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Diferendo entre Guatemala y Belice sin señal de ser resuelto

Redacción República
18 de mayo, 2016

Resolver el diferendo con Belice podría tomar más tiempo y si bien el año pasado se firmó un protocolo entre los cancilleres de ambos países para que las consultas en cada región no sean simultáneas en aras de someter el conflicto a una corte internacional, está pendiente su aprobación para proseguir con el proceso respectivo.

El canciller Carlos Raúl Morales refirió que “de nada sirve programar la consulta por programarla, si la vamos a perder”, y adelantó que esa situación aplica para ambos países. “Lo que tenemos que construir son acuerdos”, refirió.

Para el constitucionalista Gabriel Orellana, uno de los protagonistas en los últimos años de los procesos de negociación y quien se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores durante el Gobierno de Alfonso Portillo, mientras no se apruebe ese protocolo, sigue vigente el otro. Esta responsabilidad recae en el Congreso, explicó y el tema no está incluido en la agenda.

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Las diferencias entre ambos Gobiernos saltaron a la palestra nuevamente tras el asesinato del menor Julio Alvarado en la Reserva Chiquibul a manos de beliceños el pasado 20 de abril y a raíz de esta situación, se incrementaron los patrullajes de fuerzas guatemaltecas en la Zona de Adyacencia.

“Hay en cierta medida posiciones tremendamente intransigentes de ambos lados”, describió y añadió que “para Belice lo mejor que le puede pasar es tener la amenaza de un enemigo común a todos sus habitantes y sería una cuestión de falso nacionales”.

La propuesta del Gobierno guatemalteco es promover el desarrollo en la región conocida como Zona de Adyacencia en donde permanecen más de 30 comunidades y Morales describió que las acciones van encaminadas a educar y sumar para el impulso del área, pero por otro lado, indicó necesario que el Ejército beliceño sea menos agresivo.

Antecedentes

Tras una serie de reuniones bilaterales y ante el crecimiento de incidentes en la Zona de Adyacencia Guatemala acudió a la Organización de Estados Americanos (OEA) para pedir su acompañamiento, el cual se mantiene hasta la actualidad.

A partir de la mediación de la OEA, se logró que el proceso tuviera mayor solidez y que se encaminara hacia una solución jurisdiccional y es que en su momento se consideró que Belice irrespetó los compromisos que se iban alcanzando en cada reunión bilateral, según se hace constar en el documento Historia del Diferendo Territorial.

Belice argumentó en junio 2000, que el título británico sobre el territorio se perfeccionó por el proceso de prescripción adquisitiva, reconocido internacionalmente para adquirir ese derecho Dos años después se firma el Acuerdo sobre Medidas de Confianza suscrito entre el canciller Orellana y el embajador beliceño Asad Shoman, quienes pactaron una reunión con las fuerzas armadas. En ese encuentro se concretaron los mecanismos para coordinar patrullajes conjuntos en el área de adyacencia.

Orellana describe que percibió que sí había voluntad política de ambas partes para solucionar el conflicto. “Era un momento histórico, muy proclive a buscar un espíritu conciliatorio y logramos lo que no se había logrado antes: convencer a Inglaterra de la conveniencia de terminar de una vez por todas con ese problema”, describió.

En esos años, el presidente Portillo se convirtió en el primer presidente de Guatemala en visitar Belice y contrario a lo que se esperaba, protestas o disturbios, se dio una recepción amistosa. “Pienso que se logró un momento ideal, era la credibilidad que tenía el Gobierno en ese momento”, refirió.

Seis años después, fue firmado en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el Acuerdo Especial entre Guatemala y Belice para someter el reclamo territorial, insular, y marítimo de Guatemala a la Corte Internacional de Justicia y ahí está incluido el compromiso de ambos estados de acudir a la jurisdicción de dicho órgano para resolver el Diferendo Territorial existente.

Situación actual

Los beliceños argumentan que su país no formó parte directa en el proceso de paz centroamericano por “su tradicional aislamiento de la política centroamericana”, y las autoridades de su embajada en Guatemala describen que disfrutan de excelentes relaciones con México y con Venezuela.

“Belice se ha mantenido muy discreto e inflexible sobre la posición de su política exterior. Tuvo que mantener lazos muy estrechos con las tropas británicas así como con Estados Unidos por motivos comerciales y de cooperación al desarrollo”, describieron.

Morales citó estadísticas de la Organización de Estados Americanos (OEA), en donde se informa que disminuyeron en un 90 por ciento los incidentes con personas o habitantes de la aldea Monte de los Olivos, ubicada en la Zona de Adyacencia.

En esa área se cultiva el xate (planta de uso ornamental) que tarda tres años para su cosecha y le brindan semillas mejoradas a cada mujer; sin embargo, el panorama cambia en otras áreas como en la comunidad de San Marcos, en donde la población prefiere sembrar maíz.

“Hay que decirle a la gente que debe pensar en soluciones a largo plazo”, informó el ministro de Relaciones Exteriores. También está la comunidad La Rejoya en donde no hay agua y el único pozo está a kilómetros de la línea de adyacencia. El canciller finalizó con que el camino a seguir es tomar la senda del desarrollo en el área.

El internacionalista Haroldo Moreno sostuvo que en el problema entre Belice y Guatemala con relación a la controversia del diferendo territorial, se tienen dos salidas: la de una negociación política dialogada o una escalada de conflicto que despierte viejas rencillas entre los vecinos.

“La más conveniente es la primera, pero parece que existen intereses muy particulares en resucitar focos de conflictos, lo cual no es adecuado en estos momentos”, mencionó en 2008 Moreno.

Efectivamente, siete años después, se comprobó que diez guatemaltecos han perdido la vida a manos del Ejército beliceño en la Zona de Adyacencia, la mayoría de casos en la Reserva Chiquibul.


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Diferendo entre Guatemala y Belice sin señal de ser resuelto

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18 de mayo, 2016

Resolver el diferendo con Belice podría tomar más tiempo y si bien el año pasado se firmó un protocolo entre los cancilleres de ambos países para que las consultas en cada región no sean simultáneas en aras de someter el conflicto a una corte internacional, está pendiente su aprobación para proseguir con el proceso respectivo.

El canciller Carlos Raúl Morales refirió que “de nada sirve programar la consulta por programarla, si la vamos a perder”, y adelantó que esa situación aplica para ambos países. “Lo que tenemos que construir son acuerdos”, refirió.

Para el constitucionalista Gabriel Orellana, uno de los protagonistas en los últimos años de los procesos de negociación y quien se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores durante el Gobierno de Alfonso Portillo, mientras no se apruebe ese protocolo, sigue vigente el otro. Esta responsabilidad recae en el Congreso, explicó y el tema no está incluido en la agenda.

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Las diferencias entre ambos Gobiernos saltaron a la palestra nuevamente tras el asesinato del menor Julio Alvarado en la Reserva Chiquibul a manos de beliceños el pasado 20 de abril y a raíz de esta situación, se incrementaron los patrullajes de fuerzas guatemaltecas en la Zona de Adyacencia.

“Hay en cierta medida posiciones tremendamente intransigentes de ambos lados”, describió y añadió que “para Belice lo mejor que le puede pasar es tener la amenaza de un enemigo común a todos sus habitantes y sería una cuestión de falso nacionales”.

La propuesta del Gobierno guatemalteco es promover el desarrollo en la región conocida como Zona de Adyacencia en donde permanecen más de 30 comunidades y Morales describió que las acciones van encaminadas a educar y sumar para el impulso del área, pero por otro lado, indicó necesario que el Ejército beliceño sea menos agresivo.

Antecedentes

Tras una serie de reuniones bilaterales y ante el crecimiento de incidentes en la Zona de Adyacencia Guatemala acudió a la Organización de Estados Americanos (OEA) para pedir su acompañamiento, el cual se mantiene hasta la actualidad.

A partir de la mediación de la OEA, se logró que el proceso tuviera mayor solidez y que se encaminara hacia una solución jurisdiccional y es que en su momento se consideró que Belice irrespetó los compromisos que se iban alcanzando en cada reunión bilateral, según se hace constar en el documento Historia del Diferendo Territorial.

Belice argumentó en junio 2000, que el título británico sobre el territorio se perfeccionó por el proceso de prescripción adquisitiva, reconocido internacionalmente para adquirir ese derecho Dos años después se firma el Acuerdo sobre Medidas de Confianza suscrito entre el canciller Orellana y el embajador beliceño Asad Shoman, quienes pactaron una reunión con las fuerzas armadas. En ese encuentro se concretaron los mecanismos para coordinar patrullajes conjuntos en el área de adyacencia.

Orellana describe que percibió que sí había voluntad política de ambas partes para solucionar el conflicto. “Era un momento histórico, muy proclive a buscar un espíritu conciliatorio y logramos lo que no se había logrado antes: convencer a Inglaterra de la conveniencia de terminar de una vez por todas con ese problema”, describió.

En esos años, el presidente Portillo se convirtió en el primer presidente de Guatemala en visitar Belice y contrario a lo que se esperaba, protestas o disturbios, se dio una recepción amistosa. “Pienso que se logró un momento ideal, era la credibilidad que tenía el Gobierno en ese momento”, refirió.

Seis años después, fue firmado en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el Acuerdo Especial entre Guatemala y Belice para someter el reclamo territorial, insular, y marítimo de Guatemala a la Corte Internacional de Justicia y ahí está incluido el compromiso de ambos estados de acudir a la jurisdicción de dicho órgano para resolver el Diferendo Territorial existente.

Situación actual

Los beliceños argumentan que su país no formó parte directa en el proceso de paz centroamericano por “su tradicional aislamiento de la política centroamericana”, y las autoridades de su embajada en Guatemala describen que disfrutan de excelentes relaciones con México y con Venezuela.

“Belice se ha mantenido muy discreto e inflexible sobre la posición de su política exterior. Tuvo que mantener lazos muy estrechos con las tropas británicas así como con Estados Unidos por motivos comerciales y de cooperación al desarrollo”, describieron.

Morales citó estadísticas de la Organización de Estados Americanos (OEA), en donde se informa que disminuyeron en un 90 por ciento los incidentes con personas o habitantes de la aldea Monte de los Olivos, ubicada en la Zona de Adyacencia.

En esa área se cultiva el xate (planta de uso ornamental) que tarda tres años para su cosecha y le brindan semillas mejoradas a cada mujer; sin embargo, el panorama cambia en otras áreas como en la comunidad de San Marcos, en donde la población prefiere sembrar maíz.

“Hay que decirle a la gente que debe pensar en soluciones a largo plazo”, informó el ministro de Relaciones Exteriores. También está la comunidad La Rejoya en donde no hay agua y el único pozo está a kilómetros de la línea de adyacencia. El canciller finalizó con que el camino a seguir es tomar la senda del desarrollo en el área.

El internacionalista Haroldo Moreno sostuvo que en el problema entre Belice y Guatemala con relación a la controversia del diferendo territorial, se tienen dos salidas: la de una negociación política dialogada o una escalada de conflicto que despierte viejas rencillas entre los vecinos.

“La más conveniente es la primera, pero parece que existen intereses muy particulares en resucitar focos de conflictos, lo cual no es adecuado en estos momentos”, mencionó en 2008 Moreno.

Efectivamente, siete años después, se comprobó que diez guatemaltecos han perdido la vida a manos del Ejército beliceño en la Zona de Adyacencia, la mayoría de casos en la Reserva Chiquibul.