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Convertir nuestras ciudades en urbes inteligentes y autofinanciables

Redacción
24 de junio, 2016

Todos reclamamos y pegamos el grito hasta el quinto cielo porque ante las primeras lluvias la ciudad entera y sus ciudades satélites Villa Nueva y Mixco, colapsaron víctimas de ríos caudalosos en los que se convirtieron nuestras vías y avenidas principales. Realmente un caos vial total. Muchos despotricaron en redes sociales en contra del alcalde Alvaro Arzú, pero hay que reconocer que no es solo un problema del superado sistema vial, también es culpa de la desgraciada maña de la gente que la calle es su basurero. Se cumple aquello de que lo que es de todos es de nadie. Solo hay que ir detrás de un bus extraurbano más de 30 segundos y basura sale volando por las ventanas. Sí, todos los ríos del país son hoy una catástrofe ambiental porque al llover el agua conduce la basura de todo tipo a los ríos y éstos son hoy desagues. Que lamentable… Los ciudadanos exigimos derechos y somos muy malos para cumplir con las obligaciones de ciudadanos que habitamos y coexistimos en un mismo entorno.

Urbes inteligentes y autofinanciables ¿Cómo así? Esta semana el asesor en asuntos de planificación y gestión municipal, Lic. Enrique Ruata, me explicó que hay municipalidades importantes que ya son consideradas ciudades intermedias como Antigua Guatemala, Xela, Mazatenango o Retalhuleu, que dependen financieramente un 99.9% de las transferencias que hace el gobierno central. Con tan pírricos ingresos desde luego que no les alcanza para mucho más que hacer lo básico, siempre lo mismo en el menú de obras de los alcaldes nuevos o viejos. El plan de adquisiciones contempla en promedio 30 obras que van desde hacer un par de calles de cemento, mejoramiento de caminos de terracería en aldeas y caseríos, uno que otro proyecto de agua. Me metí a Guatecompras a ver una municipalidad de mi interés: Asunción Mita, Jutiapa, y no pude encontrar ni un solo proyecto que aborde los problemas de fondo… y mientras tanto las ciudades y pueblos de nuestro pujante país están igual como si viéramos una foto tomada en 1980.

El desafío de las Municipalidades entorno a generar ingresos empieza por querer hacer más por sus municipios, dejar el letargo y las excusas de “somos pobres, somos municipalidades débiles, no tenemos dinero y nadie nos ayuda”. La nueva generación del 50% de los alcaldes recién electos puede regenerar la credibilidad de que la gestión municipal puede ser un agente de cambio poderosísimo. El primer ingrediente es demostrar su ánimo de trabajar y sin ánimo de lucrar.

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Hay buenas noticias, me enteré de varios procesos que deberían todos los alcaldes voltear a mirar y buscar en nuestro mismo territorio casos de éxito (aunque sus líderes a la postre hayan o estén siendo cuestionados). Hablo de las Municipalidades de Villa Nueva y Sta. Catarina Pinula, en donde por medio del proceso del catastro como herramienta para fortalecer la recaudación fiscal municipal, triplicaron sus ingresos en 8 años. Resultaron hallazgos al hacer el catastro que habían viviendas con 1,500 metros cuadrados de construcción y que pagaban Q100 en cuestión del IUSI.

El catastro es una herramienta para el ordenamiento territorial que además de darle certeza legal a los dueños sobre sus lotes, predios o fincas, ayuda a ir cambiando la cara de una ciudad, que va del puro desorden y la anarquía al orden y del riesgo a la prevención (con lamentables excepciones como la tragedia del Cambray). El catastro se lleva a cabo sobre un proceso formal y muy técnico, y créanlo, fue así como ambas municipalidades al día de hoy pueden seguir realizando más obras de infraestructura que ciudades con más habitantes y necesidades como las bellas pero abandonadas ciudades Xela o La Antigua.

Algunos pocos gobernantes locales se están poniendo en camino, pero otros -la mayoría- ni siquiera se han dado cuenta de que la carrera comenzó y de que, cada vez más, los ciudadanos se conformarán menos con las ciudades descuadernadas, desintegradas, contaminadas, peligrosas, inseguras e ineficientes con las que han convivido hasta ahora.

El concepto está apenas en construcción, pero porque no iniciar un debate nacional sobre ‘Ciudades inteligentes’ (Smarter Cities). Hay multinacionales como IBM o Telefónica que han patrocinado dichos encuentros en Río de Janeiro y en Bogotá. En estos encuentros se reúnen cientos de líderes entre alcaldes, Jefes de Policía, empresarios, académicos e investigadores urbanos y de tecnología. No se trata de una reunión para hacer el típico “networking” de este encuentro salen “hojas de ruta” que las ciudades deberían adoptar. Eso si es que sus gobernantes quieren responder al reto de garantizarles a los ciudadanos servicios de calidad, a cambio de los impuestos que pagan, y sobre los nuevos que aún no cobran, pero igual con los que se financia la estructura burocrática del Estado.

Convertir nuestras ciudades en urbes inteligentes y autofinanciables

Redacción
24 de junio, 2016

Todos reclamamos y pegamos el grito hasta el quinto cielo porque ante las primeras lluvias la ciudad entera y sus ciudades satélites Villa Nueva y Mixco, colapsaron víctimas de ríos caudalosos en los que se convirtieron nuestras vías y avenidas principales. Realmente un caos vial total. Muchos despotricaron en redes sociales en contra del alcalde Alvaro Arzú, pero hay que reconocer que no es solo un problema del superado sistema vial, también es culpa de la desgraciada maña de la gente que la calle es su basurero. Se cumple aquello de que lo que es de todos es de nadie. Solo hay que ir detrás de un bus extraurbano más de 30 segundos y basura sale volando por las ventanas. Sí, todos los ríos del país son hoy una catástrofe ambiental porque al llover el agua conduce la basura de todo tipo a los ríos y éstos son hoy desagues. Que lamentable… Los ciudadanos exigimos derechos y somos muy malos para cumplir con las obligaciones de ciudadanos que habitamos y coexistimos en un mismo entorno.

Urbes inteligentes y autofinanciables ¿Cómo así? Esta semana el asesor en asuntos de planificación y gestión municipal, Lic. Enrique Ruata, me explicó que hay municipalidades importantes que ya son consideradas ciudades intermedias como Antigua Guatemala, Xela, Mazatenango o Retalhuleu, que dependen financieramente un 99.9% de las transferencias que hace el gobierno central. Con tan pírricos ingresos desde luego que no les alcanza para mucho más que hacer lo básico, siempre lo mismo en el menú de obras de los alcaldes nuevos o viejos. El plan de adquisiciones contempla en promedio 30 obras que van desde hacer un par de calles de cemento, mejoramiento de caminos de terracería en aldeas y caseríos, uno que otro proyecto de agua. Me metí a Guatecompras a ver una municipalidad de mi interés: Asunción Mita, Jutiapa, y no pude encontrar ni un solo proyecto que aborde los problemas de fondo… y mientras tanto las ciudades y pueblos de nuestro pujante país están igual como si viéramos una foto tomada en 1980.

El desafío de las Municipalidades entorno a generar ingresos empieza por querer hacer más por sus municipios, dejar el letargo y las excusas de “somos pobres, somos municipalidades débiles, no tenemos dinero y nadie nos ayuda”. La nueva generación del 50% de los alcaldes recién electos puede regenerar la credibilidad de que la gestión municipal puede ser un agente de cambio poderosísimo. El primer ingrediente es demostrar su ánimo de trabajar y sin ánimo de lucrar.

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Hay buenas noticias, me enteré de varios procesos que deberían todos los alcaldes voltear a mirar y buscar en nuestro mismo territorio casos de éxito (aunque sus líderes a la postre hayan o estén siendo cuestionados). Hablo de las Municipalidades de Villa Nueva y Sta. Catarina Pinula, en donde por medio del proceso del catastro como herramienta para fortalecer la recaudación fiscal municipal, triplicaron sus ingresos en 8 años. Resultaron hallazgos al hacer el catastro que habían viviendas con 1,500 metros cuadrados de construcción y que pagaban Q100 en cuestión del IUSI.

El catastro es una herramienta para el ordenamiento territorial que además de darle certeza legal a los dueños sobre sus lotes, predios o fincas, ayuda a ir cambiando la cara de una ciudad, que va del puro desorden y la anarquía al orden y del riesgo a la prevención (con lamentables excepciones como la tragedia del Cambray). El catastro se lleva a cabo sobre un proceso formal y muy técnico, y créanlo, fue así como ambas municipalidades al día de hoy pueden seguir realizando más obras de infraestructura que ciudades con más habitantes y necesidades como las bellas pero abandonadas ciudades Xela o La Antigua.

Algunos pocos gobernantes locales se están poniendo en camino, pero otros -la mayoría- ni siquiera se han dado cuenta de que la carrera comenzó y de que, cada vez más, los ciudadanos se conformarán menos con las ciudades descuadernadas, desintegradas, contaminadas, peligrosas, inseguras e ineficientes con las que han convivido hasta ahora.

El concepto está apenas en construcción, pero porque no iniciar un debate nacional sobre ‘Ciudades inteligentes’ (Smarter Cities). Hay multinacionales como IBM o Telefónica que han patrocinado dichos encuentros en Río de Janeiro y en Bogotá. En estos encuentros se reúnen cientos de líderes entre alcaldes, Jefes de Policía, empresarios, académicos e investigadores urbanos y de tecnología. No se trata de una reunión para hacer el típico “networking” de este encuentro salen “hojas de ruta” que las ciudades deberían adoptar. Eso si es que sus gobernantes quieren responder al reto de garantizarles a los ciudadanos servicios de calidad, a cambio de los impuestos que pagan, y sobre los nuevos que aún no cobran, pero igual con los que se financia la estructura burocrática del Estado.