a estas alturas el Gobierno carece de propuestas estratégicas macro o de discusión de nuevas políticas públicas. La explicación es sencilla: la falta de experiencia de Morales en temas de administración pública le limitan su capacidad de articular propuestas generales que requieran coordinación inter-institucional.

En ese contexto, el modelo de gestión naturalmente se verá afectado. En términos musicales, ante la ausencia de liderazgo por parte del director de orquesta, cada registro en lo individual determinará la calidad de la interpretación de la sinfonía. Algo similar le pasa al Gobierno de Morales: ante la ausencia de conducción estratégica del mandatario, el éxito o fracaso de su administración dependerá de la gestión individual de cada ministro.

Y aquí ya se muestran dos extremos.

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En el plano de lo exitoso, hay que resaltar el trabajo del Ministro de Gobernación, Francisco Rivas. A lo largo de este primer trimestre, Gobernación en conjunto con el Ministerio Público ha desarticulado casi una veintena de estructuras criminales dedicadas a la extorsión, el secuestro y el sicariato. Dichas operaciones han pasado desapercibidas a raíz del interés ciudadano en los #DiasDeCICIG, pero evidencian un esfuerzo coordinado de la institucionalidad de seguridad y justicia por atajar el fenómeno criminal que más afecta a los guatemaltecos.

Pero por otro lado, en el plano negativo, ha resaltado la falta de resultados del Ministerio de Salud para atender la crisis que acecha a la red hospitalaria nacional. Responder a la crisis de salud no sólo implica una readecuación presupuestaria que permita saldar las deudas pendientes con proveedores del sector salud, sino requiere también un reenfoque de la administración de la cartera, para fortalecer los centros de atención primaria. Asimismo, se requiere de un esfuerzo por encontrar una salida institucional a los compromisos financieros generados por el Pacto Colectivo. A todo lo anterior agreguemos tres episodios que han contribuido a generar un mal sabor respecto a la gestión del Ministro Cabrera. La primera fue el innecesario desgaste de la cartera de salud y de la Presidencia, a raíz del donativo de medicamentos vencidos a pocos días de la toma de posesión. Luego se sobrevino el caso de Maycol, que desnudó las falencias del sistema de atención primaria. Y finalmente, recordemos la falta de transparencia inicial del Ministro de denunciar públicamente a los diputados que presionaban para obtener plazas y contratos en su cartera. Todo ello, contribuyó generar desgaste en la imagen particular de Cabrera y en la percepción de resultados de su cartera.

He aquí dos ejemplos de cómo deberá evaluarse la gestión del Gobierno de Morales. Ante la ausencia de propuestas de política pública emanadas desde la Presidencia de la República, dependerá de la gestión y liderazgo individual en cada cartera. La autonomía de los Ministros respecto al Presidente será una variable clave para evaluar los resultados de la administración.

De cal y de arena

Redacción
03 de mayo, 2016

Recién cumplidos los primeros 100 días de Gobierno del Presidente Jimmy Morales, resalta una característica de su modelo de gestión: el mandatario muestra una falta de liderazgo estratégico. Resalta la preocupación de Morales por el detalle, por atender temas micro, o por sus visitas focalizadas a escuelas o centros de salud. Pero a estas alturas el Gobierno carece de propuestas estratégicas macro o de discusión de nuevas políticas públicas. La explicación es sencilla: la falta de experiencia de Morales en temas de administración pública le limitan su capacidad de articular propuestas generales que requieran coordinación inter-institucional.

En ese contexto, el modelo de gestión naturalmente se verá afectado. En términos musicales, ante la ausencia de liderazgo por parte del director de orquesta, cada registro en lo individual determinará la calidad de la interpretación de la sinfonía. Algo similar le pasa al Gobierno de Morales: ante la ausencia de conducción estratégica del mandatario, el éxito o fracaso de su administración dependerá de la gestión individual de cada ministro.

Y aquí ya se muestran dos extremos.

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En el plano de lo exitoso, hay que resaltar el trabajo del Ministro de Gobernación, Francisco Rivas. A lo largo de este primer trimestre, Gobernación en conjunto con el Ministerio Público ha desarticulado casi una veintena de estructuras criminales dedicadas a la extorsión, el secuestro y el sicariato. Dichas operaciones han pasado desapercibidas a raíz del interés ciudadano en los #DiasDeCICIG, pero evidencian un esfuerzo coordinado de la institucionalidad de seguridad y justicia por atajar el fenómeno criminal que más afecta a los guatemaltecos.

Pero por otro lado, en el plano negativo, ha resaltado la falta de resultados del Ministerio de Salud para atender la crisis que acecha a la red hospitalaria nacional. Responder a la crisis de salud no sólo implica una readecuación presupuestaria que permita saldar las deudas pendientes con proveedores del sector salud, sino requiere también un reenfoque de la administración de la cartera, para fortalecer los centros de atención primaria. Asimismo, se requiere de un esfuerzo por encontrar una salida institucional a los compromisos financieros generados por el Pacto Colectivo. A todo lo anterior agreguemos tres episodios que han contribuido a generar un mal sabor respecto a la gestión del Ministro Cabrera. La primera fue el innecesario desgaste de la cartera de salud y de la Presidencia, a raíz del donativo de medicamentos vencidos a pocos días de la toma de posesión. Luego se sobrevino el caso de Maycol, que desnudó las falencias del sistema de atención primaria. Y finalmente, recordemos la falta de transparencia inicial del Ministro de denunciar públicamente a los diputados que presionaban para obtener plazas y contratos en su cartera. Todo ello, contribuyó generar desgaste en la imagen particular de Cabrera y en la percepción de resultados de su cartera.

He aquí dos ejemplos de cómo deberá evaluarse la gestión del Gobierno de Morales. Ante la ausencia de propuestas de política pública emanadas desde la Presidencia de la República, dependerá de la gestión y liderazgo individual en cada cartera. La autonomía de los Ministros respecto al Presidente será una variable clave para evaluar los resultados de la administración.