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Es momento de volver a ver a Guatemala

Redacción
26 de enero, 2017

He tomado el título de las palabras de Carlos Slim de hace algunos meses, cuando le preguntaron algo relacionado con la construcción del muro fronterizo con Estados Unidos, las deportaciones, etc.  El empresario dijo “es momento de volver a ver a México”. 

El título pareciera irrisorio, pues se supone que todos estamos viendo a Guatemala siempre.  El “se supone” es el gran problema. Veamos.

El Presidente Trump ha firmado la orden ejecutiva para construir el muro. Muro ya hay, pero no en toda la frontera de 3,142 kilómetros.  Se estima que hay vallas, muros y otras cosas en un total de 1,050 kilómetros.  También hay montañas y el Río Grande. 

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De acuerdo al sitio ABC Internacional, la cadena británica BBC dijo que se han producido más de dos millones de detenciones en los últimos cinco años. Agrega que, de los once millones de ilegales, cerca de la mitad no entraron por la frontera. Lo hicieron por aeropuertos y puertos con su pasaporte para, luego, no marcharse nunca del país. En contraposición, también es la frontera que mayor número de cruces legales experimenta: más de un millón al día. 

O sea, no es que vayan a dejar de intentarlo nuestros connacionales, ni mexicanos ni nadie.  Para que tenga éxito en su política, el Presidente Trump tendrá que endurecer los requisitos para otorgar visas.

¿Cuál es el pánico que se ha generado en Guatemala? Pues es más que obvio: la inminente reducción en el ingreso de remesas que, en 2016, alcanzó los US$7,159,967.6 (Banco de Guatemala).  Esto equivale al 10% del PIB.  Son las remesas las que están sosteniendo al país, mucho más que las exportaciones. 

Pero hay algo que nadie ha mencionado: el retorno de aquellos que han cometido delitos en Estados Unidos.  Habrá de todo, desde quienes violaron una ley de tránsito hasta los mareros. O sea, tendremos muchos más problemas de inseguridad, pues estas personas no se volverán santas cuando lleguen.

Es momento de volver a ver a Guatemala. ¿Por qué se van tantos chapines al norte? No es ciencia oculta, ni se necesitan mil estudios para determinarlo:  falta de oportunidades e inseguridad.

Estados Unidos incluyó al Triángulo Norte en los primeros lugares de su lista de países que son una amenaza a la seguridad nacional.  Se inventaron un su plan llamado Plan de la Alianza para la Prosperidad. Según dice el documento, los gobiernos y sus aliados invertirán más de US$22,000 millones, de los cuales Estados Unidos pone solamente US$700 anuales, en total para los tres países, siendo ellos los promotores de plan.  Pero, es en beneficio nuestro, así que digamos que vale el asunto. 

¿Y entonces? ¿Por qué siguen viajando hacia el norte tantos chapines, los mejores, pues son los que se arriesgan, van a trabajar en lo que sea y sobresalen, pues necesitan subsistir y enviar dinero a sus familias?  Me parece que el plan no muy está funcionando, aunque también muchas acciones tendrán frutos, si los tienen, en el mediano y largo plazos. 

¿Por qué no hay oportunidades? Sencillo: no hay inversión.  Según datos del Banco de Guatemala, a septiembre de 2016 la IED era de US$879.1 millones.  O sea, casi nada.  Si no hay inversión, no hay empleos.  Si la gente no tiene trabajo, no puede comprar bienes y servicios, por lo que los emprendimientos que hay no tienen muchas vistas de ser exitosos, pues hay muy pocos a los que se les puede vender.

El Plan, en su parte introductoria, dice: “Guatemala ha dado pasos importantes en la diversificación de la matriz energética, con más de 60% de energía renovable y con la incorporación de nuevas tecnologías…”

¿Y si las Cortes siguen suspendiendo licencias a las hidroeléctricas porque el mismo Estado falló y no realizó la consulta previa e informada que establece el Convenio 169? Se cae esta gran aseveración que hacen, como fundamento de los avances que se han tenido (estos avances no son producto del Plan, sino de la ley General de Electricidad que se aprobó hace 20 años). 

Con tanta conflictividad social, ocasionada por vividores socialistas que lo hacen como fuente de millones de dólares para sus dirigentes, ¿quién va a invertir cuando debe convivir con bloqueos, amenazas, invasiones, leyes torcidas a favor de estos vividores? 

¿Con qué dinero pueden ampliar sus operaciones las empresas, si deben gastar miles de quetzales al mes en seguridad? ¿Cuántos más empleos habría si una parte de ese dinero se utilizara para ampliar sus operaciones, lanzar una nueva línea de productos, exportar a otro país, en corto, invertir?

Con tanta incertidumbre, división, odios y resentimientos ocasionados por las pésimamente llamadas “reformas al sector justicia”, ¿quién va a invertir y generar empleos? Son CICIG y la Embajada de Estados Unidos en Guatemala quienes promueven fuertemente esto. Pero es ese país el que quiere que haya menos migrantes hacia allá. Se están disparando en el pie…

Es momento de volver a ver a Guatemala y arreglar todo lo que hay que mejorar, para que hayan oportunidades de trabajo y de emprendimientos.  Solo así habrá menos migrantes. No nos asustará el muro, ni el recorte de fondos a las ciudades santuario, ni el endurecimiento de los requisitos para obtener visa estadounidense.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Es momento de volver a ver a Guatemala

Redacción
26 de enero, 2017

He tomado el título de las palabras de Carlos Slim de hace algunos meses, cuando le preguntaron algo relacionado con la construcción del muro fronterizo con Estados Unidos, las deportaciones, etc.  El empresario dijo “es momento de volver a ver a México”. 

El título pareciera irrisorio, pues se supone que todos estamos viendo a Guatemala siempre.  El “se supone” es el gran problema. Veamos.

El Presidente Trump ha firmado la orden ejecutiva para construir el muro. Muro ya hay, pero no en toda la frontera de 3,142 kilómetros.  Se estima que hay vallas, muros y otras cosas en un total de 1,050 kilómetros.  También hay montañas y el Río Grande. 

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De acuerdo al sitio ABC Internacional, la cadena británica BBC dijo que se han producido más de dos millones de detenciones en los últimos cinco años. Agrega que, de los once millones de ilegales, cerca de la mitad no entraron por la frontera. Lo hicieron por aeropuertos y puertos con su pasaporte para, luego, no marcharse nunca del país. En contraposición, también es la frontera que mayor número de cruces legales experimenta: más de un millón al día. 

O sea, no es que vayan a dejar de intentarlo nuestros connacionales, ni mexicanos ni nadie.  Para que tenga éxito en su política, el Presidente Trump tendrá que endurecer los requisitos para otorgar visas.

¿Cuál es el pánico que se ha generado en Guatemala? Pues es más que obvio: la inminente reducción en el ingreso de remesas que, en 2016, alcanzó los US$7,159,967.6 (Banco de Guatemala).  Esto equivale al 10% del PIB.  Son las remesas las que están sosteniendo al país, mucho más que las exportaciones. 

Pero hay algo que nadie ha mencionado: el retorno de aquellos que han cometido delitos en Estados Unidos.  Habrá de todo, desde quienes violaron una ley de tránsito hasta los mareros. O sea, tendremos muchos más problemas de inseguridad, pues estas personas no se volverán santas cuando lleguen.

Es momento de volver a ver a Guatemala. ¿Por qué se van tantos chapines al norte? No es ciencia oculta, ni se necesitan mil estudios para determinarlo:  falta de oportunidades e inseguridad.

Estados Unidos incluyó al Triángulo Norte en los primeros lugares de su lista de países que son una amenaza a la seguridad nacional.  Se inventaron un su plan llamado Plan de la Alianza para la Prosperidad. Según dice el documento, los gobiernos y sus aliados invertirán más de US$22,000 millones, de los cuales Estados Unidos pone solamente US$700 anuales, en total para los tres países, siendo ellos los promotores de plan.  Pero, es en beneficio nuestro, así que digamos que vale el asunto. 

¿Y entonces? ¿Por qué siguen viajando hacia el norte tantos chapines, los mejores, pues son los que se arriesgan, van a trabajar en lo que sea y sobresalen, pues necesitan subsistir y enviar dinero a sus familias?  Me parece que el plan no muy está funcionando, aunque también muchas acciones tendrán frutos, si los tienen, en el mediano y largo plazos. 

¿Por qué no hay oportunidades? Sencillo: no hay inversión.  Según datos del Banco de Guatemala, a septiembre de 2016 la IED era de US$879.1 millones.  O sea, casi nada.  Si no hay inversión, no hay empleos.  Si la gente no tiene trabajo, no puede comprar bienes y servicios, por lo que los emprendimientos que hay no tienen muchas vistas de ser exitosos, pues hay muy pocos a los que se les puede vender.

El Plan, en su parte introductoria, dice: “Guatemala ha dado pasos importantes en la diversificación de la matriz energética, con más de 60% de energía renovable y con la incorporación de nuevas tecnologías…”

¿Y si las Cortes siguen suspendiendo licencias a las hidroeléctricas porque el mismo Estado falló y no realizó la consulta previa e informada que establece el Convenio 169? Se cae esta gran aseveración que hacen, como fundamento de los avances que se han tenido (estos avances no son producto del Plan, sino de la ley General de Electricidad que se aprobó hace 20 años). 

Con tanta conflictividad social, ocasionada por vividores socialistas que lo hacen como fuente de millones de dólares para sus dirigentes, ¿quién va a invertir cuando debe convivir con bloqueos, amenazas, invasiones, leyes torcidas a favor de estos vividores? 

¿Con qué dinero pueden ampliar sus operaciones las empresas, si deben gastar miles de quetzales al mes en seguridad? ¿Cuántos más empleos habría si una parte de ese dinero se utilizara para ampliar sus operaciones, lanzar una nueva línea de productos, exportar a otro país, en corto, invertir?

Con tanta incertidumbre, división, odios y resentimientos ocasionados por las pésimamente llamadas “reformas al sector justicia”, ¿quién va a invertir y generar empleos? Son CICIG y la Embajada de Estados Unidos en Guatemala quienes promueven fuertemente esto. Pero es ese país el que quiere que haya menos migrantes hacia allá. Se están disparando en el pie…

Es momento de volver a ver a Guatemala y arreglar todo lo que hay que mejorar, para que hayan oportunidades de trabajo y de emprendimientos.  Solo así habrá menos migrantes. No nos asustará el muro, ni el recorte de fondos a las ciudades santuario, ni el endurecimiento de los requisitos para obtener visa estadounidense.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo