Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Las nuevas trabas a los usuarios de los bancos.

Redacción
18 de enero, 2017

Es increíble cómo la humanidad ha ido sacrificando el derecho humano más importante después del derecho a la vida: la libertad, en pro de tener “más seguridad”. Me pregunto ¿Será el miedo el motor que mueve al mundo y no aspiraciones mayores?

A partir del derribo de las Torres Gemelas de NY, un fatídico 11 de septiembre de 2001, el mundo se ha vuelto cada día más paranoico con el tema de la seguridad. Que si fue un genuino acto terrorista o un trabajo interno, una bandera roja, no me ocupa en esta columna. Lo que si me ocupa es el impresionante cambio de valores y la actitud de sumisión con el que, como humanidad, lo hemos permitido y aceptado. Hemos sucumbido al miedo y cada día perdemos más nuestra libertad.

Y así como hemos vistos cómo se nos controla a los ciudadanos del mundo en los puertos y aeropuertos, en las fronteras, en las calles y edificios a través de cámaras, así también se controlan nuestras operaciones monetarias en los bancos.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Muchos dirán que todo lo anterior está bien, que así debe ser. Como manifesté anteriormente, sumisamente hemos caído en el juego de sacrificar nuestra libertad por más seguridad. No sentimos que somos hombres y mujeres dignos de ser libres, sino únicamente de tener un buen amo, o buenos amos…

Los bancos, esas instituciones públicas y privadas donde los ciudadanos hemos depositado por siglos nuestros ahorros, o bien, solicitado préstamos para la hipoteca o inversión. Esas instituciones que nos han brindado certeza de que nuestro dinero está en buenas manos y hasta vemos acrecentarlo por el pago de intereses; y que por ello han coadyuvado a nuestra libertad de dedicarnos a nuestras propias actividades cotidianas sin tener que estar pensando todo el día en que si nuestros fondos están a salvo o no, hoy día parecen nuestros “policías monetarios”.

Es que no puede ser posible que nos limiten la cantidad de dólares a depositar mensualmente. Antes eran tres mil dólares al mes y ahora ya van por mil quinientos. Y además hay que declarar el “origen” de los fondos. ¿Qué harán los hoteles, agencias de viajes, tiendas y negocios que viven del turismo y reciben cientos de miles de dólares en efectivo mensualmente? ¡Y si vas con billetes que tienen un pequeño rasguño no te lo aceptan!

Te llaman del banco para ir a “actualizar datos” cada año, o sea, ir a perder el tiempo a una agencia bancaria, llevando tu DPI o pasaporte y toda la papelería legal si se trata de personas jurídicas.

Firmando IVE aquí, declarando IVE allá. ¿Qué locura es ésta, Superintendencia de Bancos? Porque de ahí vienen las órdenes. Bueno, más bien creo que vienen del USGov ¿o la OCDE? y aquí sus lacayos cumplen sus órdenes a cabalidad. No sabemos que más vendrá.

Ahora te piden tu DPI para depositar quetzales. O sea, no dólares, ¡sino quetzales, válgame Dios! ¿Es que no quieren que usemos más efectivo? ¿Qué van a hacer toda la gente de transporte, de los mercados cantonales, del agro, etc, que en ese consiste su casi único medio de pago?

La prevención del lavado de dinero o la evasión fiscal, no son excusas legítimas para subyugar a toda una población bajo esas “ridículas medidas de seguridad”. Por unas cuantas manzanas podridas, nos están lanzando a todos al cadalso. No se dan cuenta de que si uno deposita efectivo en el banco, deja una estela de prueba, si se tratare de transacciones sospechosas, que luego pueden seguir e investigar. Pero limitar los montos y hacernos pasar a los ciudadanos por tanta, como dirían los gringos, “bull shit” de papeleo, es una muestra de que las autoridades no son capaces de perseguir a los delincuentes y por ello todos debemos perder libertades, limitarnos y agachar la cabeza. Da terror pensar que esto también pueda ser una muestra de un experimento de “control social”.

Sumarle a lo anterior el horror que viviremos con el levantamiento del secreto bancario (eso no es culpa de los bancos) cuando la Administración Tributaria pueda estar en manos de extorsionistas y funcionarios que odien a la gente que mueve distintas cantidades de dinero en Guatemala.

Esto señores, es un signo de que hay “poderes ocultos” que desean desincentivar la inversión en nuestro país y que quieren controlar hasta el último detalle nuestro patrimonio. Así empezó Hugo Chávez en Venezuela, luego las expropiaciones, aquí: extinciones de dominio. Díganme ¿Quién va a querer venir a invertir a un país con estos absurdos controles y limitaciones?

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Las nuevas trabas a los usuarios de los bancos.

Redacción
18 de enero, 2017

Es increíble cómo la humanidad ha ido sacrificando el derecho humano más importante después del derecho a la vida: la libertad, en pro de tener “más seguridad”. Me pregunto ¿Será el miedo el motor que mueve al mundo y no aspiraciones mayores?

A partir del derribo de las Torres Gemelas de NY, un fatídico 11 de septiembre de 2001, el mundo se ha vuelto cada día más paranoico con el tema de la seguridad. Que si fue un genuino acto terrorista o un trabajo interno, una bandera roja, no me ocupa en esta columna. Lo que si me ocupa es el impresionante cambio de valores y la actitud de sumisión con el que, como humanidad, lo hemos permitido y aceptado. Hemos sucumbido al miedo y cada día perdemos más nuestra libertad.

Y así como hemos vistos cómo se nos controla a los ciudadanos del mundo en los puertos y aeropuertos, en las fronteras, en las calles y edificios a través de cámaras, así también se controlan nuestras operaciones monetarias en los bancos.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Muchos dirán que todo lo anterior está bien, que así debe ser. Como manifesté anteriormente, sumisamente hemos caído en el juego de sacrificar nuestra libertad por más seguridad. No sentimos que somos hombres y mujeres dignos de ser libres, sino únicamente de tener un buen amo, o buenos amos…

Los bancos, esas instituciones públicas y privadas donde los ciudadanos hemos depositado por siglos nuestros ahorros, o bien, solicitado préstamos para la hipoteca o inversión. Esas instituciones que nos han brindado certeza de que nuestro dinero está en buenas manos y hasta vemos acrecentarlo por el pago de intereses; y que por ello han coadyuvado a nuestra libertad de dedicarnos a nuestras propias actividades cotidianas sin tener que estar pensando todo el día en que si nuestros fondos están a salvo o no, hoy día parecen nuestros “policías monetarios”.

Es que no puede ser posible que nos limiten la cantidad de dólares a depositar mensualmente. Antes eran tres mil dólares al mes y ahora ya van por mil quinientos. Y además hay que declarar el “origen” de los fondos. ¿Qué harán los hoteles, agencias de viajes, tiendas y negocios que viven del turismo y reciben cientos de miles de dólares en efectivo mensualmente? ¡Y si vas con billetes que tienen un pequeño rasguño no te lo aceptan!

Te llaman del banco para ir a “actualizar datos” cada año, o sea, ir a perder el tiempo a una agencia bancaria, llevando tu DPI o pasaporte y toda la papelería legal si se trata de personas jurídicas.

Firmando IVE aquí, declarando IVE allá. ¿Qué locura es ésta, Superintendencia de Bancos? Porque de ahí vienen las órdenes. Bueno, más bien creo que vienen del USGov ¿o la OCDE? y aquí sus lacayos cumplen sus órdenes a cabalidad. No sabemos que más vendrá.

Ahora te piden tu DPI para depositar quetzales. O sea, no dólares, ¡sino quetzales, válgame Dios! ¿Es que no quieren que usemos más efectivo? ¿Qué van a hacer toda la gente de transporte, de los mercados cantonales, del agro, etc, que en ese consiste su casi único medio de pago?

La prevención del lavado de dinero o la evasión fiscal, no son excusas legítimas para subyugar a toda una población bajo esas “ridículas medidas de seguridad”. Por unas cuantas manzanas podridas, nos están lanzando a todos al cadalso. No se dan cuenta de que si uno deposita efectivo en el banco, deja una estela de prueba, si se tratare de transacciones sospechosas, que luego pueden seguir e investigar. Pero limitar los montos y hacernos pasar a los ciudadanos por tanta, como dirían los gringos, “bull shit” de papeleo, es una muestra de que las autoridades no son capaces de perseguir a los delincuentes y por ello todos debemos perder libertades, limitarnos y agachar la cabeza. Da terror pensar que esto también pueda ser una muestra de un experimento de “control social”.

Sumarle a lo anterior el horror que viviremos con el levantamiento del secreto bancario (eso no es culpa de los bancos) cuando la Administración Tributaria pueda estar en manos de extorsionistas y funcionarios que odien a la gente que mueve distintas cantidades de dinero en Guatemala.

Esto señores, es un signo de que hay “poderes ocultos” que desean desincentivar la inversión en nuestro país y que quieren controlar hasta el último detalle nuestro patrimonio. Así empezó Hugo Chávez en Venezuela, luego las expropiaciones, aquí: extinciones de dominio. Díganme ¿Quién va a querer venir a invertir a un país con estos absurdos controles y limitaciones?

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo