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Peligros legales

Betty Marroquin
15 de junio, 2016

La crisis que vive Guatemala tiene un pilar que considero fundamental y que debiéramos ser capaces de neutralizar de alguna forma: la crisis en la calidad de juristas. Aclaro que con esto no quiero decir bajo ningún punto de vista que en Guatemala no existan abogados de primera calidad, pero que existen los linces que han deshonrado la profesión, es innegable. Falta de ética que propicia que como se hace la regla se invente la trampa, y la mala intencionalidad manifestada o justificada manipulando el concepto de Nicola Maquiavelli que reza que “el fin justifica los medios”, frase que debo aclarar no fue acuñada con la mala intención con que es normalmente utilizada. El caso es que tenemos abogados que con tal de ganar un caso, de “justificar” su cobro, manipulan las reglas de juego cayendo en situaciones carentes de buena fe. Por ejemplo, los abogados que mal aconsejan a su clienta que acuse al marido de ser un abusador de menores, o un golpeador, sin pruebas obviamente, para obligar al marido a negociar con ellas antes de obtener el divorcio. ¿Es eso ético? Algo me dice que no.

La manipulación de las leyes, del debido proceso, del proceso investigativo, de los testimonios, de la autoridad derivada de la investidura, etc., demuestra claramente que la calidad ética de quienes ejercen esa noble profesión no es de igual calidad en todos los que la ejercen. Es así que hoy día, tenemos colaboradores eficaces que son gente de lo peor, cuya palabra es tomada cual biblia, como si la credibilidad de los criminales fuese digna de respeto y consideración alguna, con tal de privar de libertad a quien la CICIG quiera que le caiga la vara. ¿Me pregunto si harían lo mismo con sus amigos imputados de todo y de más? Obviamente, si yo fuera una rata de cloaca ladrona como Juan Carlos Monzón, también hubiera negociado ser colaborador eficaz del MP y cantaría la opera que quieran con tal que me disminuyeran la pena. Es preocupante pensar que cualquier delincuente pueda apegarse a esa figura y con ello, dado su poca calidad como ser humano, se deriven una serie de mentiras e injurias horribles contra quién sea, porque no todos los burócratas son iguales, como no todos los abogados son iguales, como no todos los guatemaltecos somos iguales. Con esto no digo que en el caso específico de Monzón ese sea el caso dado que al menos en el caso de OPM y la R sabemos que están completamente cubiertos de lodo, digo simplemente que hemos visto casos en los que ha sido abusado y no me sorprendería que Monzón ayude a hundir a quien sea con tal de obtener un beneficio legal.

En el caso Sperisen creo que esto se dio con mayor claridad. Carlos Bendfelt Porras, Luis Linares Pérez o Philippe Biret, testigos claves en el primer juicio fueron liberados luego de entrar a declarar contra Erwin Sperisen, contradiciéndose, declarando el falso, de todo con tal que los flamantes fiscales del Ministerio Público y la CICIG de Castresana les pidiera. Testimonios tan falsos, una payasa tan atroz, que se contradijeron varias a tal punto que en el segundo juicio no les fue permitido declarar. Pero evidente me resulta que mientan a diestra y siniestra para vivir campantes en Canadá y Francia, en lugar de cumplir sus condenas. Uno de estos testigos inclusive dijo que el Sr Sperisen asesinó a un reo a sangre fría, estilo ejecución (tiro en la parte trasera de la cabeza) cuando la autopsia del reo demuestra que sufrió tres impactos en el cuerpo, y ninguna en la cabeza.

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Mal de muchos, consuelo de tontos, decía mi abuelita, pero en Suiza se han visto burlas al debido proceso tan burdas y absurdas como las que hemos visto y vemos en Guatemala. Aquí cabe mencionar que no sólo la Cicig faltó a la verdad y la ética al extraer un testimonio falso a la anciana madre de la víctima supuestamente ejecutada por el Sr Sperisen, quien fuera llevada a la Cicig bajo falsas pretensiones (como lo declara voluntariamente al saberse utilizada por la entidad), y obligada a poner su huella en un papel que no entendía, supuestamente para recibir “un dinerito” como compensación por la muerte de su hijo. El hijo, el reo, era “agente de bienes raíces” dentro de la prisión. Vendía parcelas dentro de la prisión a los otros reos. Pero el punto es que la señora declaró que no tenía ni idea de quién era Erwin Sperisen. En el medio de una audiencia, entró la asistente de la representante legal de la señora María, quienes no fueran contratadas por Doña María y a quienes sólo Dios y ellas saben quién les paga, gritando que parientes de Sperisen estaban intimidando y amenazando a Doña María. Como era de esperarse, esto causó la conmoción que deseaban quienes tramaron la burda escena. La ironía más grande es que el mismo Don Ivan el Temible dijo al Dr. Armando de la Torre que sabía que la Cicig había procedido incorrectamente en este caso, pero que no quería contradecir a sus antecesores y retirar la Cicig del caso como querellante adhesivo. Una barbaridad, si pensamos que así como le ha pasado Erwin Sperisen, mañana podría pasarle a alguien más y ya está ocurriendo.

El caso Sperisen merece muchos artículos, porque han sido dos procesos con condena que rayan en lo absurdo, en lo grotesco. Para quienes creen a Suiza un país civilizado, les cuento que no permiten presentar pruebas ni testigos a la defensa, y que alguien se atreva a decirme que eso es correcto. La gente que critica a Sperisen porque les cae mal, porque es pelirrojo, porque mide casi 2 metros, o por lo que sea que les resulte antipático, piensen antes de arremeter contra ese guatemalteco, especialmente cuando vemos que no sobra quien quiera ocupar los cargos burocráticos que deben atender los centros de privación de libertad. Hemos visto varias revueltas recientes en las prisiones con las fuerzas de seguridad temerosas de proceder y a las autoridades de presidios que no parecen encontrar la fórmula para resolver el problema de las cárceles, aunque hablan de construir nuevos centros de privación de libertad. Quien va a desear entrarle a semejante tema sabiendo que si procede contra el dominio de los reos en las prisiones le puede costar una cadena perpetua.

