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Ejército y Pueblos Indígenas

Redacción
27 de junio, 2016

Estamos a pocos días de un aniversario más de la fundación de las Fuerzas Armadas de Guatemala, en este sentido es oportuno reflexionar y debatir en torno a la pregunta: ¿Qué papel debería jugar el Ejército en la vida de los mayas? La interrogante es provocadora y fue formulada, hace más de dos décadas, por el conocido antropólogo Richard Adams. 

Es evidente que la institución más multiétnica, pluricultural y multilingüe del Estado de Guatemala es el Ejército. La mayoría de sus integrantes son indígenas. Sí, y la mayoría de ellos conforman la tropa; pero, tampoco es menos cierto que hay un crecimiento y notoriedad de más oficiales pertenecientes a alguna comunidad lingüística del pueblo Maya –o bien al pueblo Xinka o Garífuna-.

Para muchos indígenas, tanto en la tropa como en la oficialidad, la institución armada ha sido un “instrumento” o una vía para lograr aquello que se denomina movilidad social ascendente. Es decir, subir de escalón en la pirámide social. La institución les ha permitido a miles de soldados indígenas, incluso, la posibilidad de aprender a leer y escribir y acceder a educación en diferentes niveles –incluido el universitario- y acceder a redes de relaciones sociales que les pueden ser de utilidad dentro como fuera de la institución. 

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El enfrentamiento armado interno, ni duda cabe, fue una etapa oscura de nuestra Historia, que también fue utilizada para hacer sembrar, germinar y perpetuar la tensión entre “indios y Ejército”. Sí, vaya ironía en un Ejército que, ya se dijo, es eminentemente indígena.  

Lo lamentable de aquello es que, a veinte años de la Firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera, en buena parte del movimiento indígena, todavía, se encuentra enraizado un sentimiento anti Ejército que debe ser superado. Es tiempo de promover una nueva relación Ejército y Pueblos Indígenas. Y esto requiere liderazgo en ambos lados.  

Lo que muchas organizaciones indígenas no ven, cuya visión se encuentra limitada por sus anteojeras ideológicas, es que el Ejército, visto como factor de poder, es un actor clave en la vida institucional del país que podría convertirse, eventualmente, en un aliado para hacer avanzar la alicaída y, cada día más, olvidada “Agenda Indígena”.  

Casos de alianzas poderosas entre Ejército y pueblos indígenas hay varias en América Latina. Basta ver, por ejemplo, las marchas indígenas que lideró, en el año 2000, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador, CONAIE, que fueron apoyadas por militares de aquel país y que tuvo como consecuencia la caída del gobierno de Jamil Mahuad; otro caso ilustrativo es la relación entre las fuerzas armadas y Evo Morales en Bolivia. Claro, de esto, es poco probable que hablen y aprendan los líderes “tradicionales” del movimiento indígena guatemalteco.  

Dentro del Ejército, también es clave un liderazgo con visión intercultural. Si bien es cierto que es la institución con más indígenas en el Estado, eso tampoco la convierte en la más incluyente. Un ejemplo de ello es darle una vista rápida a quiénes han sido los Ministros, Viceministros, Jefes y Subjefes del Estado Mayor de la Defensa Nacional desde la vuelta a la democracia a la fecha y verá el limitado número de oficiales indígenas que llegan a esos puestos.  

Tanto en el movimiento indígena como en el Ejército se debe promover, para empezar, el encuentro y diálogo intercultural, vistos ambos actores como factores de poder. El movimiento indígena es un actor político relevante que llegó para quedarse en la vida nacional y el Ejército, por mucho que le pese a algunos sectores, es la institución más eficiente y mejor valorada a nivel nacional y que puede contribuir al desarrollo de las comunidades indígenas. 

Dentro del Ejército también se puede empezar a dar mensajes que lleven una carga simbólica importante y que pueden detonar cambios institucionales. Por ejemplo, nombrar a un “indio” como Ministro de la Defensa o bien a un oficial de la Marina en dicho cargo. O nombrar a un “indio” como Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional. Oficiales indígenas con capacidad y liderazgo para ocupar dichos cargos hay y muchos.  

En el marco de lo antes expuesto, es alentador saber que hay en el Ejército varios oficiales, tanto indígenas como ladinos/mestizos, que pueden ayudar a tejer una nueva relación entre las Fuerzas Armadas y los Pueblos Indígenas. Su determinación y liderazgo en esa ruta, será valiosa para el país.

¡Feliz Día del Ejército soldados guatemaltecos! Que la fuerza y las energías de Balam les acompañen.

@bequerchocooj

Ejército y Pueblos Indígenas

Redacción
27 de junio, 2016

Estamos a pocos días de un aniversario más de la fundación de las Fuerzas Armadas de Guatemala, en este sentido es oportuno reflexionar y debatir en torno a la pregunta: ¿Qué papel debería jugar el Ejército en la vida de los mayas? La interrogante es provocadora y fue formulada, hace más de dos décadas, por el conocido antropólogo Richard Adams. 

Es evidente que la institución más multiétnica, pluricultural y multilingüe del Estado de Guatemala es el Ejército. La mayoría de sus integrantes son indígenas. Sí, y la mayoría de ellos conforman la tropa; pero, tampoco es menos cierto que hay un crecimiento y notoriedad de más oficiales pertenecientes a alguna comunidad lingüística del pueblo Maya –o bien al pueblo Xinka o Garífuna-.

Para muchos indígenas, tanto en la tropa como en la oficialidad, la institución armada ha sido un “instrumento” o una vía para lograr aquello que se denomina movilidad social ascendente. Es decir, subir de escalón en la pirámide social. La institución les ha permitido a miles de soldados indígenas, incluso, la posibilidad de aprender a leer y escribir y acceder a educación en diferentes niveles –incluido el universitario- y acceder a redes de relaciones sociales que les pueden ser de utilidad dentro como fuera de la institución. 

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El enfrentamiento armado interno, ni duda cabe, fue una etapa oscura de nuestra Historia, que también fue utilizada para hacer sembrar, germinar y perpetuar la tensión entre “indios y Ejército”. Sí, vaya ironía en un Ejército que, ya se dijo, es eminentemente indígena.  

Lo lamentable de aquello es que, a veinte años de la Firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera, en buena parte del movimiento indígena, todavía, se encuentra enraizado un sentimiento anti Ejército que debe ser superado. Es tiempo de promover una nueva relación Ejército y Pueblos Indígenas. Y esto requiere liderazgo en ambos lados.  

Lo que muchas organizaciones indígenas no ven, cuya visión se encuentra limitada por sus anteojeras ideológicas, es que el Ejército, visto como factor de poder, es un actor clave en la vida institucional del país que podría convertirse, eventualmente, en un aliado para hacer avanzar la alicaída y, cada día más, olvidada “Agenda Indígena”.  

Casos de alianzas poderosas entre Ejército y pueblos indígenas hay varias en América Latina. Basta ver, por ejemplo, las marchas indígenas que lideró, en el año 2000, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador, CONAIE, que fueron apoyadas por militares de aquel país y que tuvo como consecuencia la caída del gobierno de Jamil Mahuad; otro caso ilustrativo es la relación entre las fuerzas armadas y Evo Morales en Bolivia. Claro, de esto, es poco probable que hablen y aprendan los líderes “tradicionales” del movimiento indígena guatemalteco.  

Dentro del Ejército, también es clave un liderazgo con visión intercultural. Si bien es cierto que es la institución con más indígenas en el Estado, eso tampoco la convierte en la más incluyente. Un ejemplo de ello es darle una vista rápida a quiénes han sido los Ministros, Viceministros, Jefes y Subjefes del Estado Mayor de la Defensa Nacional desde la vuelta a la democracia a la fecha y verá el limitado número de oficiales indígenas que llegan a esos puestos.  

Tanto en el movimiento indígena como en el Ejército se debe promover, para empezar, el encuentro y diálogo intercultural, vistos ambos actores como factores de poder. El movimiento indígena es un actor político relevante que llegó para quedarse en la vida nacional y el Ejército, por mucho que le pese a algunos sectores, es la institución más eficiente y mejor valorada a nivel nacional y que puede contribuir al desarrollo de las comunidades indígenas. 

Dentro del Ejército también se puede empezar a dar mensajes que lleven una carga simbólica importante y que pueden detonar cambios institucionales. Por ejemplo, nombrar a un “indio” como Ministro de la Defensa o bien a un oficial de la Marina en dicho cargo. O nombrar a un “indio” como Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional. Oficiales indígenas con capacidad y liderazgo para ocupar dichos cargos hay y muchos.  

En el marco de lo antes expuesto, es alentador saber que hay en el Ejército varios oficiales, tanto indígenas como ladinos/mestizos, que pueden ayudar a tejer una nueva relación entre las Fuerzas Armadas y los Pueblos Indígenas. Su determinación y liderazgo en esa ruta, será valiosa para el país.

¡Feliz Día del Ejército soldados guatemaltecos! Que la fuerza y las energías de Balam les acompañen.

@bequerchocooj