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Ojalá que remonte su vuelo…

Redacción
12 de septiembre, 2016

Guatemala atraviesa períodos difíciles, pero esto no es nuevo en los 195 años desde que los Próceres firmaron el Acta de Soberanía de Guatemala y aprobaron el 15 de septiembre de 1821 – en lo que hoy es el Parque Centenario de la zona 1 – la Declaración de Independencia, con 23 votos a favor y 7 votos en contra. El acta de Independencia fue firmada por los Próceres de la Independencia: Mario de Beltranena, Mario Calderón, José Matías Delgado, Manuel Antonio de Molina, Mariano de Larravé, Antonio de Rivera, J. Antonio Larravé, Isidro del Valle y Castriciones, Mariano de Aycinena, Pedro de Arroyave, Lorenzo de Romaña, Domingo Diéguez, José Cecilio del Valle, Pedro Molina y Gabino Gainza. Una vez firmada el acta, fue María Dolores Bedoya (1783-1853), esposa del Doctor Pedro Molina, la primera en gritar ”independencia”.

La región de Chiapas hasta lo que hoy es Costa Rica se anexó al Imperio Mexicano y el 1 de junio de 1823 el primer Congreso anuló la anexión a México. Se formaron las Provincias Unidas de América conformando una federación que incluía a Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. En 1827 renunció Manuel José Arce, salvadoreño y primer presidente federal y en 1829 fuerzas liberales dirigidas por el General hondureño Francisco Morazán tomaron la Ciudad de Guatemala. Ante la inminente desintegración de la federación en 1840, Rafael Carrera puso fin a las Provincias Unidas de Centro América e introdujo las relaciones diplomáticas al país. En 1871 Miguel García Granados, Justo Rufino Barrios y otros disidentes organizaron una revolución e impulsaron la llamada Reforma Liberal de 1871, decretando libertad de prensa, libertad de culto y supresión de las órdenes religiosas y de los diezmos. A inicios del siglo XX la United Fruit Company, corporación norteamericana, ya era la principal empresa del país y tenía mucha influencia y participación en las políticas de Guatemala. Años más tarde, la revolución de octubre de 1944 derrocó el régimen militar del General Jorge Ubico y Guatemala inició su paso por el socialismo, época que culminó con la contrarrevolución de 1954 que derrocó al Coronel y Presidente Jacobo Arbenz Guzmán.

En 1960 el Movimiento Revolucionario 13 de noviembre pretendió derrocar al Presidente Manuel Ydigoras Fuentes. Aunque no logró su cometido, dio paso a la creación de la guerrilla guatemalteca y a 36 años de guerra civil que culminaron con la firma de los Acuerdos de Paz en 1996. Once años antes, en 1985, Guatemala ya se había iniciado en su período democrático. El siglo XXI ha caracterizado a Guatemala por el enraizamiento de la corrupción e involucramiento del crimen organizado en el Estado. En el 2015 el pueblo guatemalteco, cansado del saqueo del Estado sin ver un verdadero progreso, logró la renuncia del Presidente Otto Pérez Molina e inició un período de enjuiciamiento de aquellas personas acusadas de corrupción y enriquecimiento a costas del pueblo.

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En tres párrafos y 480 palabras resumí la historia turbulenta de nuestro país desde su independencia. Por supuesto mucho dejo fuera, pero la esencia es que en los casi 200 años en que nos volvimos república independiente, nuestra historia se repite continuamente. Estoy convencido que uno de los factores que lo ha permitido es nuestro pobre sistema educativo, reflejado en indicadores que colocan a Guatemala como uno de los países más atrasados en educación en América Latina y en el mundo. Según el Foro Económico Mundial, Guatemala está en la posición 135 de 144 países en calidad de la enseñanza de Ciencias y Matemática y sin compararnos con otros países, nuestros propios indicadores muestran que nuestro sistema educativo está malherido.

Durante el período de la Reforma Liberal, durante la presidencia Miguel García Granados, se creó en 1872 el Ministerio de Instrucción Pública y se creó la escuela Normal para instruir a nuevos maestros, y en 1875 se estableció la educación gratuita obligatoria. Se buscaba promover el desarrollo económico, político y cultural del país y que la educación llegara a una mayor población. Pero durante la época del Presidente Ubico la educación rural fue dejada a la deriva. Consideraba que para mantenerse en el poder era conveniente que los campesinos se mantuvieran ignorantes. Durante la administración del Presidente Juan José Arévalo, quien gobernó de 1945 a 1951, iniciaron cambios positivos en la educación; en esa época inició una campaña masiva de alfabetización, se mejoraron los sueldos del magisterio, se buscó desarrollar la educación rural y se reformaron los planes de estudio. En ese período también se inició la construcción de la Biblioteca Nacional y de las escuelas Tipo Federación y fue notorio el incremento de alumnos en los establecimientos educativos existentes.

Pero 65 años después de la reforma educativa del gobierno de Arévalo, la educación guatemalteca sigue estática. En los 31 años del período democrático que inició en 1985 Guatemala ha tenido 13 Ministros de Educación, o sea que en promedio hemos tenido un nuevo Ministro cada 2 años 5 meses dando cada uno una nueva dirección a la educación del país. Han habido avances y cada administración educativa ha traído algunos aportes, pero han sido insuficientes. Desafortunadamente el país sigue sumergido en una crisis educativa que trasciende a los valores de los ciudadanos lo cual se evidencia con el incremento de la corrupción, del crimen y de la violencia.

Es momento que unidos como país le demos atención urgente a nuestro sistema educativo, no solo para revivirlo – cual paciente moribundo – sino para dinamizarlo y crear las condiciones para que nuestros niños y jóvenes tengan las oportunidades necesarias para convertirse en ciudadanos que aportan al desarrollo del país. Este año el Estado gastará en educación (entre el Ministerio de Educación y la Universidad de San Carlos) la nada despreciable cantidad de 16 mil millones de Quetzales, lo cual probablemente se incrementará en otros 1,300 millones de Quetzales el año entrante. Esto representa casi la cuarta parte – o el 25 % – del presupuesto del Estado. Sin embargo es un gasto y no una inversión, pues no permea en educar a nuestra población. Es únicamente a través de un sistema educativo efectivo que Guatemala tendrá la oportunidad de alejarse de los 195 años de historia turbulenta e iniciar lo que nuestros Próceres – no solo quienes firmaron el Acta de Independencia – ambicionaban: un país libre, soberano e independiente en donde prevalece la justicia, los derechos ciudadanos y la mejora de sus habitantes.

En alusión a nuestro Himno Nacional – catalogado como uno de los más hermosos del mundo – ojalá que al igual que nuestro bello Quetzal, nuestro sistema educativo remonte su vuelo para que sea precursor del desarrollo. El verdadero “prócer” de Guatemala debe ser el sistema educativo. Tal como lo dijo el político, filántropo y abogado activista en contra del Apartheid, Nelson Mandela (1918-2013), quien fue Presidente de Sudáfrica entre 1994 y 1999 “la educación es el arma más poderosa que se puede utilizar para cambiar el mundo”. Ojalá que la educación guatemalteca remonte su vuelo, más que el cóndor y el águila real.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Ojalá que remonte su vuelo…

Redacción
12 de septiembre, 2016

Guatemala atraviesa períodos difíciles, pero esto no es nuevo en los 195 años desde que los Próceres firmaron el Acta de Soberanía de Guatemala y aprobaron el 15 de septiembre de 1821 – en lo que hoy es el Parque Centenario de la zona 1 – la Declaración de Independencia, con 23 votos a favor y 7 votos en contra. El acta de Independencia fue firmada por los Próceres de la Independencia: Mario de Beltranena, Mario Calderón, José Matías Delgado, Manuel Antonio de Molina, Mariano de Larravé, Antonio de Rivera, J. Antonio Larravé, Isidro del Valle y Castriciones, Mariano de Aycinena, Pedro de Arroyave, Lorenzo de Romaña, Domingo Diéguez, José Cecilio del Valle, Pedro Molina y Gabino Gainza. Una vez firmada el acta, fue María Dolores Bedoya (1783-1853), esposa del Doctor Pedro Molina, la primera en gritar ”independencia”.

La región de Chiapas hasta lo que hoy es Costa Rica se anexó al Imperio Mexicano y el 1 de junio de 1823 el primer Congreso anuló la anexión a México. Se formaron las Provincias Unidas de América conformando una federación que incluía a Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. En 1827 renunció Manuel José Arce, salvadoreño y primer presidente federal y en 1829 fuerzas liberales dirigidas por el General hondureño Francisco Morazán tomaron la Ciudad de Guatemala. Ante la inminente desintegración de la federación en 1840, Rafael Carrera puso fin a las Provincias Unidas de Centro América e introdujo las relaciones diplomáticas al país. En 1871 Miguel García Granados, Justo Rufino Barrios y otros disidentes organizaron una revolución e impulsaron la llamada Reforma Liberal de 1871, decretando libertad de prensa, libertad de culto y supresión de las órdenes religiosas y de los diezmos. A inicios del siglo XX la United Fruit Company, corporación norteamericana, ya era la principal empresa del país y tenía mucha influencia y participación en las políticas de Guatemala. Años más tarde, la revolución de octubre de 1944 derrocó el régimen militar del General Jorge Ubico y Guatemala inició su paso por el socialismo, época que culminó con la contrarrevolución de 1954 que derrocó al Coronel y Presidente Jacobo Arbenz Guzmán.

En 1960 el Movimiento Revolucionario 13 de noviembre pretendió derrocar al Presidente Manuel Ydigoras Fuentes. Aunque no logró su cometido, dio paso a la creación de la guerrilla guatemalteca y a 36 años de guerra civil que culminaron con la firma de los Acuerdos de Paz en 1996. Once años antes, en 1985, Guatemala ya se había iniciado en su período democrático. El siglo XXI ha caracterizado a Guatemala por el enraizamiento de la corrupción e involucramiento del crimen organizado en el Estado. En el 2015 el pueblo guatemalteco, cansado del saqueo del Estado sin ver un verdadero progreso, logró la renuncia del Presidente Otto Pérez Molina e inició un período de enjuiciamiento de aquellas personas acusadas de corrupción y enriquecimiento a costas del pueblo.

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En tres párrafos y 480 palabras resumí la historia turbulenta de nuestro país desde su independencia. Por supuesto mucho dejo fuera, pero la esencia es que en los casi 200 años en que nos volvimos república independiente, nuestra historia se repite continuamente. Estoy convencido que uno de los factores que lo ha permitido es nuestro pobre sistema educativo, reflejado en indicadores que colocan a Guatemala como uno de los países más atrasados en educación en América Latina y en el mundo. Según el Foro Económico Mundial, Guatemala está en la posición 135 de 144 países en calidad de la enseñanza de Ciencias y Matemática y sin compararnos con otros países, nuestros propios indicadores muestran que nuestro sistema educativo está malherido.

Durante el período de la Reforma Liberal, durante la presidencia Miguel García Granados, se creó en 1872 el Ministerio de Instrucción Pública y se creó la escuela Normal para instruir a nuevos maestros, y en 1875 se estableció la educación gratuita obligatoria. Se buscaba promover el desarrollo económico, político y cultural del país y que la educación llegara a una mayor población. Pero durante la época del Presidente Ubico la educación rural fue dejada a la deriva. Consideraba que para mantenerse en el poder era conveniente que los campesinos se mantuvieran ignorantes. Durante la administración del Presidente Juan José Arévalo, quien gobernó de 1945 a 1951, iniciaron cambios positivos en la educación; en esa época inició una campaña masiva de alfabetización, se mejoraron los sueldos del magisterio, se buscó desarrollar la educación rural y se reformaron los planes de estudio. En ese período también se inició la construcción de la Biblioteca Nacional y de las escuelas Tipo Federación y fue notorio el incremento de alumnos en los establecimientos educativos existentes.

Pero 65 años después de la reforma educativa del gobierno de Arévalo, la educación guatemalteca sigue estática. En los 31 años del período democrático que inició en 1985 Guatemala ha tenido 13 Ministros de Educación, o sea que en promedio hemos tenido un nuevo Ministro cada 2 años 5 meses dando cada uno una nueva dirección a la educación del país. Han habido avances y cada administración educativa ha traído algunos aportes, pero han sido insuficientes. Desafortunadamente el país sigue sumergido en una crisis educativa que trasciende a los valores de los ciudadanos lo cual se evidencia con el incremento de la corrupción, del crimen y de la violencia.

Es momento que unidos como país le demos atención urgente a nuestro sistema educativo, no solo para revivirlo – cual paciente moribundo – sino para dinamizarlo y crear las condiciones para que nuestros niños y jóvenes tengan las oportunidades necesarias para convertirse en ciudadanos que aportan al desarrollo del país. Este año el Estado gastará en educación (entre el Ministerio de Educación y la Universidad de San Carlos) la nada despreciable cantidad de 16 mil millones de Quetzales, lo cual probablemente se incrementará en otros 1,300 millones de Quetzales el año entrante. Esto representa casi la cuarta parte – o el 25 % – del presupuesto del Estado. Sin embargo es un gasto y no una inversión, pues no permea en educar a nuestra población. Es únicamente a través de un sistema educativo efectivo que Guatemala tendrá la oportunidad de alejarse de los 195 años de historia turbulenta e iniciar lo que nuestros Próceres – no solo quienes firmaron el Acta de Independencia – ambicionaban: un país libre, soberano e independiente en donde prevalece la justicia, los derechos ciudadanos y la mejora de sus habitantes.

En alusión a nuestro Himno Nacional – catalogado como uno de los más hermosos del mundo – ojalá que al igual que nuestro bello Quetzal, nuestro sistema educativo remonte su vuelo para que sea precursor del desarrollo. El verdadero “prócer” de Guatemala debe ser el sistema educativo. Tal como lo dijo el político, filántropo y abogado activista en contra del Apartheid, Nelson Mandela (1918-2013), quien fue Presidente de Sudáfrica entre 1994 y 1999 “la educación es el arma más poderosa que se puede utilizar para cambiar el mundo”. Ojalá que la educación guatemalteca remonte su vuelo, más que el cóndor y el águila real.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo