Es una de las expresiones más utilizadas para fin de año, así que efectivamente ya “casi” se fue el año 2016 pero aún quedan unos días que vale la pena aprovechar en lo particular. En el ámbito público fue un año lleno de noticias tanto locales e internacionales que nos impactaron. Un año con muchas, tal vez demasiadas, expectativas del nuevo gobierno.
Así que a manera de ejercicio, que le sugiero a usted que también lo haga, haré un recuento de aquellas noticias que considero más relevantes. Estoy segura que por falta de espacio se quedaran muchas otras en mi mente y en el tintero, en este caso teclado.
Empecemos con el arranque de 2016 y la toma de posesión de los presidentes. La primera sesión en el Congreso, casi interminable, fue escenario de las negociaciones por parte de Luis Rabbé y Mario Taracena cada uno por su lado para asumir la presidencia de la nueva Legislatura. Al final se impuso Taracena demostrando su habilidad política y la fuerza de su partido.
Durante los claroscuros de este primer año en el Congreso, Taracena dio a conocer la nómina y las condiciones laborales de los empleados contratados en el Congreso. Secreto celosamente guardado por los presidentes anteriores. Desafortunadamente no se ha logrado mucho al respecto, en parte por la complicada legislación laboral y por falta de “voluntad política” para perseguir a los irresponsables que aprobaron los pactos colectivos vigentes.
Se aprobaron los cambios a la Ley Orgánica del Organismo Legislativo y las reformas “electoreras”, se conoció el escándalo del partido oficialista en la encerrona con la gobernadora de Alta Verapaz y el chat de Juan Manuel Giordano que pide apoyo a sus correligionarios para poner de rodillas a otro gobernador.
Se aprobó una vez más un presupuesto desfinanciado con estirones y jalones para obtener una tajada de los más de Q77 mil millones. Las reformas constitucionales en el sector justicia quedaron pendientes para el siguiente año, desafortunadamente se perdió de vista el objetivo principal, mejorar el sistema de justicia. Se convirtió en una pelea de poder, aderezado con maniqueísmo e insultos que alejaron aún más el propósito del cambio.
Por parte del Ejecutivo, Jimmy Morales asume la presidencia en medio de grandes expectativas. En su discurso, continúa con el recurso de parafrasear el Himno Nacional, ahí promete combatir la corrupción, hacer crecer la economía a un 6 por ciento y disminuir el hambre. Durante su gestión ha sufrido desgastes innecesarios, como cuando se lamentó con todo y lágrimas, la carga tan pesada de ser presidente o cuando se durmió durante la presentación del presupuesto y su equipo lo justificó, al decir que no dormía sino que meditaba. Aunque lo anterior no se compara al desgaste que le ocasionó los señalamientos en contra de su hermano e hijo en un caso de corrupción, caso que aún continúa. Sin mencionar el más reciente viaje, al parecer familiar, a Israel.
Fracasa, afortunadamente para los tributarios, en su intento de aumentar los impuestos y pide de vuelta la propuesta al Legislativo para hacer una revisión. Logra con el nombramiento del Superintendente de la SAT cambiar hábilmente el desprestigio de esta organización y pasarlo a los empresarios extorsionados y a los corruptos al meterlos en el mismo canasto. Obviando que sólo son posibles los casos que denuncian por el poder discrecional y arbitrario que tienen los burócratas de la SAT para manejar ciertos procesos. De tal forma que muchos son extorsionados por los funcionarios y otros son sus cómplices.
Este año termina con muchas tareas pendientes tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo. La transparencia y el combate a la corrupción no terminan de cuajar. Ningún presidente hizo un esfuerzo serio en combatirla. Los juicios van con la lentitud de cualquier caso en Guatemala.
El Ministerio Público, el Ministerio de Gobernación a través de la Policía Nacional Civil cierran el año con operativos intensos contra la extorsión y secuestros. Logran decenas de capturas que por el bien de todos esperemos prosperen en sentencias condenatorias para disminuir el índice de violencia en nuestro país.
Y se fue 2016 con muchas lecciones y aprendizajes.
@Md30
Facebook.com/Mda30
Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo
Es una de las expresiones más utilizadas para fin de año, así que efectivamente ya “casi” se fue el año 2016 pero aún quedan unos días que vale la pena aprovechar en lo particular. En el ámbito público fue un año lleno de noticias tanto locales e internacionales que nos impactaron. Un año con muchas, tal vez demasiadas, expectativas del nuevo gobierno.
Así que a manera de ejercicio, que le sugiero a usted que también lo haga, haré un recuento de aquellas noticias que considero más relevantes. Estoy segura que por falta de espacio se quedaran muchas otras en mi mente y en el tintero, en este caso teclado.
Empecemos con el arranque de 2016 y la toma de posesión de los presidentes. La primera sesión en el Congreso, casi interminable, fue escenario de las negociaciones por parte de Luis Rabbé y Mario Taracena cada uno por su lado para asumir la presidencia de la nueva Legislatura. Al final se impuso Taracena demostrando su habilidad política y la fuerza de su partido.
Durante los claroscuros de este primer año en el Congreso, Taracena dio a conocer la nómina y las condiciones laborales de los empleados contratados en el Congreso. Secreto celosamente guardado por los presidentes anteriores. Desafortunadamente no se ha logrado mucho al respecto, en parte por la complicada legislación laboral y por falta de “voluntad política” para perseguir a los irresponsables que aprobaron los pactos colectivos vigentes.
Se aprobaron los cambios a la Ley Orgánica del Organismo Legislativo y las reformas “electoreras”, se conoció el escándalo del partido oficialista en la encerrona con la gobernadora de Alta Verapaz y el chat de Juan Manuel Giordano que pide apoyo a sus correligionarios para poner de rodillas a otro gobernador.
Se aprobó una vez más un presupuesto desfinanciado con estirones y jalones para obtener una tajada de los más de Q77 mil millones. Las reformas constitucionales en el sector justicia quedaron pendientes para el siguiente año, desafortunadamente se perdió de vista el objetivo principal, mejorar el sistema de justicia. Se convirtió en una pelea de poder, aderezado con maniqueísmo e insultos que alejaron aún más el propósito del cambio.
Por parte del Ejecutivo, Jimmy Morales asume la presidencia en medio de grandes expectativas. En su discurso, continúa con el recurso de parafrasear el Himno Nacional, ahí promete combatir la corrupción, hacer crecer la economía a un 6 por ciento y disminuir el hambre. Durante su gestión ha sufrido desgastes innecesarios, como cuando se lamentó con todo y lágrimas, la carga tan pesada de ser presidente o cuando se durmió durante la presentación del presupuesto y su equipo lo justificó, al decir que no dormía sino que meditaba. Aunque lo anterior no se compara al desgaste que le ocasionó los señalamientos en contra de su hermano e hijo en un caso de corrupción, caso que aún continúa. Sin mencionar el más reciente viaje, al parecer familiar, a Israel.
Fracasa, afortunadamente para los tributarios, en su intento de aumentar los impuestos y pide de vuelta la propuesta al Legislativo para hacer una revisión. Logra con el nombramiento del Superintendente de la SAT cambiar hábilmente el desprestigio de esta organización y pasarlo a los empresarios extorsionados y a los corruptos al meterlos en el mismo canasto. Obviando que sólo son posibles los casos que denuncian por el poder discrecional y arbitrario que tienen los burócratas de la SAT para manejar ciertos procesos. De tal forma que muchos son extorsionados por los funcionarios y otros son sus cómplices.
Este año termina con muchas tareas pendientes tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo. La transparencia y el combate a la corrupción no terminan de cuajar. Ningún presidente hizo un esfuerzo serio en combatirla. Los juicios van con la lentitud de cualquier caso en Guatemala.
El Ministerio Público, el Ministerio de Gobernación a través de la Policía Nacional Civil cierran el año con operativos intensos contra la extorsión y secuestros. Logran decenas de capturas que por el bien de todos esperemos prosperen en sentencias condenatorias para disminuir el índice de violencia en nuestro país.
Y se fue 2016 con muchas lecciones y aprendizajes.
@Md30
Facebook.com/Mda30
Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo