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Empleos donde más se necesitan y una red de seguridad social

Redacción
08 de septiembre, 2016

La Red Latinoamericana de Investigaciones sobre Compañías Multinacionales (RedLat) acaba de publicar el informe acerca del trabajo decente en siete países de América Latina:Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú, México y Uruguay. Similar estudio debiese solicitar el Ministerio de Trabajo que se haga en Centroamérica, ya que la situación laboral en Guatemala tiene mucho trabajo por delante.

Coincide con la agenda del plan de prosperidad del Gobierno de los Estados Unidos para reducir la migración de ilegales y el Gobierno de Guatemala, y la propuesta de ENADE 2016 – que le da la palestra para su comunicación y el vínculo Estado- Sector Privado – Sociedad.

Según las directrices de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la RedLat define trabajo decente como “un trabajo productivo adecuadamente remunerado, ejercido en condiciones de libertad, equidad y seguridad, sin ninguna forma de discriminación, y que asegure a trabajadores y trabajadoras condiciones dignas de vida”.

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La RedLat propone medir el trabajo decente a través de cinco indicadores:
Oportunidades de empleo,
Remuneraciones,
Protección social,
Libertad sindical, y
Negociación colectiva.

Analicemos estas cifras haciendo énfasis sobre algunos aspectos relacionados con la remuneración, y su relación con el crecimiento del consumo. El estudio indica que los países con más informalidad y empleos pobremente remunerados han contribuido a la desaceleración de las economías.
Si los ingresos son mayores, los gastos personales y familiares aumentan, por lo tanto las ventas crecen en bienes y servicios.

Así es que los empleos mal remunerados como forma de mantener ficticiamente la competitividad de las empresas en Guatemala no se ha sentido porque entran $7 millones de Dólares al año por remesas.

La mano de obra barata se supone da márgenes más amplios de ganancias a ciertos sectores de la economía, pero eso no ha venido a aumentar la productividad. Sabemos que hay aproximadamente un 60% de personas en la informalidad y sería interesante saber cuántos empleados ganan el salario mínimo. En países con grandes economías como Colombia o Perú el 48% y el 51% ganan menos del salario mínimo respectivamente.

Un salario mínimo o menos que el mínimo no incentiva al trabajador a rendir más, y nuestros “gobernantes de turno” hasta la fecha tampoco han posibilitado la regulación del empleo parcial, o sea, usar abiertamente todas las formas legales de empleo decente como el empleo a medio tiempo o por horas. Eso de que “o todo o nada” nos tiene amarrados al pasado y poniéndole el dedo para tapar el sol! Lo que sí es importante es apostarle a que el trabajador gane más que lo mínimo.

Y después de revisar el informe de la RedLat me lleva a concluir que ahora que se habla de crear 1 millón de empleos desarrollando la urbanización de 9 ciudades intermedias, urge repensar la política salarial del país, teniendo en mente no apenas la equidad, sino la oferta (productividad) y la demanda (consumo). Los salarios bajos no contribuyen a mejorar la distribución del ingreso, y tampoco favorecen el crecimiento de la economía.

Claro que las condiciones en Guatemala son realmente desventajosas para crear empleos bien pagados en los departamentos, con 60% de la población en algún rango de la pobreza multidimensional y 46% afectados por las implicaciones de ser desnutrido. De tal cuenta que la informalidad tiene una incidencia directa sobre la pobreza.

Protección social… Sabemos que un 6% de los guatemaltecos pagan por un seguro médico privado, el resto se las busca en lo público si es que lo encuentra, y las pensiones o seguridad social significa tener 7 hijos en el campo. Somos un país joven y por eso no nos preocupa envejecer, pero pregúntenle a un anciano en la pobreza lo que es su calidad de vida, y lo que significa para uno o varios hijos tener que cuidar de la vejez de sus padres con escasos recursos. Es realmente inhumano e indigna.

La urbanización creará ojalá condiciones más favorables para la inversión empresarial y creará empleos, pero no puede hacerse sin una red de seguridad social o “social safety net” que es un conjunto de servicios prestados por las instituciones del Estado o de otro tipo, como patronatos, incluyendo el bienestar, la prestación por desempleo, la salud universal, refugios para personas sin hogar, y servicios a veces subvencionados, como el transporte público, que impiden que las personas caigan en la pobreza.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Empleos donde más se necesitan y una red de seguridad social

Redacción
08 de septiembre, 2016

La Red Latinoamericana de Investigaciones sobre Compañías Multinacionales (RedLat) acaba de publicar el informe acerca del trabajo decente en siete países de América Latina:Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú, México y Uruguay. Similar estudio debiese solicitar el Ministerio de Trabajo que se haga en Centroamérica, ya que la situación laboral en Guatemala tiene mucho trabajo por delante.

Coincide con la agenda del plan de prosperidad del Gobierno de los Estados Unidos para reducir la migración de ilegales y el Gobierno de Guatemala, y la propuesta de ENADE 2016 – que le da la palestra para su comunicación y el vínculo Estado- Sector Privado – Sociedad.

Según las directrices de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la RedLat define trabajo decente como “un trabajo productivo adecuadamente remunerado, ejercido en condiciones de libertad, equidad y seguridad, sin ninguna forma de discriminación, y que asegure a trabajadores y trabajadoras condiciones dignas de vida”.

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La RedLat propone medir el trabajo decente a través de cinco indicadores:
Oportunidades de empleo,
Remuneraciones,
Protección social,
Libertad sindical, y
Negociación colectiva.

Analicemos estas cifras haciendo énfasis sobre algunos aspectos relacionados con la remuneración, y su relación con el crecimiento del consumo. El estudio indica que los países con más informalidad y empleos pobremente remunerados han contribuido a la desaceleración de las economías.
Si los ingresos son mayores, los gastos personales y familiares aumentan, por lo tanto las ventas crecen en bienes y servicios.

Así es que los empleos mal remunerados como forma de mantener ficticiamente la competitividad de las empresas en Guatemala no se ha sentido porque entran $7 millones de Dólares al año por remesas.

La mano de obra barata se supone da márgenes más amplios de ganancias a ciertos sectores de la economía, pero eso no ha venido a aumentar la productividad. Sabemos que hay aproximadamente un 60% de personas en la informalidad y sería interesante saber cuántos empleados ganan el salario mínimo. En países con grandes economías como Colombia o Perú el 48% y el 51% ganan menos del salario mínimo respectivamente.

Un salario mínimo o menos que el mínimo no incentiva al trabajador a rendir más, y nuestros “gobernantes de turno” hasta la fecha tampoco han posibilitado la regulación del empleo parcial, o sea, usar abiertamente todas las formas legales de empleo decente como el empleo a medio tiempo o por horas. Eso de que “o todo o nada” nos tiene amarrados al pasado y poniéndole el dedo para tapar el sol! Lo que sí es importante es apostarle a que el trabajador gane más que lo mínimo.

Y después de revisar el informe de la RedLat me lleva a concluir que ahora que se habla de crear 1 millón de empleos desarrollando la urbanización de 9 ciudades intermedias, urge repensar la política salarial del país, teniendo en mente no apenas la equidad, sino la oferta (productividad) y la demanda (consumo). Los salarios bajos no contribuyen a mejorar la distribución del ingreso, y tampoco favorecen el crecimiento de la economía.

Claro que las condiciones en Guatemala son realmente desventajosas para crear empleos bien pagados en los departamentos, con 60% de la población en algún rango de la pobreza multidimensional y 46% afectados por las implicaciones de ser desnutrido. De tal cuenta que la informalidad tiene una incidencia directa sobre la pobreza.

Protección social… Sabemos que un 6% de los guatemaltecos pagan por un seguro médico privado, el resto se las busca en lo público si es que lo encuentra, y las pensiones o seguridad social significa tener 7 hijos en el campo. Somos un país joven y por eso no nos preocupa envejecer, pero pregúntenle a un anciano en la pobreza lo que es su calidad de vida, y lo que significa para uno o varios hijos tener que cuidar de la vejez de sus padres con escasos recursos. Es realmente inhumano e indigna.

La urbanización creará ojalá condiciones más favorables para la inversión empresarial y creará empleos, pero no puede hacerse sin una red de seguridad social o “social safety net” que es un conjunto de servicios prestados por las instituciones del Estado o de otro tipo, como patronatos, incluyendo el bienestar, la prestación por desempleo, la salud universal, refugios para personas sin hogar, y servicios a veces subvencionados, como el transporte público, que impiden que las personas caigan en la pobreza.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo