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Feliz año nuevo

Redacción
28 de diciembre, 2016

Huir de los males emanados de la caja de Pandora no ha sido tarea fácil para muchos guatemaltecos. Pandora fue la primera mujer engendrada por Zeus. Fue dada en matrimonio a Epimeteo, hermano de Prometeo, y como regalo de bodas le entrego una vasija ovalada llamada pitos usada para guardar granos y aceite. De uso tan común en tantos pueblos del mundo.
Se usaron para transporte de mercancías, como ataúdes para guardar restos humanos. Sin embargo, a Pandora se le otorga como gracia la curiosidad. Pero recibe instrucciones claras de no abrir la vasija bajo ninguna circunstancia. Abrirla implicaba, como el mito del génesis entender el bien y el mal y ser como dioses.
Como consecuencia de la curiosidad Pandora abre la vasija, esparciendo por el mundo cantidad de espíritus de maldad incontenida. Sin embargo, entre los espíritus queda en la vasija el espíritu de una mujer Elpis, espíritu de esperanza y madre de fama. Ella recibe votos personificada en Spes de los romanos para buscar el bienestar en tiempos difíciles.
Los primeros tres lustros del siglo XXI abrieron la caja de Pandora actual que destruyó familias, hogares, comunidades y sociedades. Una década antes de iniciar el tercer milenio de nuestra era se organizó la conferencia Wider que, en política social, pretende buscar un indicador que perpetúe la supervivencia la humanidad en medio de la deshumanización causada por el afán mezquino de querer ser como dioses.
Las capacidades humanas de los guatemaltecos son el reto de 2017. No políticas públicas sino actividades encaminadas a humanizarnos en medio de lo complejo y desafiante que se ha vuelto en Guatemala el combate a la corrupción.
Comencé estas líneas diciendo que la caja de los males del mundo fue abierta por una mujer, pero que la diosa de la esperanza también es una mujer. La reivindicación social dio paso a todos varones y mujeres de percatarnos de la necesidad de valorar su papel en Guatemala y en un mundo en desarrollo.
Las privaciones, falta de educación y ver condiciones de vida subnormales como patológicamente cotidianas han hecho encontrar en el espejo la barbarie y el salvajismo. La cultura o tradición es una palabra que debe ser abandonada sin sustituirla por otra. Al alejarnos de ese odio, rencor, maldad aflorará Elpis que siempre es representada con flores que nos indicaran la capacidad humana para el bien.
En 2017, no dependemos de decisiones políticas sino de la capacidad humana para que en su respectivo sexo, varón o mujer pueda verse acciones de justicia y una política de educación, salud, derecho que emanen del corazón humano y no de las vísceras o de la razón todopoderosa de los que durante tanto tiempo han dado muestras de miopía, sordera y compasión ante las necesidades de los demás.
 

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Feliz año nuevo

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28 de diciembre, 2016

Huir de los males emanados de la caja de Pandora no ha sido tarea fácil para muchos guatemaltecos. Pandora fue la primera mujer engendrada por Zeus. Fue dada en matrimonio a Epimeteo, hermano de Prometeo, y como regalo de bodas le entrego una vasija ovalada llamada pitos usada para guardar granos y aceite. De uso tan común en tantos pueblos del mundo.
Se usaron para transporte de mercancías, como ataúdes para guardar restos humanos. Sin embargo, a Pandora se le otorga como gracia la curiosidad. Pero recibe instrucciones claras de no abrir la vasija bajo ninguna circunstancia. Abrirla implicaba, como el mito del génesis entender el bien y el mal y ser como dioses.
Como consecuencia de la curiosidad Pandora abre la vasija, esparciendo por el mundo cantidad de espíritus de maldad incontenida. Sin embargo, entre los espíritus queda en la vasija el espíritu de una mujer Elpis, espíritu de esperanza y madre de fama. Ella recibe votos personificada en Spes de los romanos para buscar el bienestar en tiempos difíciles.
Los primeros tres lustros del siglo XXI abrieron la caja de Pandora actual que destruyó familias, hogares, comunidades y sociedades. Una década antes de iniciar el tercer milenio de nuestra era se organizó la conferencia Wider que, en política social, pretende buscar un indicador que perpetúe la supervivencia la humanidad en medio de la deshumanización causada por el afán mezquino de querer ser como dioses.
Las capacidades humanas de los guatemaltecos son el reto de 2017. No políticas públicas sino actividades encaminadas a humanizarnos en medio de lo complejo y desafiante que se ha vuelto en Guatemala el combate a la corrupción.
Comencé estas líneas diciendo que la caja de los males del mundo fue abierta por una mujer, pero que la diosa de la esperanza también es una mujer. La reivindicación social dio paso a todos varones y mujeres de percatarnos de la necesidad de valorar su papel en Guatemala y en un mundo en desarrollo.
Las privaciones, falta de educación y ver condiciones de vida subnormales como patológicamente cotidianas han hecho encontrar en el espejo la barbarie y el salvajismo. La cultura o tradición es una palabra que debe ser abandonada sin sustituirla por otra. Al alejarnos de ese odio, rencor, maldad aflorará Elpis que siempre es representada con flores que nos indicaran la capacidad humana para el bien.
En 2017, no dependemos de decisiones políticas sino de la capacidad humana para que en su respectivo sexo, varón o mujer pueda verse acciones de justicia y una política de educación, salud, derecho que emanen del corazón humano y no de las vísceras o de la razón todopoderosa de los que durante tanto tiempo han dado muestras de miopía, sordera y compasión ante las necesidades de los demás.
 

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