Recuerde que si deseamos igualdad ante la Ley, y deseamos vivir en un Estado libre y democrático, todos, nos caigan bien o no, debemos ser tratados de igual forma ante la Ley. Y quienes aplican, representan y ejercen tan noble profesión, debieran recordar que si proceden mal, serán juzgados muy mal tarde o temprano.

Peligros legales

Betty Marroquin
15 de junio, 2016

La crisis que vive Guatemala tiene un pilar que considero fundamental y que debiéramos ser capaces de neutralizar de alguna forma: la crisis en la calidad de juristas. Aclaro que con esto no quiero decir bajo ningún punto de vista que en Guatemala no existan abogados de primera calidad, pero que existen los linces que han deshonrado la profesión, es innegable. Falta de ética que propicia que como se hace la regla se invente la trampa, y la mala intencionalidad manifestada o justificada manipulando el concepto de Nicola Maquiavelli que reza que “el fin justifica los medios”, frase que debo aclarar no fue acuñada con la mala intención con que es normalmente utilizada. El caso es que tenemos abogados que con tal de ganar un caso, de “justificar” su cobro, manipulan las reglas de juego cayendo en situaciones carentes de buena fe. Por ejemplo, los abogados que mal aconsejan a su clienta que acuse al marido de ser un abusador de menores, o un golpeador, sin pruebas obviamente, para obligar al marido a negociar con ellas antes de obtener el divorcio. ¿Es eso ético? Algo me dice que no.

La manipulación de las leyes, del debido proceso, del proceso investigativo, de los testimonios, de la autoridad derivada de la investidura, etc., demuestra claramente que la calidad ética de quienes ejercen esa noble profesión no es de igual calidad en todos los que la ejercen. Es así que hoy día, tenemos colaboradores eficaces que son gente de lo peor, cuya palabra es tomada cual biblia, como si la credibilidad de los criminales fuese digna de respeto y consideración alguna, con tal de privar de libertad a quien la CICIG quiera que le caiga la vara. ¿Me pregunto si harían lo mismo con sus amigos imputados de todo y de más? Obviamente, si yo fuera una rata de cloaca ladrona como Juan Carlos Monzón, también hubiera negociado ser colaborador eficaz del MP y cantaría la opera que quieran con tal que me disminuyeran la pena. Es preocupante pensar que cualquier delincuente pueda apegarse a esa figura y con ello, dado su poca calidad como ser humano, se deriven una serie de mentiras e injurias horribles contra quién sea, porque no todos los burócratas son iguales, como no todos los abogados son iguales, como no todos los guatemaltecos somos iguales. Con esto no digo que en el caso específico de Monzón ese sea el caso dado que al menos en el caso de OPM y la R sabemos que están completamente cubiertos de lodo, digo simplemente que hemos visto casos en los que ha sido abusado y no me sorprendería que Monzón ayude a hundir a quien sea con tal de obtener un beneficio legal.

En el caso Sperisen creo que esto se dio con mayor claridad. Carlos Bendfelt Porras, Luis Linares Pérez o Philippe Biret, testigos claves en el primer juicio fueron liberados luego de entrar a declarar contra Erwin Sperisen, contradiciéndose, declarando el falso, de todo con tal que los flamantes fiscales del Ministerio Público y la CICIG de Castresana les pidiera. Testimonios tan falsos, una payasa tan atroz, que se contradijeron varias a tal punto que en el segundo juicio no les fue permitido declarar. Pero evidente me resulta que mientan a diestra y siniestra para vivir campantes en Canadá y Francia, en lugar de cumplir sus condenas. Uno de estos testigos inclusive dijo que el Sr Sperisen asesinó a un reo a sangre fría, estilo ejecución (tiro en la parte trasera de la cabeza) cuando la autopsia del reo demuestra que sufrió tres impactos en el cuerpo, y ninguna en la cabeza.

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El caso Sperisen merece muchos artículos, porque han sido dos procesos con condena que rayan en lo absurdo, en lo grotesco. Para quienes creen a Suiza un país civilizado, les cuento que no permiten presentar pruebas ni testigos a la defensa, y que alguien se atreva a decirme que eso es correcto. La gente que critica a Sperisen porque les cae mal, porque es pelirrojo, porque mide casi 2 metros, o por lo que sea que les resulte antipático, piensen antes de arremeter contra ese guatemalteco, especialmente cuando vemos que no sobra quien quiera ocupar los cargos burocráticos que deben atender los centros de privación de libertad. Hemos visto varias revueltas recientes en las prisiones con las fuerzas de seguridad temerosas de proceder y a las autoridades de presidios que no parecen encontrar la fórmula para resolver el problema de las cárceles, aunque hablan de construir nuevos centros de privación de libertad. Quien va a desear entrarle a semejante tema sabiendo que si procede contra el dominio de los reos en las prisiones le puede costar una cadena perpetua.

Recuerde que si deseamos igualdad ante la Ley, y deseamos vivir en un Estado libre y democrático, todos, nos caigan bien o no, debemos ser tratados de igual forma ante la Ley. Y quienes aplican, representan y ejercen tan noble profesión, debieran recordar que si proceden mal, serán juzgados muy mal tarde o temprano.