Pocas veces ves en los periódicos titulares similares a los cartelillos que hay en los museos, menos si estos exponen homínidos que aparecieron hace unos 900 000 años, sin embargo, esta semana me he encontrado con un caso de esos.
Hace unos días, la versión en inglés de BBC News, a través de su portal web, publicaba “IS ´burns Turkish soldiers alive´ in Syria execution video” (“EI quema vivos a soldados turcos en una ejecución grabada en Siria”). Es posible que al ver que las víctimas son soldados pensemos que es algo normal en tiempo de guerra, sin embargo es un titular más que nos hace recordar los horrores que se viven en Oriente.
Me acordé de ese titular cuando, mientras visitaba el Museo de la Evolución Humana (Burgos, España), leí un cartel informativo sobre el Homo Antecessor, el primer homínido de Europa (apareció hace unos 900 000 años). Este decía “Una hipótesis: canibalismo cultural”. La idea planteada establece que esta especie tenía el canibalismo como una práctica común; al parecer, en la Sierra de Atapuerca (Sistema Ibérico, España; Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) han sido encontrados restos de Antecessores que fueron devorados por sus congéneres en, al menos, dos capas geológicas distintas. Junto con el propio homínido, el “gen caníbal” llegó pisando fuerte para quedarse.
Esta misma semana la compañía de noticias británica que mencioné antes hacía un recuento sobre la “Lucha por Mosul”. La ciudad norteña de Irak lleva más de dos años bajo el dominio del Dáesh, y hace poco, en octubre, se inició la “reconquista”, liderada (¿cómo no?) por Estados Unidos. En los papeles, todo suena bien, hasta que bajas con el índice por la pantalla del teléfono y ves que cerca de millón y medio de personas vivían en Mosul antes de la ofensiva.
¿Cómo se traduce esto? Pues con los datos dados por las Naciones Unidas. Solo en noviembre, 1959 soldados iraquíes murieron en todo el país. (¿Qué más da, no? Total, son cosas de la guerra…) y el dato sobre la sociedad civil no es más alentador: 926 muertos y 930 heridos.
Aún no se sabe a qué se debía el canibalismo del Homo Antecessor, pero el actual ha sido bien disfrazado detrás del petróleo, el poder geopolítico y la religión. Es posible que a veces no se identifique bien porque ha adoptado un nombre menos malsonante: dinero sin tapujos.
Puede que esté siendo muy fatalista y esto solo sea “cosa de la guerra”, pero nunca tuvo una guerra tantos frentes abiertos ni tantos enemigos enfrentados: desde el conflicto en Oriente Medio hasta las guerras de pandillas en Centroamérica, pasando por los atentados terroristas en Europa, la dictadura norcoreana y los cárteles en nuestro continente.
Medio metro a la derecha del Antecessor está exhibido el Homo Heidelbergensis, su sucesor. ¿Por qué está ahí? Porque la población de Antecessores no logró mantenerse y se extinguió. Lo dicho.
Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo
Pocas veces ves en los periódicos titulares similares a los cartelillos que hay en los museos, menos si estos exponen homínidos que aparecieron hace unos 900 000 años, sin embargo, esta semana me he encontrado con un caso de esos.
Hace unos días, la versión en inglés de BBC News, a través de su portal web, publicaba “IS ´burns Turkish soldiers alive´ in Syria execution video” (“EI quema vivos a soldados turcos en una ejecución grabada en Siria”). Es posible que al ver que las víctimas son soldados pensemos que es algo normal en tiempo de guerra, sin embargo es un titular más que nos hace recordar los horrores que se viven en Oriente.
Me acordé de ese titular cuando, mientras visitaba el Museo de la Evolución Humana (Burgos, España), leí un cartel informativo sobre el Homo Antecessor, el primer homínido de Europa (apareció hace unos 900 000 años). Este decía “Una hipótesis: canibalismo cultural”. La idea planteada establece que esta especie tenía el canibalismo como una práctica común; al parecer, en la Sierra de Atapuerca (Sistema Ibérico, España; Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) han sido encontrados restos de Antecessores que fueron devorados por sus congéneres en, al menos, dos capas geológicas distintas. Junto con el propio homínido, el “gen caníbal” llegó pisando fuerte para quedarse.
Esta misma semana la compañía de noticias británica que mencioné antes hacía un recuento sobre la “Lucha por Mosul”. La ciudad norteña de Irak lleva más de dos años bajo el dominio del Dáesh, y hace poco, en octubre, se inició la “reconquista”, liderada (¿cómo no?) por Estados Unidos. En los papeles, todo suena bien, hasta que bajas con el índice por la pantalla del teléfono y ves que cerca de millón y medio de personas vivían en Mosul antes de la ofensiva.
¿Cómo se traduce esto? Pues con los datos dados por las Naciones Unidas. Solo en noviembre, 1959 soldados iraquíes murieron en todo el país. (¿Qué más da, no? Total, son cosas de la guerra…) y el dato sobre la sociedad civil no es más alentador: 926 muertos y 930 heridos.
Aún no se sabe a qué se debía el canibalismo del Homo Antecessor, pero el actual ha sido bien disfrazado detrás del petróleo, el poder geopolítico y la religión. Es posible que a veces no se identifique bien porque ha adoptado un nombre menos malsonante: dinero sin tapujos.
Puede que esté siendo muy fatalista y esto solo sea “cosa de la guerra”, pero nunca tuvo una guerra tantos frentes abiertos ni tantos enemigos enfrentados: desde el conflicto en Oriente Medio hasta las guerras de pandillas en Centroamérica, pasando por los atentados terroristas en Europa, la dictadura norcoreana y los cárteles en nuestro continente.
Medio metro a la derecha del Antecessor está exhibido el Homo Heidelbergensis, su sucesor. ¿Por qué está ahí? Porque la población de Antecessores no logró mantenerse y se extinguió. Lo dicho.
Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo