Esto de las redes sociales ha sido como un virus, se ha propagado alrededor del mundo sin discriminar. No importa el género, nivel socioeconómico o raza que tengamos, pero de seguro tenemos contacto con las redes sociales. De alguna manera, cada uno, nos hemos apropiado de ellas a través de nuestros usuarios.
Las redes sociales han existido siempre, con la diferencia que antes definían solamente verdaderas redes en las que la convivencia presencial era un requisito. Ahora además de eso, también significa una convivencia entre tecnología y seres humanos en donde se está presente, aunque la distancia sea enorme.
Y como sabemos, cualquier cosa que involucre personas de alguna manera u otra consigue estallar en un universo entero de posibilidades. Y las redes sociales no son la excepción. Así como hay causas muy buenas, que han llegado a salvar vidas, hay otras que han destruido unas cuantas. O de alguna manera sentimos que, gracias a nuestro espacio personal en las redes sociales, tenemos todos los títulos del mundo y empezamos a creernos expertos y lo criticamos todo.
Por ejemplo, con la tragedia en Acatenango. Por alguna razón, muchas personas decidieron hacer de este lamentable acontecimiento un chiste. Incluso leí comentarios como “Por llevárselas de salsas eso les pasó” o “Hay que ser idiota para que te pase esto.” Son comentarios que además de no tener ningún sentido pueden herir a las personas a quienes esta tragedia afecto directamente.
De las redes sociales como en la vida, cada uno hace lo que cree mejor con la suya, pero eso de meterse con los demás ya es otra cosa. Es probable que algunas personas se aprovechen un poco del “anonimato” que las redes sociales pueden dar. Y que, aunque de alguna manera estas nos dan el derecho a la libre expresión, debemos recordar que este derecho también debe de ser utilizado con responsabilidad y coherencia. Pues no sirve de mucho proponer y tratar de solucionar nuestros problemas a través de un usuario si no lo hacemos desde la “vida real”.
Debemos de recordar que las redes sociales existen como un complemento de la convivencia cara a cara, uno que nunca va a poder superar esta cercanía. Un complemento, no un reemplazo. Y además tener un usuario no nos hace dueños de la verdad absoluta, debemos utilizar responsable y respetuosamente estas vías de comunicación. Y recordar que detrás de cada usuario hay una persona como nosotros.

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