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Partido español Podemos decide su futuro

Allan Martinez
09 de febrero, 2017

Madrid, España | AFP |

El partido izquierdista Podemos, tercera fuerza en España, llega sumido en una guerra fratricida a un congreso que este fin de semana definirá su futuro y el de su máximo líder, Pablo Iglesias, quien se juega el cargo.

Lo que empezó como un debate de estrategias entre el secretario general Iglesias y su número dos, Íñigo Errejón, ha desembocado en un combate frontal que ha agrietado a la formación nacida en 2014 al calor de las protestas contra la austeridad.

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Los 400.000 afiliados de Podemos deben decidir entre las listas a la directiva y los programas presentados por los grupos de Iglesias, Errejón y los anticapitalistas, y aunque nadie le disputa el puesto al secretario general, este ha hecho del proceso un plebiscito sobre su liderazgo.

Iglesias ha amenazado con dejar el cargo si su programa es derrotado y, subiendo la apuesta, afirmó este jueves que se plantearía también abandonar su escaño en el Congreso.

“Uno tiene que evitar hacer sombra a nadie (…) Alguien que está en minoría no puede liderar el partido”, afirmó el carismático líder de coleta a la cadena Telecinco.

Debate emponzoñado

Millones de votantes, que impulsaron a Podemos desde su nacimiento apenas dos años atrás a ser la tercera fuerza política en el Congreso y un símbolo de esperanza de la izquierda en Europa, han observado con estupefacción a medida que se ha ido emponzoñando el debate.

“Se está equivocando, debería ir más de frente”, lanzó el miércoles Iglesias sobre Errejón al diario El País. “La cultura del enemigo interno y del rodillo le está haciendo daño a Podemos”, respondió su número dos al periódico en línea diario.es.

“Clima de terror”, “una lógica de persecución del enemigo interno que recuerda a las peores tradiciones de la izquierda”, “una dinámica tóxica”, son algunas de las expresiones lanzadas en los últimos días por personas que ayudaron a fundar Podemos.

La acritud ha sido tal que la número tres de la formación y una de sus caras más visibles, Carolina Bescansa, renunció a presentarse para un cargo en la directiva.

“Lo que estamos diciendo es: ‘¡basta de esto!’. Alguien tenía que decirlo, porque si no parecería que la dirección política de Podemos no oye, no escucha, lo que está pasando de fuera”, dijo Bescansa el miércoles a la AFP.

“Hay un clamor dentro de la gente de Podemos, los militantes, los votantes, de que esta dinámica no puede seguir”, prosiguió Bescansa, al calificar la pugna de “irresponsable e improductiva”.

Lucha de poder

En la asamblea del fin de semana en el palacio madrileño de congresos de Vistalegre, que se augura caldeada con unos 10.000 participantes, se definirá el rumbo político que tomará Podemos hacia unas próximas elecciones.

Por ahora, las encuestas ubican a Podemos en segundo lugar, por detrás del gobernante conservador Partido Popular pero por delante de los socialistas, a quienes disputan la posición de primera formación de izquierdas en España.

Iglesias y Errejón difieren en la estrategia a seguir.

En su programa, el número dos insiste en que para ser una alternativa creíble, Podemos debe ir más allá de las protestas y “demostrar capacidad de gobierno”.

De su lado, Iglesias afirma que los representantes de Podemos deben ser “activistas institucionales” y volver a la calle, tal y como lo hicieron ante las medidas de austeridad impuestas en medio de una agobiante crisis económica.

Más allá de la estrategia, también hay una lucha de poder, según han denunciado personas como Luis Alegre, uno de los fundadores de Podemos, al acusar a una “camarilla” en el equipo de Iglesias de buscar “excluir a todos” sus rivales.

“Aún no consigo entender cómo Pablo lo ha permitido. Soy su amigo desde hace más de 20 años y sé que Pablo no es así”, indicó Alegre en un artículo en eldiario.es.

De todas maneras, tanto Iglesias como Errejón han tratado de minimizar la posibilidad de una escisión.

“La política es siempre una secuencia larga, en la que no hay que mirar solo a corto y medio plazo”, dijo Iglesias al diario La Vanguardia. “Todo eso hace que, si somos capaces de hacer las cosas bien, el futuro nos acompañe”, sentenció.

Partido español Podemos decide su futuro

Allan Martinez
09 de febrero, 2017

Madrid, España | AFP |

El partido izquierdista Podemos, tercera fuerza en España, llega sumido en una guerra fratricida a un congreso que este fin de semana definirá su futuro y el de su máximo líder, Pablo Iglesias, quien se juega el cargo.

Lo que empezó como un debate de estrategias entre el secretario general Iglesias y su número dos, Íñigo Errejón, ha desembocado en un combate frontal que ha agrietado a la formación nacida en 2014 al calor de las protestas contra la austeridad.

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Los 400.000 afiliados de Podemos deben decidir entre las listas a la directiva y los programas presentados por los grupos de Iglesias, Errejón y los anticapitalistas, y aunque nadie le disputa el puesto al secretario general, este ha hecho del proceso un plebiscito sobre su liderazgo.

Iglesias ha amenazado con dejar el cargo si su programa es derrotado y, subiendo la apuesta, afirmó este jueves que se plantearía también abandonar su escaño en el Congreso.

“Uno tiene que evitar hacer sombra a nadie (…) Alguien que está en minoría no puede liderar el partido”, afirmó el carismático líder de coleta a la cadena Telecinco.

Debate emponzoñado

Millones de votantes, que impulsaron a Podemos desde su nacimiento apenas dos años atrás a ser la tercera fuerza política en el Congreso y un símbolo de esperanza de la izquierda en Europa, han observado con estupefacción a medida que se ha ido emponzoñando el debate.

“Se está equivocando, debería ir más de frente”, lanzó el miércoles Iglesias sobre Errejón al diario El País. “La cultura del enemigo interno y del rodillo le está haciendo daño a Podemos”, respondió su número dos al periódico en línea diario.es.

“Clima de terror”, “una lógica de persecución del enemigo interno que recuerda a las peores tradiciones de la izquierda”, “una dinámica tóxica”, son algunas de las expresiones lanzadas en los últimos días por personas que ayudaron a fundar Podemos.

La acritud ha sido tal que la número tres de la formación y una de sus caras más visibles, Carolina Bescansa, renunció a presentarse para un cargo en la directiva.

“Lo que estamos diciendo es: ‘¡basta de esto!’. Alguien tenía que decirlo, porque si no parecería que la dirección política de Podemos no oye, no escucha, lo que está pasando de fuera”, dijo Bescansa el miércoles a la AFP.

“Hay un clamor dentro de la gente de Podemos, los militantes, los votantes, de que esta dinámica no puede seguir”, prosiguió Bescansa, al calificar la pugna de “irresponsable e improductiva”.

Lucha de poder

En la asamblea del fin de semana en el palacio madrileño de congresos de Vistalegre, que se augura caldeada con unos 10.000 participantes, se definirá el rumbo político que tomará Podemos hacia unas próximas elecciones.

Por ahora, las encuestas ubican a Podemos en segundo lugar, por detrás del gobernante conservador Partido Popular pero por delante de los socialistas, a quienes disputan la posición de primera formación de izquierdas en España.

Iglesias y Errejón difieren en la estrategia a seguir.

En su programa, el número dos insiste en que para ser una alternativa creíble, Podemos debe ir más allá de las protestas y “demostrar capacidad de gobierno”.

De su lado, Iglesias afirma que los representantes de Podemos deben ser “activistas institucionales” y volver a la calle, tal y como lo hicieron ante las medidas de austeridad impuestas en medio de una agobiante crisis económica.

Más allá de la estrategia, también hay una lucha de poder, según han denunciado personas como Luis Alegre, uno de los fundadores de Podemos, al acusar a una “camarilla” en el equipo de Iglesias de buscar “excluir a todos” sus rivales.

“Aún no consigo entender cómo Pablo lo ha permitido. Soy su amigo desde hace más de 20 años y sé que Pablo no es así”, indicó Alegre en un artículo en eldiario.es.

De todas maneras, tanto Iglesias como Errejón han tratado de minimizar la posibilidad de una escisión.

“La política es siempre una secuencia larga, en la que no hay que mirar solo a corto y medio plazo”, dijo Iglesias al diario La Vanguardia. “Todo eso hace que, si somos capaces de hacer las cosas bien, el futuro nos acompañe”, sentenció.