Una de las preocupaciones más grandes de un economista es cómo lograr que la gente logre mejorar su nivel de vida o dicho en otra forma que disminuya la pobreza. La disminución de la pobreza es una noticia que hay que celebrar. Nadie que yo conozco ama la pobreza económica, es decir, la carencia de bienes, a menos que deliberadamente sea un monje, sacerdote o pastor que decidiera vivir así porque esa forma de vida lo hace más feliz.
En general es casi imposible medir la pobreza. Es un término relativo en tres aspectos como decía el Dr. Carlos Sabino, relativo al pasado, relativo a otros y relativo a las propias expectativas. Sin embargo, el Banco Mundial y otros economistas se esfuerzan siempre por tratar de buscar una medida objetiva que sirva de comparación en un momento dado para medir la pobreza y lo que es peor, la extrema pobreza.
El Instituto de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Nueva York publicó unas gráficas iterativas donde se aprecia la evolución de la pobreza en el mundo entero de 1820 a la fecha. Estas gráficas iterativas son producto de la genialidad de Max Roser de la Universidad de Oxford quien ha desarrollado muchas otras gráficas que permiten visualizar muy bien la evolución de diferentes variables económicas, sociales, etc…
El Banco Mundial ha definido a las personas en extrema pobreza como aquellas viviendo con menos de US.$.1.90 por día. Esta cifra está ajustada por la inflación y diferencias de precios expresado en dólares de PPP (Paridad del Poder Adquisitivo) del 2011 para poderse comparar a los largo de los años.
Al ver la gráfica veo cómo la gente que vive con US.$.1.90 o menos la día según los datos recopilados por el Banco Mundial, pasaron de ser el 44% de la población mundial en 1980 al 9.6% en el 2015. Según estos datos, salieron de la pobreza extrema en ese período de tiempo el 24.4% de la población mundial. La pobreza extrema disminuyó 4.6 veces entre 1980 y 2015. Impresionante. ¿Qué es lo que ha hecho que esta gente salga de esta situación?
Sin lugar a dudas se debe a las aperturas de los países del mundo adoptando el sistema de economía libre o libre mercado. Se pasó de una época de barreras arancelarias altas, protección local de la industria, políticas de sustitución de importaciones, de empresas estatales, de precios topes, a una época de liberalización del comercio en todo el mundo, una época de globalización, de privatizaciones, de desintervención en los precios dejándolos libres. La tendencia hacia la globalización significó apertura a competencia mundial con más y mejores productos a menores precios para todos.
Si un país pobre quiere mejorar rápidamente el nivel de vida de todos sus habitantes debe optar por políticas económicas de alto crecimiento, es decir, por menos injerencia en la economía, menos intervención y más libertad. El liberalismo permite estos rápidos crecimientos económicos. Cuando hablamos de liberalismo me refiero a ese sistema donde las personas están en libertad para que decidan voluntariamente que quieren producir y consumir, dónde y cómo lo quieren hacer y en qué cantidades, basándose en el libre intercambio y el respeto a los derechos individuales de la vida, la libertad y la propiedad. El liberalismo no es un sistema, es el resultado de dejar a las personas actuar la libertad con respeto al derecho de los demás. En la medida en que un país se acerca más a la libertad, en ese sentido se vuelve más rico, más próspero, genera más oportunidades para todos sus habitantes y la pobreza disminuye.
Una de las preocupaciones más grandes de un economista es cómo lograr que la gente logre mejorar su nivel de vida o dicho en otra forma que disminuya la pobreza. La disminución de la pobreza es una noticia que hay que celebrar. Nadie que yo conozco ama la pobreza económica, es decir, la carencia de bienes, a menos que deliberadamente sea un monje, sacerdote o pastor que decidiera vivir así porque esa forma de vida lo hace más feliz.
En general es casi imposible medir la pobreza. Es un término relativo en tres aspectos como decía el Dr. Carlos Sabino, relativo al pasado, relativo a otros y relativo a las propias expectativas. Sin embargo, el Banco Mundial y otros economistas se esfuerzan siempre por tratar de buscar una medida objetiva que sirva de comparación en un momento dado para medir la pobreza y lo que es peor, la extrema pobreza.
El Instituto de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Nueva York publicó unas gráficas iterativas donde se aprecia la evolución de la pobreza en el mundo entero de 1820 a la fecha. Estas gráficas iterativas son producto de la genialidad de Max Roser de la Universidad de Oxford quien ha desarrollado muchas otras gráficas que permiten visualizar muy bien la evolución de diferentes variables económicas, sociales, etc…
El Banco Mundial ha definido a las personas en extrema pobreza como aquellas viviendo con menos de US.$.1.90 por día. Esta cifra está ajustada por la inflación y diferencias de precios expresado en dólares de PPP (Paridad del Poder Adquisitivo) del 2011 para poderse comparar a los largo de los años.
Al ver la gráfica veo cómo la gente que vive con US.$.1.90 o menos la día según los datos recopilados por el Banco Mundial, pasaron de ser el 44% de la población mundial en 1980 al 9.6% en el 2015. Según estos datos, salieron de la pobreza extrema en ese período de tiempo el 24.4% de la población mundial. La pobreza extrema disminuyó 4.6 veces entre 1980 y 2015. Impresionante. ¿Qué es lo que ha hecho que esta gente salga de esta situación?
Sin lugar a dudas se debe a las aperturas de los países del mundo adoptando el sistema de economía libre o libre mercado. Se pasó de una época de barreras arancelarias altas, protección local de la industria, políticas de sustitución de importaciones, de empresas estatales, de precios topes, a una época de liberalización del comercio en todo el mundo, una época de globalización, de privatizaciones, de desintervención en los precios dejándolos libres. La tendencia hacia la globalización significó apertura a competencia mundial con más y mejores productos a menores precios para todos.
Si un país pobre quiere mejorar rápidamente el nivel de vida de todos sus habitantes debe optar por políticas económicas de alto crecimiento, es decir, por menos injerencia en la economía, menos intervención y más libertad. El liberalismo permite estos rápidos crecimientos económicos. Cuando hablamos de liberalismo me refiero a ese sistema donde las personas están en libertad para que decidan voluntariamente que quieren producir y consumir, dónde y cómo lo quieren hacer y en qué cantidades, basándose en el libre intercambio y el respeto a los derechos individuales de la vida, la libertad y la propiedad. El liberalismo no es un sistema, es el resultado de dejar a las personas actuar la libertad con respeto al derecho de los demás. En la medida en que un país se acerca más a la libertad, en ese sentido se vuelve más rico, más próspero, genera más oportunidades para todos sus habitantes y la pobreza disminuye.