Guatemala es una economía enorme para los estándares centroamericanos. Básicamente, conformamos de 35% a 40% del PIB de toda la región, pero tenemos un Estado muy ineficiente y sin rumbo hasta el momento.
La administración del presidente Morales solo ha logrado un mínimo de estabilización de la gobernabilidad y no tiene una agenda clara de reforma del Estado, simplificación burocrática o simplificación fiscal, para fomentar el crecimiento económico generalizado.
Tampoco se han logrado hacer obras de infraestructura o un mantenimiento adecuado de las carreteras del país y, según la propia información del gobierno, el ministerio de Comunicaciones solo ha llegado a 56% de ejecución presupuestaria.
No es con un sistema centralizado sindicalizado, corrupto e ineficiente de los ministerios de Educación y Salud que el país saldrá de la pobreza, es más, si el presidente cree que estos sistemas van a mejorar, lamentablemente tiraremos a la basura un pésimo servicio público de educación y salud, más de 20 mil millones de quetzales al año durante cuatro años.
El país, fundamentalmente, necesita seguridad jurídica y seguridad física para las inversiones y la ciudadanía. Algunos esfuerzos positivos en ese sentido parecieran suceder en el Mingob, pero es un gravísimo error retirar al Ejército de las tareas de patrullas de seguridad ciudadana en las zonas rojas de las ciudades y los municipios del departamento de Guatemala. La policía aún no tiene la capacidad humana ni de despliegue para suplir los más de 27 destacamentos de seguridad ciudadana del Ejército y así lo han hecho ver con protestas los ciudadanos de Villa Nueva y Mixco.
Si el gobierno sigue con una política fiscal de persecución penal y de endurecimiento del litigio tributario, eso, por sí solo, no solucionará ni mejorará en el largo plazo la recaudación tributaria. Lo que solucionaría ese problema en el largo plazo sería bajar las tasas de los impuestos, derogar impuestos redundantes y simplificar los trámites administrativos para abrir nuevos negocios e inversiones.
El crecimiento económico generalizado sacará adelante al país, que no la acción y el crecimiento de una enorme maquinaria estatal sindicalizada centralizada y dedicada a detener las inversiones en el país.
Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo
Guatemala es una economía enorme para los estándares centroamericanos. Básicamente, conformamos de 35% a 40% del PIB de toda la región, pero tenemos un Estado muy ineficiente y sin rumbo hasta el momento.
La administración del presidente Morales solo ha logrado un mínimo de estabilización de la gobernabilidad y no tiene una agenda clara de reforma del Estado, simplificación burocrática o simplificación fiscal, para fomentar el crecimiento económico generalizado.
Tampoco se han logrado hacer obras de infraestructura o un mantenimiento adecuado de las carreteras del país y, según la propia información del gobierno, el ministerio de Comunicaciones solo ha llegado a 56% de ejecución presupuestaria.
No es con un sistema centralizado sindicalizado, corrupto e ineficiente de los ministerios de Educación y Salud que el país saldrá de la pobreza, es más, si el presidente cree que estos sistemas van a mejorar, lamentablemente tiraremos a la basura un pésimo servicio público de educación y salud, más de 20 mil millones de quetzales al año durante cuatro años.
El país, fundamentalmente, necesita seguridad jurídica y seguridad física para las inversiones y la ciudadanía. Algunos esfuerzos positivos en ese sentido parecieran suceder en el Mingob, pero es un gravísimo error retirar al Ejército de las tareas de patrullas de seguridad ciudadana en las zonas rojas de las ciudades y los municipios del departamento de Guatemala. La policía aún no tiene la capacidad humana ni de despliegue para suplir los más de 27 destacamentos de seguridad ciudadana del Ejército y así lo han hecho ver con protestas los ciudadanos de Villa Nueva y Mixco.
Si el gobierno sigue con una política fiscal de persecución penal y de endurecimiento del litigio tributario, eso, por sí solo, no solucionará ni mejorará en el largo plazo la recaudación tributaria. Lo que solucionaría ese problema en el largo plazo sería bajar las tasas de los impuestos, derogar impuestos redundantes y simplificar los trámites administrativos para abrir nuevos negocios e inversiones.
El crecimiento económico generalizado sacará adelante al país, que no la acción y el crecimiento de una enorme maquinaria estatal sindicalizada centralizada y dedicada a detener las inversiones en el país.
Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo