Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

La primera infancia y la educación preprimaria

Redacción
27 de mayo, 2016

La primera infancia se refiere a la etapa de la vida de las personas, que va desde el momento que se nace hasta los 5 años. Es en esta etapa que los niños empiezan a explorar y conocer el mundo y los padres de familia debiéramos estar preparados para brindarles la estimulación adecuada, es decir, brindarles un buen comienzo en el recorrido de la vida, que seguramente se traducirá en niños que crecen sanos, que desarrollarán sus capacidades cognitivas (verbales, memoria, atención, percepción e inteligencia) y contarán con las herramientas necesarias para desenvolverse en el sistema de educación escolar y en su vida productiva.
En Guatemala la educación preprimaria se da en las edades de 4 a 6 años 11 meses. Según las estadísticas más recientes del Ministerio de Educación –MINEDUC-, 47 de cada 100 niños están matriculados en el nivel preprimario, siendo un reto importante cerrar esa brecha de niños que no reciben este nivel de educación. Según el Currículo Nacional Base – CNB- la educación preprimaria “se fundamenta en las leyes que en materia educativa existen en el país, constituye un compromiso y un derecho para la infancia y se caracteriza por ser “abierta e integral”. Abierta, porque mantiene un intercambio permanente con la comunidad en la que se inserta y con la familia en particular, realizando con ambas una tarea compartida. Integral porque la niña y el niño son considerados en todos los aspectos de su personalidad, propicia un entorno social afectivo, condiciones de saneamiento básico, alimentación y nutrición adecuadas a la edad de los niños y las niñas, prestación de servicios preventivos y remediales de salud integral.” Es decir que más de la mitad de los niños guatemaltecos en edad de educación preprimaria están limitados a esa educación abierta e integral, sin incluir a los niños que probablemente desertan durante el ciclo escolar.
Es interesante denotar que la cobertura de los niños en el nivel primario es de 82%, de los cuales aproximadamente 35% no pasaron por el nivel preprimario, entonces no es de extrañarse que el 22.5% de los niños fracase en el primer grado de primaria.
Algunas respuestas a estas estadísticas, se deben a varias causas, pero en esta oportunidad mencionaré tres:
La primera causa se debe a que el Estado no ha garantizado el derecho de acceso a la educación preprimaria, inclusiva, equitativa y de calidad, esto porque las comunidades rurales más postergadas del país son las que menos acceso tienen y es una deuda con la sociedad que no se ha saldado.
La segunda está relacionada a la pobreza y pobreza extrema de las familias, según la ENCOVI 2014 la pobreza aumentó 8.1 puntos porcentuales (pasamos de 51.2% en 2006 a 59.3% en 2014), es decir, las familias en pobreza y pobreza extrema cuentan con recursos muy limitados para enviar a sus hijos a estudiar y en muchos casos abandonan la escuela porque migran con sus padres en búsqueda de oportunidades de ingresos económicos para subsistir.
Y la tercera causa, la cual consideró como la más importante, se debe a la desnutrición crónica infantil, que ocurre en los primeros mil días de vida de los niños (período del embarazo a los dos años de vida), y es que es en esta etapa de la vida que los niños desarrollan su potencial a través del crecimiento del cerebro y las conexiones neuronales. Según la ENSMI 2013/2014 la desnutrición crónica en Guatemala es de 46.5% de los niños menores de cinco años. Estos niños, tienen muchas dificultades para el aprendizaje, son poco sociables y más vulnerables a enfermedades comunes como diarreas e infecciones respiratorias.
Las causas anteriores debieran llevarnos a una profunda reflexión y análisis, nos conmocionamos con las estadísticas y nos ofuscan los efectos, pero cuando estos se evidencian, es demasiado tarde, pero es obligación de todos los guatemaltecos que tomemos acciones desde el momento que un niño es concebido y acompañar a la madre para garantizar que dé a luz a un niño fuerte y sano que encontrará las condiciones apropiadas para empezar a crecer, como salud preventiva, alimentación adecuada y estimulación oportuna. Conjuntamente el Estado esta obligado a garantizar derechos como el acceso a la salud universal y la educación de calidad, de lo contrario llegaremos al año 2030 (de acuerdo a las nuevas metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible) y no lograremos (de nuevo) “velar por que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y a una enseñanza preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para la enseñanza primaria” (ODS 4, Educación de calidad. 2015).

La primera infancia y la educación preprimaria

Redacción
27 de mayo, 2016

La primera infancia se refiere a la etapa de la vida de las personas, que va desde el momento que se nace hasta los 5 años. Es en esta etapa que los niños empiezan a explorar y conocer el mundo y los padres de familia debiéramos estar preparados para brindarles la estimulación adecuada, es decir, brindarles un buen comienzo en el recorrido de la vida, que seguramente se traducirá en niños que crecen sanos, que desarrollarán sus capacidades cognitivas (verbales, memoria, atención, percepción e inteligencia) y contarán con las herramientas necesarias para desenvolverse en el sistema de educación escolar y en su vida productiva.
En Guatemala la educación preprimaria se da en las edades de 4 a 6 años 11 meses. Según las estadísticas más recientes del Ministerio de Educación –MINEDUC-, 47 de cada 100 niños están matriculados en el nivel preprimario, siendo un reto importante cerrar esa brecha de niños que no reciben este nivel de educación. Según el Currículo Nacional Base – CNB- la educación preprimaria “se fundamenta en las leyes que en materia educativa existen en el país, constituye un compromiso y un derecho para la infancia y se caracteriza por ser “abierta e integral”. Abierta, porque mantiene un intercambio permanente con la comunidad en la que se inserta y con la familia en particular, realizando con ambas una tarea compartida. Integral porque la niña y el niño son considerados en todos los aspectos de su personalidad, propicia un entorno social afectivo, condiciones de saneamiento básico, alimentación y nutrición adecuadas a la edad de los niños y las niñas, prestación de servicios preventivos y remediales de salud integral.” Es decir que más de la mitad de los niños guatemaltecos en edad de educación preprimaria están limitados a esa educación abierta e integral, sin incluir a los niños que probablemente desertan durante el ciclo escolar.
Es interesante denotar que la cobertura de los niños en el nivel primario es de 82%, de los cuales aproximadamente 35% no pasaron por el nivel preprimario, entonces no es de extrañarse que el 22.5% de los niños fracase en el primer grado de primaria.
Algunas respuestas a estas estadísticas, se deben a varias causas, pero en esta oportunidad mencionaré tres:
La primera causa se debe a que el Estado no ha garantizado el derecho de acceso a la educación preprimaria, inclusiva, equitativa y de calidad, esto porque las comunidades rurales más postergadas del país son las que menos acceso tienen y es una deuda con la sociedad que no se ha saldado.
La segunda está relacionada a la pobreza y pobreza extrema de las familias, según la ENCOVI 2014 la pobreza aumentó 8.1 puntos porcentuales (pasamos de 51.2% en 2006 a 59.3% en 2014), es decir, las familias en pobreza y pobreza extrema cuentan con recursos muy limitados para enviar a sus hijos a estudiar y en muchos casos abandonan la escuela porque migran con sus padres en búsqueda de oportunidades de ingresos económicos para subsistir.
Y la tercera causa, la cual consideró como la más importante, se debe a la desnutrición crónica infantil, que ocurre en los primeros mil días de vida de los niños (período del embarazo a los dos años de vida), y es que es en esta etapa de la vida que los niños desarrollan su potencial a través del crecimiento del cerebro y las conexiones neuronales. Según la ENSMI 2013/2014 la desnutrición crónica en Guatemala es de 46.5% de los niños menores de cinco años. Estos niños, tienen muchas dificultades para el aprendizaje, son poco sociables y más vulnerables a enfermedades comunes como diarreas e infecciones respiratorias.
Las causas anteriores debieran llevarnos a una profunda reflexión y análisis, nos conmocionamos con las estadísticas y nos ofuscan los efectos, pero cuando estos se evidencian, es demasiado tarde, pero es obligación de todos los guatemaltecos que tomemos acciones desde el momento que un niño es concebido y acompañar a la madre para garantizar que dé a luz a un niño fuerte y sano que encontrará las condiciones apropiadas para empezar a crecer, como salud preventiva, alimentación adecuada y estimulación oportuna. Conjuntamente el Estado esta obligado a garantizar derechos como el acceso a la salud universal y la educación de calidad, de lo contrario llegaremos al año 2030 (de acuerdo a las nuevas metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible) y no lograremos (de nuevo) “velar por que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y a una enseñanza preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para la enseñanza primaria” (ODS 4, Educación de calidad. 2015).