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“¿Fantasía o realidad? Un mejor futuro para el país.”

Redacción
26 de octubre, 2016

Existen varias tesis sobre el por qué muchos países latinoamericanos parecen estar estancados en el subdesarrollo comparado con sus semejantes norteamericanos o incluso con países asiáticos que han experimentado un desarrollo increíble en las últimas décadas. Estas rondan desde decir que la geografía y el clima provocan que las personas sean más perezosas y menos innovadoras que en países más cercanos a los polos hasta pensar que gracias al proceso de colonización se nos ha condenado a ser países institucionalmente débiles y a tener democracias poco funcionales. Muchas sino es que todas estas teorías caen al comparar nuestros países en américa con aquellos países apodados “tigres asiáticos” que no hace mucho tiempo estaban en una situación similar o peor que la que tenían Guatemala por ejemplo. Surge aquí la pregunta, ¿Qué hicieron de diferente estos países en las últimas décadas que nosotros no hemos sido capaces de hacer? La respuesta se puede resumir en 3 factores que han determinado esta gran diferencia de crecimiento entre nuestros países.

“No teníamos el mejor plan, pero teníamos uno, lo seguimos y nos comprometimos con él” es una frase del ex presidente Lee Kuan Yew de Singapur, uno de estos llamados tigres asiáticos. Tener un plan perfecto para el desarrollo, más que una utopía es una gran mentira. Las sociedades son tan complejas y tan diferentes unas de otras que copiar exactamente igual otras políticas de desarrollo resultan muchas veces contraproducente, sin embargo se pueden adaptar algunas que hayan funcionado y aplicarlas al contexto del país. Hacer un diagnóstico del país y evaluar una ruta de camino en la que nos podamos comprometer todos los guatemaltecos es una parte esencial si en algún futuro queremos tener un mejor país. Algunas instituciones como FUNDESA ya han hecho estos diagnósticos y han propuesto soluciones muy detalladas que plantean un país bastante desarrollado si seguimos un camino concreto. Este primer factor, que podríamos decir que ya está hecho, no es suficiente si no está sostenido sobre un segundo factor: instituciones fuertes.

Las instituciones es un factor que muchos autores definen como la clave de las diferencias los países desarrollados y aquellos que no lo son. Es necesario tener un buen sistema de justicia que pueda funcionar independientemente, una procuraduría y una fiscalía que vele por los intereses del Estado y una contraloría capaz de fiscalizar todas las instituciones públicas de manera eficaz y transparente. Reformas a algunas de estas instituciones ya se están discutiendo y es necesario que sean discutidas a profundidad para que el remedio no vaya a terminar siendo peor que la enfermedad.

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Por ultimo necesitamos un buen sistema de representación. Los diputados y el Congreso son de las instituciones peor calificadas por las personas en términos de confianza. Esto demuestra que la representación de nuestros diputados es poca o nula. Esto demuestra que si los ciudadanos nos comprometemos a tener una ruta de camino y a aceptar que hay instituciones que se tienen que reformar puede ser que estas nunca lleguen a plasmarse nuestras demandas. Propuestas como listados semi-abiertos son una posibilidad de mejorar esta representación y poder crear un vínculo más cercano y personal entre los diputados y sus electores.

Ha llegado el momento de olvidar nuestras diferencias ideológicas y llegar a pequeños consensos como los que he puntualizado que estoy seguro que todos podemos estar de acuerdo. También tenemos que estar conscientes que si hacemos uno de estos tres cambios y no hacemos los otros dos, es posible que todos nuestros esfuerzos que a raíz de la coyuntura de años pasados hemos hecho sean en vano y que esa Guatemala mejor que todos soñamos tener en un futuro, se queden como simples fantasías.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

“¿Fantasía o realidad? Un mejor futuro para el país.”

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26 de octubre, 2016

Existen varias tesis sobre el por qué muchos países latinoamericanos parecen estar estancados en el subdesarrollo comparado con sus semejantes norteamericanos o incluso con países asiáticos que han experimentado un desarrollo increíble en las últimas décadas. Estas rondan desde decir que la geografía y el clima provocan que las personas sean más perezosas y menos innovadoras que en países más cercanos a los polos hasta pensar que gracias al proceso de colonización se nos ha condenado a ser países institucionalmente débiles y a tener democracias poco funcionales. Muchas sino es que todas estas teorías caen al comparar nuestros países en américa con aquellos países apodados “tigres asiáticos” que no hace mucho tiempo estaban en una situación similar o peor que la que tenían Guatemala por ejemplo. Surge aquí la pregunta, ¿Qué hicieron de diferente estos países en las últimas décadas que nosotros no hemos sido capaces de hacer? La respuesta se puede resumir en 3 factores que han determinado esta gran diferencia de crecimiento entre nuestros países.

“No teníamos el mejor plan, pero teníamos uno, lo seguimos y nos comprometimos con él” es una frase del ex presidente Lee Kuan Yew de Singapur, uno de estos llamados tigres asiáticos. Tener un plan perfecto para el desarrollo, más que una utopía es una gran mentira. Las sociedades son tan complejas y tan diferentes unas de otras que copiar exactamente igual otras políticas de desarrollo resultan muchas veces contraproducente, sin embargo se pueden adaptar algunas que hayan funcionado y aplicarlas al contexto del país. Hacer un diagnóstico del país y evaluar una ruta de camino en la que nos podamos comprometer todos los guatemaltecos es una parte esencial si en algún futuro queremos tener un mejor país. Algunas instituciones como FUNDESA ya han hecho estos diagnósticos y han propuesto soluciones muy detalladas que plantean un país bastante desarrollado si seguimos un camino concreto. Este primer factor, que podríamos decir que ya está hecho, no es suficiente si no está sostenido sobre un segundo factor: instituciones fuertes.

Las instituciones es un factor que muchos autores definen como la clave de las diferencias los países desarrollados y aquellos que no lo son. Es necesario tener un buen sistema de justicia que pueda funcionar independientemente, una procuraduría y una fiscalía que vele por los intereses del Estado y una contraloría capaz de fiscalizar todas las instituciones públicas de manera eficaz y transparente. Reformas a algunas de estas instituciones ya se están discutiendo y es necesario que sean discutidas a profundidad para que el remedio no vaya a terminar siendo peor que la enfermedad.

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Por ultimo necesitamos un buen sistema de representación. Los diputados y el Congreso son de las instituciones peor calificadas por las personas en términos de confianza. Esto demuestra que la representación de nuestros diputados es poca o nula. Esto demuestra que si los ciudadanos nos comprometemos a tener una ruta de camino y a aceptar que hay instituciones que se tienen que reformar puede ser que estas nunca lleguen a plasmarse nuestras demandas. Propuestas como listados semi-abiertos son una posibilidad de mejorar esta representación y poder crear un vínculo más cercano y personal entre los diputados y sus electores.

Ha llegado el momento de olvidar nuestras diferencias ideológicas y llegar a pequeños consensos como los que he puntualizado que estoy seguro que todos podemos estar de acuerdo. También tenemos que estar conscientes que si hacemos uno de estos tres cambios y no hacemos los otros dos, es posible que todos nuestros esfuerzos que a raíz de la coyuntura de años pasados hemos hecho sean en vano y que esa Guatemala mejor que todos soñamos tener en un futuro, se queden como simples fantasías.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo