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Récord en remesas, un arma de doble filo

Redacción
07 de enero, 2017

Al quinto día del 2017 se conoció el crecimiento extraordinario de las remesas familiares durante el 2016. El año anterior los guatemaltecos recibieron US$7 mil 100 millones en remesas familiares, un 14% más que en 2015 cuando se contabilizaron US$6 mil 284 millones.
Pese al débil crecimiento de la economía de EE.UU, las remesas hacías los países centroamericanos han aumentado, lo que impacta directamente en el ingreso de los hogares e incentiva el consumo privado.
Para Guatemala este comportamiento en las divisas por concepto de remesas familiares no es la excepción. Actualmente representan la segunda divisa más importante del país, después de las exportaciones.
En este sentido, un volumen importante de remesas podría inclusive provocar una pérdida de competitividad del sector exportador.
Es importante mencionar, que al mismo tiempo que generan riqueza en los países de destino, las remesas alimentan la tendencia de los gobernantes a no adoptar políticas para frenar la migración y políticas de empleo que alimenten la inversión.
En definitiva, las remesas son un arma de doble filo con efectos adversos para el crecimiento inclusivo y sostenido. La migración y las remesas tienden a disminuir la pobreza. Sin embargo, la magnitud del efecto, es relativamente modesto. Estimaciones del Banco Mundial (BM), coinciden que un aumento de las remesas en 1% del PIB reduce el ratio de pobreza en apenas 0.3 puntos porcentuales. Por lo que no es sustancialmente significativa ni la mejor solución para que un país salga de la pobreza y peor aún sea más productivo.
Por ende, no todo son beneficios al hablar de remesas. Hay que reconocer que representan ingresos que incentivan el consumo pero a la vez, desincentivan el mercado laboral ya que las remesas aumentan el salario de reserva: el nivel mínimo necesario para que estos adultos estén dispuestos a trabajar. O lo que es peor, representan un desincentivo al gobierno a actuar de manera frontal contra la migración al generar las condiciones óptimas con reglas claras para atraer más inversión y generar empleos productivos.
El efecto de las remesas no es significativo sobre el crecimiento económico. Estimaciones del BM nuevamente lo confirman: un aumento de las remesas en 1% del PIB tiende a aumentar la tasa de crecimiento del PIB en apenas 0.1 a 0.2 puntos porcentuales.
En definitiva, aunque el impacto de las remesas sobre la reducción de la pobreza y mayor crecimiento económico es positivo, no es significativo. La migración y las remesas no pueden remplazar el efecto de buenas políticas económicas e instituciones fuertes y eficientes como principal motor del crecimiento sostenido.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Récord en remesas, un arma de doble filo

Redacción
07 de enero, 2017

Al quinto día del 2017 se conoció el crecimiento extraordinario de las remesas familiares durante el 2016. El año anterior los guatemaltecos recibieron US$7 mil 100 millones en remesas familiares, un 14% más que en 2015 cuando se contabilizaron US$6 mil 284 millones.
Pese al débil crecimiento de la economía de EE.UU, las remesas hacías los países centroamericanos han aumentado, lo que impacta directamente en el ingreso de los hogares e incentiva el consumo privado.
Para Guatemala este comportamiento en las divisas por concepto de remesas familiares no es la excepción. Actualmente representan la segunda divisa más importante del país, después de las exportaciones.
En este sentido, un volumen importante de remesas podría inclusive provocar una pérdida de competitividad del sector exportador.
Es importante mencionar, que al mismo tiempo que generan riqueza en los países de destino, las remesas alimentan la tendencia de los gobernantes a no adoptar políticas para frenar la migración y políticas de empleo que alimenten la inversión.
En definitiva, las remesas son un arma de doble filo con efectos adversos para el crecimiento inclusivo y sostenido. La migración y las remesas tienden a disminuir la pobreza. Sin embargo, la magnitud del efecto, es relativamente modesto. Estimaciones del Banco Mundial (BM), coinciden que un aumento de las remesas en 1% del PIB reduce el ratio de pobreza en apenas 0.3 puntos porcentuales. Por lo que no es sustancialmente significativa ni la mejor solución para que un país salga de la pobreza y peor aún sea más productivo.
Por ende, no todo son beneficios al hablar de remesas. Hay que reconocer que representan ingresos que incentivan el consumo pero a la vez, desincentivan el mercado laboral ya que las remesas aumentan el salario de reserva: el nivel mínimo necesario para que estos adultos estén dispuestos a trabajar. O lo que es peor, representan un desincentivo al gobierno a actuar de manera frontal contra la migración al generar las condiciones óptimas con reglas claras para atraer más inversión y generar empleos productivos.
El efecto de las remesas no es significativo sobre el crecimiento económico. Estimaciones del BM nuevamente lo confirman: un aumento de las remesas en 1% del PIB tiende a aumentar la tasa de crecimiento del PIB en apenas 0.1 a 0.2 puntos porcentuales.
En definitiva, aunque el impacto de las remesas sobre la reducción de la pobreza y mayor crecimiento económico es positivo, no es significativo. La migración y las remesas no pueden remplazar el efecto de buenas políticas económicas e instituciones fuertes y eficientes como principal motor del crecimiento sostenido.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo