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Objetivismo: capitalismo como sistema político racional

Redacción
19 de julio, 2016

La antítesis de la racionalidad es la fuerza bruta. La única pregunta político-económica importante en relación a la habilidad del hombre de usar su mente es: ¿está éste protegido de aquellos que deseen iniciar el uso de la fuerza bruta en su contra? El único principio moral y el único sistema político-económico que puede contestar inequívocamente “sí” son: los derechos individuales y el Capitalismo.
La pregunta filosófica fundamental de un sistema político-económico es: ¿Por qué medios sobrevive el hombre en la tierra? El único sistema que reconoce que la razón es el instrumento de supervivencia del hombre es el Capitalismo, el sistema de la Ilustración.
El concepto de derecho individual es más que un principio moral-político, ya que es la condición social de una revolución intelectual al ser el garante de la libertad y seguridad física de los hombres de la mente contra aquellos brutos que pretenden iniciar la fuerza bruta en su contra. El Capitalismo es el paraíso, el Shangri La de los mejores, de aquellos que eligen pensar. El Capitalismo al proteger la vida y libertad del individuo dedicado escrupulosamente al uso del instrumento de supervivencia humano, es, el sistema de la supervivencia del hombre. La respuesta de por qué sólo el sistema de derechos individuales crea una abundancia jamás soñada, es que la vida del hombre requiere un sistema social cuya esencia encarne la protección inquebrantable de su habilidad para usar su mente sin impedimento alguno.
El Capitalismo es el sistema de la productividad. La evidencia está por doquier. Cuando las políticas de un país se acercan más al Capitalismo, al libre mercado, al respeto de los derechos de propiedad, al cumplimiento de los contratos y al imperio de la ley basada en los derechos individuales, entonces progresa económicamente, florece. Cuanto más se aleja del Capitalismo, más se empobrece.
Para explicar esto, no hay que olvidar que lógica e históricamente la libertad se basa en el egoísmo y en la razón. El compromiso por principio con la libertad surge sólo cuando los hombres reconocen dos verdades relacionadas: Primero, que los humanos tienen el derecho inalienable a su propia vida; y segundo, que la mente es el único medio por el que adquieren conocimiento y por el que promueve su vida. Por tanto, el hombre debe tener la libertad para florecer y para usar el instrumento que le permite hacerlo. Esto forma la base del principio de derechos individuales que son la esencia del Capitalismo.
El Capitalismo pues, es el sistema de la razón, del egoísmo, y de la libertad.
Lo que significa esto es que libera el instrumento por el cual los hombres crean valores (la razón); reconoce sus necesidades y recompensa los intentos de conseguir valores (el egoísmo); y protege por medio de un sistema legal, su derecho a perseguir sus propios valores (la libertad).
Entonces, el que los hombres produzcan valores bajo el Capitalismo es la consecuencia lógica de sus principios esenciales.
El Capitalismo es el sistema que libera a los productores. Esto quiere decir que protege la libertad de usar la mente a los innovadores, inventores y empresarios que son los pioneros que mediante su trabajo crean la riqueza que disfrutan las naciones más capitalistas hoy.
Todos los bienes que requiere la vida humana requieren ser producidos, desde la leche, cereal y huevos de su desayuno, hasta los edificios en los que vive y trabaja. La producción es esencial para la economía porque es crítica para la vida humana. La productividad es una virtud moral cardinal. Ahora, es evidente que la producción antecede al consumo. No se puede consumir lo que no existe, lo que aún no se ha producido. De hecho, sólo se debe considerar economía la previsora actividad de los hombres dirigida a satisfacer mediata e inmediatamente su necesidad de bienes materiales, mientras que los actos dirigidos específicamente al consumo no pertenecen al concepto de economía. La demanda, pues, viene de la oferta. El individuo que no produce no tiene que dar a cambio de aquellos valores necesarios para su sustento. El fenómeno complejo de la economía humana en su forma social, el mercado, brota de las actividades y de las relaciones de las economías individuales (producción) coordinadas entre sí por el intercambio.
El Capitalismo, el sistema político-económico de la Ilustración, es superior al estatismo, porque libera a los productores, al reconocer que las mentes creativas son la fuente de todos los valores y que ésta debe ser libre para inventar, manufacturar y descubrir donde se deben invertir económicamente los recursos. Bajo el Capitalismo, los productores son los que establecen los términos económicos. Es la producción la que hace posible el consumo, pero la producción no es un fin en sí misma. Más bien, la producción es un medio para alcanzar un fin, que es el consumo. La producción crea la riqueza que se puede consumir. El consumo es el uso de esa riqueza para disfrutar de la vida, y sólo esto, vivir disfrutando, es el fin en sí mismo.
Pero otro aspecto importante del Capitalismo es que también libera al consumidor, quien se encuentra libre para evaluar la utilidad que una nueva creación tenga para él. Puede elegir entre varias ofertas o por ninguna. El productor racional, como pensador innovador, depende de la visión racional de sus posibles clientes, que valoren productos aun no probados. El éxito de los avances tecnológicos se basa precisamente en la libertad de los miembros más racionales de la sociedad, los que usarán un aparato nuevo, así como los inventores, manufactureros e inversionistas.
Continuará.

Objetivismo: capitalismo como sistema político racional

Redacción
19 de julio, 2016

La antítesis de la racionalidad es la fuerza bruta. La única pregunta político-económica importante en relación a la habilidad del hombre de usar su mente es: ¿está éste protegido de aquellos que deseen iniciar el uso de la fuerza bruta en su contra? El único principio moral y el único sistema político-económico que puede contestar inequívocamente “sí” son: los derechos individuales y el Capitalismo.
La pregunta filosófica fundamental de un sistema político-económico es: ¿Por qué medios sobrevive el hombre en la tierra? El único sistema que reconoce que la razón es el instrumento de supervivencia del hombre es el Capitalismo, el sistema de la Ilustración.
El concepto de derecho individual es más que un principio moral-político, ya que es la condición social de una revolución intelectual al ser el garante de la libertad y seguridad física de los hombres de la mente contra aquellos brutos que pretenden iniciar la fuerza bruta en su contra. El Capitalismo es el paraíso, el Shangri La de los mejores, de aquellos que eligen pensar. El Capitalismo al proteger la vida y libertad del individuo dedicado escrupulosamente al uso del instrumento de supervivencia humano, es, el sistema de la supervivencia del hombre. La respuesta de por qué sólo el sistema de derechos individuales crea una abundancia jamás soñada, es que la vida del hombre requiere un sistema social cuya esencia encarne la protección inquebrantable de su habilidad para usar su mente sin impedimento alguno.
El Capitalismo es el sistema de la productividad. La evidencia está por doquier. Cuando las políticas de un país se acercan más al Capitalismo, al libre mercado, al respeto de los derechos de propiedad, al cumplimiento de los contratos y al imperio de la ley basada en los derechos individuales, entonces progresa económicamente, florece. Cuanto más se aleja del Capitalismo, más se empobrece.
Para explicar esto, no hay que olvidar que lógica e históricamente la libertad se basa en el egoísmo y en la razón. El compromiso por principio con la libertad surge sólo cuando los hombres reconocen dos verdades relacionadas: Primero, que los humanos tienen el derecho inalienable a su propia vida; y segundo, que la mente es el único medio por el que adquieren conocimiento y por el que promueve su vida. Por tanto, el hombre debe tener la libertad para florecer y para usar el instrumento que le permite hacerlo. Esto forma la base del principio de derechos individuales que son la esencia del Capitalismo.
El Capitalismo pues, es el sistema de la razón, del egoísmo, y de la libertad.
Lo que significa esto es que libera el instrumento por el cual los hombres crean valores (la razón); reconoce sus necesidades y recompensa los intentos de conseguir valores (el egoísmo); y protege por medio de un sistema legal, su derecho a perseguir sus propios valores (la libertad).
Entonces, el que los hombres produzcan valores bajo el Capitalismo es la consecuencia lógica de sus principios esenciales.
El Capitalismo es el sistema que libera a los productores. Esto quiere decir que protege la libertad de usar la mente a los innovadores, inventores y empresarios que son los pioneros que mediante su trabajo crean la riqueza que disfrutan las naciones más capitalistas hoy.
Todos los bienes que requiere la vida humana requieren ser producidos, desde la leche, cereal y huevos de su desayuno, hasta los edificios en los que vive y trabaja. La producción es esencial para la economía porque es crítica para la vida humana. La productividad es una virtud moral cardinal. Ahora, es evidente que la producción antecede al consumo. No se puede consumir lo que no existe, lo que aún no se ha producido. De hecho, sólo se debe considerar economía la previsora actividad de los hombres dirigida a satisfacer mediata e inmediatamente su necesidad de bienes materiales, mientras que los actos dirigidos específicamente al consumo no pertenecen al concepto de economía. La demanda, pues, viene de la oferta. El individuo que no produce no tiene que dar a cambio de aquellos valores necesarios para su sustento. El fenómeno complejo de la economía humana en su forma social, el mercado, brota de las actividades y de las relaciones de las economías individuales (producción) coordinadas entre sí por el intercambio.
El Capitalismo, el sistema político-económico de la Ilustración, es superior al estatismo, porque libera a los productores, al reconocer que las mentes creativas son la fuente de todos los valores y que ésta debe ser libre para inventar, manufacturar y descubrir donde se deben invertir económicamente los recursos. Bajo el Capitalismo, los productores son los que establecen los términos económicos. Es la producción la que hace posible el consumo, pero la producción no es un fin en sí misma. Más bien, la producción es un medio para alcanzar un fin, que es el consumo. La producción crea la riqueza que se puede consumir. El consumo es el uso de esa riqueza para disfrutar de la vida, y sólo esto, vivir disfrutando, es el fin en sí mismo.
Pero otro aspecto importante del Capitalismo es que también libera al consumidor, quien se encuentra libre para evaluar la utilidad que una nueva creación tenga para él. Puede elegir entre varias ofertas o por ninguna. El productor racional, como pensador innovador, depende de la visión racional de sus posibles clientes, que valoren productos aun no probados. El éxito de los avances tecnológicos se basa precisamente en la libertad de los miembros más racionales de la sociedad, los que usarán un aparato nuevo, así como los inventores, manufactureros e inversionistas.
Continuará.