Los partidos políticos como el Partido Patriota –PP- existirán por siempre y para siempre mientras el sistema electoral permita que sobrevivan por medio del dinero de los tributarios e impidan la competencia ciudadana por medio de comités cívicos o candidaturas independientes. Diputados como los del PP, existirán mientras el sistema siga permitiendo que se cuelen en las listas de votación, se mantengan en el poder casi indefinidamente e impidan las votaciones nominales que permitan al elector depurar el Congreso
Después de más de un año de denuncias por corrupción, aún no se han logrado cambios que permitan su reducción de forma eficiente. Algunas de las reformas que se han hecho son superficiales y en su defecto sólo se han cambiado a las personas pero no las condiciones en las que operaban las estructuras denunciadas.
Las aduanas por ejemplo, origen del caso La Línea, mantienen básicamente la misma forma de operar. Las regulaciones no arancelarias aún mantienen el poder discrecional de los burócratas. Es decir, en lugar de simplificar los procesos, transparentar los trámites y limitar el poder de quienes las operan, sólo se han cambiado o despedido a algunos pero las condiciones permanecen. Con esto se cambia de forma pero no de fondo.
Han sido tantos los escándalos de corrupción, la denuncias, las capturas y los juicios que muy pocos han puesto atención en los cambios que debería estar impulsando el presidente Jimmy Morales. Esos cambios que limiten el poder del burócrata, cambios que se pueden implementar con acuerdos gubernativos y con reglamentos más sencillos de cumplir.
Es importante aclarar que la corrupción en el país no es sólo del anterior gobierno ni de la anterior legislatura. La corrupción es el resultado de alimentar con mayor poder a un sistema benefactor-mercantilista durante muchos años. Es el resultado de creer que el Estado y por ende los políticos de turno son más aptos que el ciudadano para resolver su vida.
Es por eso que, mientras los ciudadanos sigan creyendo que los políticos son más eficaces desde sus curules o escritorios que los individuos en lo particular; seguirán otorgándole cada vez más poder para que cumplan con lo que ilusamente piensan es su obligación –resolverle la vida al ciudadano-.
Siempre habrá un partido como el PP que se aprovechará el poder para agenciarse de recursos de los tributarios mientras pueda hacerlo. Al final de cuentas, pensarán que si ellos no lo hacen alguien más lo hará.
Es por eso que, el sistema benefactor-mercantilista que actualmente impera es como la mesa puesta para el festín de quien llegue al poder. Sólo nos queda esperar que llegue alguien “bueno” que no se aproveche del puesto. Es decir, mantener la esperanza de que “ahora sí” no será ni corrupto ni ladrón.
Así que mientras no simplifiquemos las reglas, la corrupción será parte del día. Mientras no limitemos el poder de los políticos y burócratas, la extorsión será el modus operandi de aquellos que tiene el poder de quebrar los negocios. Mientras el gobernante pueda otorgar privilegios y prebendas habrá mercantilistas que financiarán su ascenso al poder.
Desafortunadamente el PP no es el único y tampoco será el último partido que se beneficie del sistema.
Políticos como los del PP siempre existirán mientras los incentivos estén puestos para que se aprovechen de los recursos de los tributarios. Llegarán al poder con la excusa de ayudar al más pobre para disponer de los recursos de forma arbitraria como lo ejemplifican las más recientes denuncias.
Ojalá estas denuncias no ayuden a entender que mientras más funciones se auto asignen los políticos más excusas tendrán para meter mano en el bolsillo del tributario. Ojalá que estas denuncias nos ayuden a entender que mientras no cambiemos el sistema benefactor-mercantilistas siempre habrá políticos ávidos del poder expoliador.
@Md30
Facebook.com/Mda30
La opinión expresada en este artículo es responsabilidad de su autor
Los partidos políticos como el Partido Patriota –PP- existirán por siempre y para siempre mientras el sistema electoral permita que sobrevivan por medio del dinero de los tributarios e impidan la competencia ciudadana por medio de comités cívicos o candidaturas independientes. Diputados como los del PP, existirán mientras el sistema siga permitiendo que se cuelen en las listas de votación, se mantengan en el poder casi indefinidamente e impidan las votaciones nominales que permitan al elector depurar el Congreso
Después de más de un año de denuncias por corrupción, aún no se han logrado cambios que permitan su reducción de forma eficiente. Algunas de las reformas que se han hecho son superficiales y en su defecto sólo se han cambiado a las personas pero no las condiciones en las que operaban las estructuras denunciadas.
Las aduanas por ejemplo, origen del caso La Línea, mantienen básicamente la misma forma de operar. Las regulaciones no arancelarias aún mantienen el poder discrecional de los burócratas. Es decir, en lugar de simplificar los procesos, transparentar los trámites y limitar el poder de quienes las operan, sólo se han cambiado o despedido a algunos pero las condiciones permanecen. Con esto se cambia de forma pero no de fondo.
Han sido tantos los escándalos de corrupción, la denuncias, las capturas y los juicios que muy pocos han puesto atención en los cambios que debería estar impulsando el presidente Jimmy Morales. Esos cambios que limiten el poder del burócrata, cambios que se pueden implementar con acuerdos gubernativos y con reglamentos más sencillos de cumplir.
Es importante aclarar que la corrupción en el país no es sólo del anterior gobierno ni de la anterior legislatura. La corrupción es el resultado de alimentar con mayor poder a un sistema benefactor-mercantilista durante muchos años. Es el resultado de creer que el Estado y por ende los políticos de turno son más aptos que el ciudadano para resolver su vida.
Es por eso que, mientras los ciudadanos sigan creyendo que los políticos son más eficaces desde sus curules o escritorios que los individuos en lo particular; seguirán otorgándole cada vez más poder para que cumplan con lo que ilusamente piensan es su obligación –resolverle la vida al ciudadano-.
Siempre habrá un partido como el PP que se aprovechará el poder para agenciarse de recursos de los tributarios mientras pueda hacerlo. Al final de cuentas, pensarán que si ellos no lo hacen alguien más lo hará.
Es por eso que, el sistema benefactor-mercantilista que actualmente impera es como la mesa puesta para el festín de quien llegue al poder. Sólo nos queda esperar que llegue alguien “bueno” que no se aproveche del puesto. Es decir, mantener la esperanza de que “ahora sí” no será ni corrupto ni ladrón.
Así que mientras no simplifiquemos las reglas, la corrupción será parte del día. Mientras no limitemos el poder de los políticos y burócratas, la extorsión será el modus operandi de aquellos que tiene el poder de quebrar los negocios. Mientras el gobernante pueda otorgar privilegios y prebendas habrá mercantilistas que financiarán su ascenso al poder.
Desafortunadamente el PP no es el único y tampoco será el último partido que se beneficie del sistema.
Políticos como los del PP siempre existirán mientras los incentivos estén puestos para que se aprovechen de los recursos de los tributarios. Llegarán al poder con la excusa de ayudar al más pobre para disponer de los recursos de forma arbitraria como lo ejemplifican las más recientes denuncias.
Ojalá estas denuncias no ayuden a entender que mientras más funciones se auto asignen los políticos más excusas tendrán para meter mano en el bolsillo del tributario. Ojalá que estas denuncias nos ayuden a entender que mientras no cambiemos el sistema benefactor-mercantilistas siempre habrá políticos ávidos del poder expoliador.
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