No es un secreto que la gran mayoría de guatemaltecos, de todas las clases sociales, por alguna u otra razón, tenemos más de algún familiar en el extranjero, principalmente familiares que a lo largo de ocho o más décadas, han emigrado a los Estados Unidos y también Canadá, en busca del “Sueño Americano”.

La falta de trabajo y la búsqueda constante y natural del ser humano, de acceder a un mejor estilo de vida y de bienestar, han hecho que millones de personas de Centro y Sudamérica hayan construido una vida fuera de su patria.

Ahora bien, ¿alguna vez nos hemos puesto a pensar y a analizar sobre la inmigración extranjera hacia nuestros países? ¿Hemos reparado sobre el número de personas y sobre la procedencia de quienes han escogido a Latinoamérica y en nuestro caso a Guatemala como lugar de residencia? Y ¿nos hemos puesto a pensar que trae a estos inmigrantes a nuestra tierra?

Bueno, estimados lectores, les voy a contar algo sobre mi experiencia profesional y comercial en el sector de “atracción de inversiones extranjeras a Guatemala” y sobre los beneficios que muchas personas individuales, pequeñas, medianas y grandes empresas ven en nuestra tierra. Importante resaltar aquí, que muchas veces los foráneos miran con más claridad la tierra ajena que el mismo oriundo. Como que muchas veces vivimos con un velo que no nos deja apreciar la belleza y las grandes oportunidades de nuestra propia tierra, prestando atención con más énfasis a las cuestiones negativas.

Un buen amigo estadounidense, “Bill”, que emigró, o como dicen ellos, se “expatrió” a Guatemala en 2013, me ha dicho: “José: no me he sentido tan libre, en muchos años, como en tu tierra. Me recuerda como era EEUU en los años 70s”.

Es un común denominador -por lo que oigo constantemente de estos nuevos inmigrantes, expatriados o expats (en inglés), que han salido del denominado “Primer Mundo” en busca de una nueva vida en los países en vías de desarrollo, como nuestra querida Guate- que estas personas se quejan de haber vivido en regímenes donde el Gobierno es tan grande y poderoso y tiene tantos recursos, que sus derechos fundamentales de vida, libertad y propiedad han sido de alguna forma vulnerados. ¿Cómo así? Pues un gobierno tan grande y poderoso como el del norte, “te mete la mano hasta el fondo de tus bolsillos quitándote hasta el 60% o 70% de tus ingresos en puros impuestos que luego gastan en programas como el Welfare o en guerras a lo largo del mundo, interrumpen tu privacidad, espían tus conversaciones telefónicas y por internet, la policía te mata a tiros por nada, etc, etc, etc. A diferencia de aquí, que el gobierno será muy corrupto pero casi ni se meten contigo y eso no tiene precio” concluye mi amigo Bill.

Tengo que mencionar que los inmigrantes vienen a Guatemala por varias razones; existe el sector de los pensionados, que han encontrado en nuestro país, un lugar donde la pensión les rinde tres o cuatro veces más. Buenos planes de seguro médico privado, a diferencia del carísimo Obama Care. Está el sector de personas individuales de mediana edad que han decidido buscar hacer negocios en países con menor carga impositiva y más libertades empresariales. Otro sector que está incursionando con fuerza, es el de las PYMES extranjeras que se han “internacionalizado” en busca de los mismos beneficios. Por supuesto que las grandes empresas transnacionales que con una carga impositiva menor y mejores condiciones en la mano de obra, eligen a nuestro país como destino de montar una empresa.

Todas estas personas y empresas, traen divisas, oportunidades trabajo a los guatemaltecos, inversión y desarrollo a nuestro país. Algunas de ellas, como las PYMES y las personas individuales, no hacen mucha bulla, pero su aporte a nuestra economía es muy importante.

Desafortunadamente (y no generalizo con todas estas organizaciones), también se cuela ese sector conflictivo de las ONGs extranjeras, muchas de las cuales vienen a crear conflictividad en áreas como minería y energía hidroeléctrica. A estos extranjeros, a mi pesar, también los acogemos por aquí.

A pesar de nuestros grandes problemas sociales y de seguridad, estos nuevos inmigrantes, han dejado todo allá en el norte y se han sentido abrazados por la cordialidad del chapín, por la belleza natural, por las comodidades y el desarrollo que actualmente tenemos (hay que admitirlo), y por este clima excepcional que nos acompaña la mayor parte del año.

El año pasado, la Dirección General de Migración recibió más de cinco mil solicitudes de residencia, tanto temporal como permanente. Este año va en aumento. Las nacionalidades son diversas, pero podemos mencionar a Estados Unidos de América como el país desarrollado que “nos manda” más inmigrantes. Luego tenemos gente de los países sudamericanos que por distintas causas emigran a Guatemala, así como también asiáticos y europeos.

En fin, como guatemalteco, me siento contento de que muchas personas que pueden aportar a nuestra sociedad, elijan a nuestra patria como la nueva tierra de la libertad y de las oportunidades. Como nación debemos mantener y mejorar todas las condiciones para que siga fluyendo hacia acá, este caudaloso río de desarrollo.

¡Bienvenidos a Guatemala, los libres del mundo!