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Los formadores del futuro

Antonio Melgar
27 de junio, 2016

La educación es el bastión del progreso un derecho universal para las personas, necesaria para el desarrollo de una sociedad. Recordemos que sin educación es  imposible avanzar en la búsqueda de una mejor calidad de vida para todos y hace algunos días se conmemoró el día del maestro en Guatemala,  quienes se identifican como figura clave en la formación estudiantil del país.

Cuando uno es niño recuerda a sus maestros, y cada uno de nosotros tenemos nuestras anécdotas que hacen que el ver hacia el pasado nos llene de un sentimiento de nostalgia de buenos recuerdos, y que nos hace saltar de alegría, tal vez por travesuras, pero lo más importante por aprendizaje.

Es entonces necesario felicitar a aquellos que con su esfuerzo han llenado de esperanza y desarrollo a todos los que hemos tenido oportunidad de recibir clases, por eso se hace ineludible dar un aplauso a ellos por desempeñar una tarea que muchas veces desmerita pero que es imprescindible para todos.

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Los educadores en Guatemala se desempeñan entre carencias pues el sistema educativo no tiene la fuerza necesaria para cumplir a cabalidad con la demanda existente. Son esos maestros los que luchan día a día contra las adversidades más grandes, pero que lo hacen por las niñas y niños que tanto lo necesitan y que en su mirada de esperanza encuentran una recompensa más que suficiente.

Ojalá  los maestros sean reconocidos por sus esfuerzos de formación, por su gran amor a la educación, que día con día luchan para mejorar la vida de aquellos a quienes educan.

Espero  como todos los guatemaltecos de buen corazón, que la educación en Guatemala sea para todas y todos sin distinción alguna, y que podamos ver una nación educada indispensable para el desarrollo.

Solo me queda expresar mi agradecimiento por los maestros que han dejado enseñanzas en nuestras vidas y a las nuevas generaciones de educadores que tienen sobre sus hombros una responsabilidad grande que cumplir. Pero más allá también recordar a nuestros gobernantes que no olviden la base de una sociedad con desarrollo, por la que es necesario invertir en calidad.

Los formadores del futuro

Antonio Melgar
27 de junio, 2016

La educación es el bastión del progreso un derecho universal para las personas, necesaria para el desarrollo de una sociedad. Recordemos que sin educación es  imposible avanzar en la búsqueda de una mejor calidad de vida para todos y hace algunos días se conmemoró el día del maestro en Guatemala,  quienes se identifican como figura clave en la formación estudiantil del país.

Cuando uno es niño recuerda a sus maestros, y cada uno de nosotros tenemos nuestras anécdotas que hacen que el ver hacia el pasado nos llene de un sentimiento de nostalgia de buenos recuerdos, y que nos hace saltar de alegría, tal vez por travesuras, pero lo más importante por aprendizaje.

Es entonces necesario felicitar a aquellos que con su esfuerzo han llenado de esperanza y desarrollo a todos los que hemos tenido oportunidad de recibir clases, por eso se hace ineludible dar un aplauso a ellos por desempeñar una tarea que muchas veces desmerita pero que es imprescindible para todos.

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Los educadores en Guatemala se desempeñan entre carencias pues el sistema educativo no tiene la fuerza necesaria para cumplir a cabalidad con la demanda existente. Son esos maestros los que luchan día a día contra las adversidades más grandes, pero que lo hacen por las niñas y niños que tanto lo necesitan y que en su mirada de esperanza encuentran una recompensa más que suficiente.

Ojalá  los maestros sean reconocidos por sus esfuerzos de formación, por su gran amor a la educación, que día con día luchan para mejorar la vida de aquellos a quienes educan.

Espero  como todos los guatemaltecos de buen corazón, que la educación en Guatemala sea para todas y todos sin distinción alguna, y que podamos ver una nación educada indispensable para el desarrollo.

Solo me queda expresar mi agradecimiento por los maestros que han dejado enseñanzas en nuestras vidas y a las nuevas generaciones de educadores que tienen sobre sus hombros una responsabilidad grande que cumplir. Pero más allá también recordar a nuestros gobernantes que no olviden la base de una sociedad con desarrollo, por la que es necesario invertir en calidad.