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Las sinergias geopolíticas en Asia y la futura administración de Trump

Redacción
28 de diciembre, 2016

El Estado Islámico, China, Corea del Norte son unas de las prioridades en seguridad para el Presidente Electo de los Estados Unidos, Donald Trump. De seguro sorprende no ver a Rusia en esa lista de prioridades, lo que insinúa el deseo de Trump de iniciar una nueva era de relaciones con el Kremlin y su afinidad personal con el mandatario ruso.
Recientemente se observó como una llamada telefónica puede causar escozor a uno de los gigantes asiáticos, la China, cuando la Presidenta de Taiwán llamó al Presidente Electo Donald Trump. Sin embargo, estos acontecimientos nos arrojan una idea sobre la capacidad de reacción de China en temas sensibles de cara a la llegada de un nuevo gobierno estadounidense. Señales de cambio se están dando en lo que podría ser un nueva Política Exterior de la Administración de Trump respecto a China y Rusia a partir del 20 de enero.
El acercamiento hacia Moscú va de la mano con el nombramiento del Secretario de Estado, Rex Tillerson, CEO de la petrolera Exxon, quien tiene una amistad cercana con el Presidente Ruso Vladimir Putin y negocios petroleros en Rusia, lo que da indicios a un mayor acercamiento entre las dos naciones por afinidades comerciales.
Para que este acercamiento sea efectivo, aunque no es tan fácil de implementar y analizaremos por qué, los Estados Unidos debe poner fin a las sanciones económicas interpuestas a Rusia durante la Administración de Obama por la ocupación en Ucrania y la anexión de Crimea. Si Trump da paso al expansionismo ruso, pondría en riesgo la seguridad de los aliados europeos, a los pequeños estados bálticos y las operaciones de la OTAN en Ucrania para contener los movimientos separatistas patrocinados por el Kremlin. Asimismo, esto se reflejaría en el debilitamiento de la OTAN y el compromiso de los Estados Unidos de liderar esa alianza con la Política de Defensa Compartida, bajo el comando estadounidense.
Tillerson, estando al mando de Exxon, condecoró con anterioridad al Presidente Putin. Exxon entró en sociedad con una petrolera estatal de Rusia, la Rosneft y ha hecho cabildeo en el Congreso para levantar las sanciones. Sin embargo, Trump tendrá que mejorar la relación con el Congreso para propiciar el acercamiento con Moscú, ya que enfrenta a dos partidos políticos que coinciden en la desconfianza a Moscú y en lo personal de Vladimir Putin, ex agente secreto de la KGB.
Al igual que Rusia, hay razones geopolíticas por las que Trump no podría cambiar tan fácil su política hacia la China por los intereses geoestratégicos en la región asiática. La primera es contener a Corea del Norte, con arsenal nuclear, identificada en la lista de amenazas de seguridad de Trump y China es el único aliado de Kim Jong-un, el Supremo Líder de Corea del Norte y el único país que habla directamente con el régimen de Kim. Los Estados Unidos necesita este canal indirecto a través de la China para contener a Kim.
La segunda es frenar las intenciones de China de controlar el Mar del Sur de China. Recientemente China confiscó un drone de investigación marítima estadounidense, el cual devolvió a los Estados Unidos. Muestra de las intenciones de China del dominio en este mar, es que instaló en 7 islas artificiales artillería aérea y sistemas bélicos. Socios estratégicos de los Estados Unidos que están en esta región son: Malasia, Brunei, Singapur, Indonesia, Taiwán, las Filipinas, Vietnam y Camboya. Abandonar esta zona es dar paso al expansionismo de China y el control de la región.
La tercera es que a pesar de que Trump expresó que no firmará el Acuerdo Transpacífico, y es una excelente noticia para la región de Centro América, que incluye a 11 países de la región de Asia sin China, el Acuerdo sirve a la vez para contener el expansionismo comercial de la China en la región asiática y la reciente creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura impulsado por China. Parte del discurso de campaña de Donald Trump es que China manipula el tipo de cambio del yuan frente al dólar. A raíz de eso, es muy probable que Trump incremente los aranceles a 45% los productos fabricados en China y siendo un país receptor de inversión extranjera con una balanza comercial favorable, la cantidad de dólares que recibe debería de apreciar la moneda china. En su lugar el gobierno chino interviene para mantenerla en un valor ficticio devaluada con un tipo de cambio fijo, en el que favorece sus exportaciones frente a otras monedas y países del mundo.
La cuarta es que Trump expresó durante la campaña que Corea del Sur y Japón deben desarrollar sus arsenales nucleares. En este escenario, Japón para desarrollar su arsenal nuclear, necesita cambiar el Artículo 9 de la Constitución que le prohíbe tener armas y ejército de ataque, por los sucesos ocurridos en Hiroshima y Nagasaki durante la segunda guerra Mundial. Japón renunció a tener arsenales de ofensiva y desarrolló un ejército y arsenal de defensa. Al finalizar la Guerra Fría, Japón tenía poca claridad de que Política Exterior era la correcta. Los contextos geopolíticos estaban cambiando en Europa, Sudáfrica y Alemania, sin embargo los parámetros de la Política Exterior de Japón han sido consistentes desde la caída del muro de Berlín, ratificando su alianza con los Estados Unidos para la protección de su territorio conocida como la Doctrina de Yoshida, en la que los Estados Unidos le brinda asistencia en transferencia de tecnología, asistencia económica y apertura de mercado. La Constitución no ha cambiado y el gobierno japonés continúa enfocándose en actividades internacionales relacionadas con el intercambio comercial, inversiones y cooperación. La Política Exterior de Japón se moldea en base a consideraciones frente a China y la influencia en Asia. Las propuestas de Trump significaría dar un giro a la Política Exterior de Japón, socio estratégico de los Estados Unidos, dejándolo indefenso ante el expansionismo de China, al igual que los demás países de la región, y a los resentimientos de los líderes Chinos que guardan desde la Segunda Guerra Mundial.
Regresando a Rusia, para Trump, a diferencia de la Administración de Obama, Rusia no está en la lista, no obstante es importante considerar que Rusia tiene arsenales nucleares, capacidades cibernéticas con tecnología de punta, un ejército modernizado y la política de retar a los Estados Unidos y sus aliados en Medio Oriente, en el Este de Europa y otras regiones. Trump ha expresado que es importante mejorar la relación con Rusia por el terrorismo en Siria y en Iraq y ha insinuado hacer una coalición para vencer al Estado Islámico. Con Rex Tillerson como Secretario de Estado, el acercamiento con Rusia para las negociaciones internacionales es importante. No obstante el optimismo de Trump de mejorar las relaciones entre Washington y el Kremlin, hay varios escépticos en el Pentágono, el Departamento de Estado y la CIA, que critican a Trump que hay que separar los intereses personales de la política de Estado. Ante este escenario Trump enfrentará resistencia en el Congreso y no han demorado en pronunciarse Senadores como Marco Rubio y John McCain en contra de un acercamiento con Rusia y sus dudas por el nombramiento de Tillerson como Secretario de Estado. No solo Trump enfrentaría a los congresistas Demócratas, sino que también a Republicanos que se oponen a una alianza con Moscú. Sin embargo, es importante darle más tiempo a Trump y los nombramientos que se den en puestos claves como el posible Secretario de Defensa, el General James Mattis y sus líneas prioritarias.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Las sinergias geopolíticas en Asia y la futura administración de Trump

Redacción
28 de diciembre, 2016

El Estado Islámico, China, Corea del Norte son unas de las prioridades en seguridad para el Presidente Electo de los Estados Unidos, Donald Trump. De seguro sorprende no ver a Rusia en esa lista de prioridades, lo que insinúa el deseo de Trump de iniciar una nueva era de relaciones con el Kremlin y su afinidad personal con el mandatario ruso.
Recientemente se observó como una llamada telefónica puede causar escozor a uno de los gigantes asiáticos, la China, cuando la Presidenta de Taiwán llamó al Presidente Electo Donald Trump. Sin embargo, estos acontecimientos nos arrojan una idea sobre la capacidad de reacción de China en temas sensibles de cara a la llegada de un nuevo gobierno estadounidense. Señales de cambio se están dando en lo que podría ser un nueva Política Exterior de la Administración de Trump respecto a China y Rusia a partir del 20 de enero.
El acercamiento hacia Moscú va de la mano con el nombramiento del Secretario de Estado, Rex Tillerson, CEO de la petrolera Exxon, quien tiene una amistad cercana con el Presidente Ruso Vladimir Putin y negocios petroleros en Rusia, lo que da indicios a un mayor acercamiento entre las dos naciones por afinidades comerciales.
Para que este acercamiento sea efectivo, aunque no es tan fácil de implementar y analizaremos por qué, los Estados Unidos debe poner fin a las sanciones económicas interpuestas a Rusia durante la Administración de Obama por la ocupación en Ucrania y la anexión de Crimea. Si Trump da paso al expansionismo ruso, pondría en riesgo la seguridad de los aliados europeos, a los pequeños estados bálticos y las operaciones de la OTAN en Ucrania para contener los movimientos separatistas patrocinados por el Kremlin. Asimismo, esto se reflejaría en el debilitamiento de la OTAN y el compromiso de los Estados Unidos de liderar esa alianza con la Política de Defensa Compartida, bajo el comando estadounidense.
Tillerson, estando al mando de Exxon, condecoró con anterioridad al Presidente Putin. Exxon entró en sociedad con una petrolera estatal de Rusia, la Rosneft y ha hecho cabildeo en el Congreso para levantar las sanciones. Sin embargo, Trump tendrá que mejorar la relación con el Congreso para propiciar el acercamiento con Moscú, ya que enfrenta a dos partidos políticos que coinciden en la desconfianza a Moscú y en lo personal de Vladimir Putin, ex agente secreto de la KGB.
Al igual que Rusia, hay razones geopolíticas por las que Trump no podría cambiar tan fácil su política hacia la China por los intereses geoestratégicos en la región asiática. La primera es contener a Corea del Norte, con arsenal nuclear, identificada en la lista de amenazas de seguridad de Trump y China es el único aliado de Kim Jong-un, el Supremo Líder de Corea del Norte y el único país que habla directamente con el régimen de Kim. Los Estados Unidos necesita este canal indirecto a través de la China para contener a Kim.
La segunda es frenar las intenciones de China de controlar el Mar del Sur de China. Recientemente China confiscó un drone de investigación marítima estadounidense, el cual devolvió a los Estados Unidos. Muestra de las intenciones de China del dominio en este mar, es que instaló en 7 islas artificiales artillería aérea y sistemas bélicos. Socios estratégicos de los Estados Unidos que están en esta región son: Malasia, Brunei, Singapur, Indonesia, Taiwán, las Filipinas, Vietnam y Camboya. Abandonar esta zona es dar paso al expansionismo de China y el control de la región.
La tercera es que a pesar de que Trump expresó que no firmará el Acuerdo Transpacífico, y es una excelente noticia para la región de Centro América, que incluye a 11 países de la región de Asia sin China, el Acuerdo sirve a la vez para contener el expansionismo comercial de la China en la región asiática y la reciente creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura impulsado por China. Parte del discurso de campaña de Donald Trump es que China manipula el tipo de cambio del yuan frente al dólar. A raíz de eso, es muy probable que Trump incremente los aranceles a 45% los productos fabricados en China y siendo un país receptor de inversión extranjera con una balanza comercial favorable, la cantidad de dólares que recibe debería de apreciar la moneda china. En su lugar el gobierno chino interviene para mantenerla en un valor ficticio devaluada con un tipo de cambio fijo, en el que favorece sus exportaciones frente a otras monedas y países del mundo.
La cuarta es que Trump expresó durante la campaña que Corea del Sur y Japón deben desarrollar sus arsenales nucleares. En este escenario, Japón para desarrollar su arsenal nuclear, necesita cambiar el Artículo 9 de la Constitución que le prohíbe tener armas y ejército de ataque, por los sucesos ocurridos en Hiroshima y Nagasaki durante la segunda guerra Mundial. Japón renunció a tener arsenales de ofensiva y desarrolló un ejército y arsenal de defensa. Al finalizar la Guerra Fría, Japón tenía poca claridad de que Política Exterior era la correcta. Los contextos geopolíticos estaban cambiando en Europa, Sudáfrica y Alemania, sin embargo los parámetros de la Política Exterior de Japón han sido consistentes desde la caída del muro de Berlín, ratificando su alianza con los Estados Unidos para la protección de su territorio conocida como la Doctrina de Yoshida, en la que los Estados Unidos le brinda asistencia en transferencia de tecnología, asistencia económica y apertura de mercado. La Constitución no ha cambiado y el gobierno japonés continúa enfocándose en actividades internacionales relacionadas con el intercambio comercial, inversiones y cooperación. La Política Exterior de Japón se moldea en base a consideraciones frente a China y la influencia en Asia. Las propuestas de Trump significaría dar un giro a la Política Exterior de Japón, socio estratégico de los Estados Unidos, dejándolo indefenso ante el expansionismo de China, al igual que los demás países de la región, y a los resentimientos de los líderes Chinos que guardan desde la Segunda Guerra Mundial.
Regresando a Rusia, para Trump, a diferencia de la Administración de Obama, Rusia no está en la lista, no obstante es importante considerar que Rusia tiene arsenales nucleares, capacidades cibernéticas con tecnología de punta, un ejército modernizado y la política de retar a los Estados Unidos y sus aliados en Medio Oriente, en el Este de Europa y otras regiones. Trump ha expresado que es importante mejorar la relación con Rusia por el terrorismo en Siria y en Iraq y ha insinuado hacer una coalición para vencer al Estado Islámico. Con Rex Tillerson como Secretario de Estado, el acercamiento con Rusia para las negociaciones internacionales es importante. No obstante el optimismo de Trump de mejorar las relaciones entre Washington y el Kremlin, hay varios escépticos en el Pentágono, el Departamento de Estado y la CIA, que critican a Trump que hay que separar los intereses personales de la política de Estado. Ante este escenario Trump enfrentará resistencia en el Congreso y no han demorado en pronunciarse Senadores como Marco Rubio y John McCain en contra de un acercamiento con Rusia y sus dudas por el nombramiento de Tillerson como Secretario de Estado. No solo Trump enfrentaría a los congresistas Demócratas, sino que también a Republicanos que se oponen a una alianza con Moscú. Sin embargo, es importante darle más tiempo a Trump y los nombramientos que se den en puestos claves como el posible Secretario de Defensa, el General James Mattis y sus líneas prioritarias.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo