Guatemala es un país, con muchos contrastes que están relacionados con la desigualdad de la sociedad, el empleo entonces es un indicador en cualquier economía sana y por supuesto generadora de bienestar y prosperidad, en donde existan oportunidades de desarrollo para todos, y la educación se constituya como vital para todos.
Pero solo para tener una perspectiva aquí en Guatemala, de unas 6 millones de personas en edad para laborar, según el INE, solo un poco más de dos millones tienen un trabajo estable en el sector formal, es decir, con la idea de que perciben un salario mínimo, acceso a salud y demás beneficios, mientras que el resto que pertenece al sector informal, no posee ese tipo de opciones.
Pero hay que hacer la aclaración, que quienes cuentan con una empleo estable no necesariamente llegan a ganar lo suficiente y que alcance para una vida digna. Por otro lado es claro que la generación de empleos no es tarea fácil y que además es difícil obtener un empleo que pueda ofrecer mejores condiciones para la familia.
Por eso es necesario implementar estrategias que logren atraer la inversión internacional, pero con la aclaración que esta logre generar beneficios a la población y que las reglas que se impongan no sean susceptibles de corrupción y negociaciones atroces que en lugar de beneficiar sean dañinas.
Para rememorar ese punto, recordemos los famosos salarios diferenciados que si bien representaban un ingreso, no significan una salida para los miles de guatemaltecos que con sus familias tratan de sobrevivir día a día.
Recordemos entonces que es vital que se creen condiciones de desarrollo y crecimiento de los empleados, por eso es necesario que se tome en cuenta la necesidad de crear condiciones adecuadas para la inversión como la estabilidad política.
Las autoridades tienen mucho trabajo en este tema ya que ahora se enfrentan a una enorme cantidad de obstáculos entre privilegios, monopolios y defraudación, que al final dañan al mismo inversor o son quienes las propician para poder generar beneficio propio.
La esperanza de una sociedad en donde lo básico sea cubierto de la forma más sencilla sigue latente y más en aquellos que esperamos ver una Guatemala prospera y digna, con autoridades capaces de solucionar problemas y no solo que estén a escondidas de discursos incoherentes y demagógicos, con estadísticas irreales.
Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo
Guatemala es un país, con muchos contrastes que están relacionados con la desigualdad de la sociedad, el empleo entonces es un indicador en cualquier economía sana y por supuesto generadora de bienestar y prosperidad, en donde existan oportunidades de desarrollo para todos, y la educación se constituya como vital para todos.
Pero solo para tener una perspectiva aquí en Guatemala, de unas 6 millones de personas en edad para laborar, según el INE, solo un poco más de dos millones tienen un trabajo estable en el sector formal, es decir, con la idea de que perciben un salario mínimo, acceso a salud y demás beneficios, mientras que el resto que pertenece al sector informal, no posee ese tipo de opciones.
Pero hay que hacer la aclaración, que quienes cuentan con una empleo estable no necesariamente llegan a ganar lo suficiente y que alcance para una vida digna. Por otro lado es claro que la generación de empleos no es tarea fácil y que además es difícil obtener un empleo que pueda ofrecer mejores condiciones para la familia.
Por eso es necesario implementar estrategias que logren atraer la inversión internacional, pero con la aclaración que esta logre generar beneficios a la población y que las reglas que se impongan no sean susceptibles de corrupción y negociaciones atroces que en lugar de beneficiar sean dañinas.
Para rememorar ese punto, recordemos los famosos salarios diferenciados que si bien representaban un ingreso, no significan una salida para los miles de guatemaltecos que con sus familias tratan de sobrevivir día a día.
Recordemos entonces que es vital que se creen condiciones de desarrollo y crecimiento de los empleados, por eso es necesario que se tome en cuenta la necesidad de crear condiciones adecuadas para la inversión como la estabilidad política.
Las autoridades tienen mucho trabajo en este tema ya que ahora se enfrentan a una enorme cantidad de obstáculos entre privilegios, monopolios y defraudación, que al final dañan al mismo inversor o son quienes las propician para poder generar beneficio propio.
La esperanza de una sociedad en donde lo básico sea cubierto de la forma más sencilla sigue latente y más en aquellos que esperamos ver una Guatemala prospera y digna, con autoridades capaces de solucionar problemas y no solo que estén a escondidas de discursos incoherentes y demagógicos, con estadísticas irreales.
Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo