Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Jorge de León Duque, ¿presidente?

Jorge Alvarado
28 de febrero, 2017

El actual procurador de los Derechos Humanos, Jorge de León Duque, se ha convertido en una Imagen Pública a la que hay que prestarle mucha atención. Su exposición mediática ha entrado en el terreno de la popularidad. Cada quien puede definir si su trabajo como procurador ha sido bueno o malo. Ese no es el centro ni interés de debate, más bien se trata de identificar qué personalidades han estado incrementando su exposición mediática y para qué les podría servir o qué orientación se le puede dar.

El estudio técnico de la Imagen Pública nos permite adentrarnos en algunos aspectos técnicos que llaman la atención. Primero, una estrategia de posicionamiento; segundo, una estrategia de asociación; tercero, incrementar la exposición mediática, y cuarto, encontrar una causa.

En primer lugar se puede ver un claro plan de posicionamiento que se traduce en el esfuerzo de ocupar un lugar en la mente de los ciudadanos, lo que después podría leerse como estar presente en la mente de los electores, pues ya se ha trazado una ruta de presencia y reconocimiento. En segundo lugar se puede hablar de la estrategia de asociación, que en el caso de De León ha estado trabajando al lado de dos organismos que gozan de una popularidad innegable: el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Esto lo sitúa en términos de “percepción” como alguien que está buscando generar cambios en el país y que combate la corrupción y apoya las reformas constitucionales. Es como si fuera parte del equipo de estos dos organismos. En tercer lugar, de 2015 a la fecha ha venido de menos a más; es decir, su exposición mediática se ha triplicado y, como suele decirse, ha aumentado e incrementado su perfil. En cuarto lugar, ha adoptado la causa de generar transformaciones estructurales al país y cambios políticos.

En 2011 fue electo por el partido Creo y posteriormente dejó su curul para entrar en el proceso para la elección del procurador de los Derechos Humanos, del cual resultó vencedor en la contienda por esa magistratura.

El contenido simbólico y cargado de significados nos remonta a que todo hijo quisiera superar a su padre e incluso, si es posible, igualarlo o superarlo cuando su padre ha sido una Imagen Pública y un personaje importante, como en este caso de la historia de Guatemala. Ramiro de León Carpio, el padre de Jorge de León Duque, fue procurador de los Derechos Humanos y posteriormente después del autogolpe de Estado cometido por Jorge Serrano Elías, fue designado por el Congreso de la República como presidente de Guatemala.

Este fue un momento histórico para el país, pues con él se restableció la institucionalidad del Estado y sus instituciones; además, alcanzó bastante popularidad, algo que nos interesa mucho para el estudio de la Imagen Pública.

En ese sentido, Jorge de León Duque es un abogado joven, que ha logrado conquistar uno de los dos legados de su padre en la historia: ser procurador de los Derechos Humanos. El segundo es aspirar a ser presidente de Guatemala, con lo cual igualaría ese legado paterno.

De León no ha manifestado públicamente su intención de ser candidato presidencial ni su aspiración de llegar a la Presidencia de la República; sin embargo, aunque esto no ha sucedido, podemos notar evidentemente que su Imagen Pública está siendo trabajada con algún propósito de carácter estratégico.

Reitero y dejo claro que no es importante juzgar su trabajo, ni calificarlo, ni mucho menos evaluar su gestión, ni nada por el estilo. Más bien se trata de ver lo que otros no pueden ver e identificar que su Imagen Pública ha sido y está siendo proyectada como si fuera a entrar a otro nivel, como una candidatura presidencial.

Muchas veces las personas se pierden en calificar o descalificar a las personas, pero no se trata de eso, se trata de establecer conexiones a la luz de la evidencia y de la interpretación que nos permite darle connotación a sus acciones, y aunque esto es subjetivo, cabe dentro del espectro técnico del análisis deductivo.

También llama la atención algunos rasgos de su personalidad, como ser empático y propositivo, tranquilo y mesurado, pero a la vez conciliador y de hablar pausado. También goza de algunos atributos, como su capacidad para hacer equipos de trabajo, además de ser receptivo y educado.

Todas las personas pueden emitir un juicio de valor sobre la personalidad de De León, pero es muy importante identificar que se ha puesto en el radar de los ciudadanos, para bien o para mal, y esto permite hacer en un mapeo de actores que le deja ver como un potencial candidato presidencial, que seguramente será una espinita que tiene el actual procurador por saber si es posible conquistar tan alta magistratura; sin embargo, todo depende, como fue en el caso de su padre, de las circunstancias y que existan las condiciones para que pueda desarrollarse, pero sin ser más de lo mismo, por lo que seguramente evaluará si se da el momento propicio para emerger con fuerza o si se conforma o aspira a reelegirse como procurador de los Derechos Humanos.

En definitiva, comparar su caso con el de su padre es muy difícil, pues aunque fueron en contextos diferentes en la historia del país, paradójicamente son muy parecidos a la hora atender un momento histórico en el que no se evidencian liderazgos que se perfilen para las elecciones de 2019.

El caso de De León Duque se trata de una situación inédita, en la que aún si él nunca consideró o contempló la idea de competir por la presidencia, sí existen probabilidades de que algún proyecto político tradicional o nuevo y ajeno a uno elaborado por él, eventualmente lo invite a participar, porque ven que su nombre, con una buena estrategia, podría pesar en la mente de los guatemaltecos, porque es innegable que ya ocupa un espacio en la mente de muchos ciudadanos.

En suma, la Imagen Pública es el arte de obtener buenas percepciones para después tratar de mantenerlas, y en ese sentido es indiscutible que el actual procurador de los Derechos Humanos, Jorge de León Duque, ha pasado a ser un protagonista que últimamente ha participado y liderado junto con el MP y la Cicig la mesa técnica de dialogo para las reformas constitucionales al sector justicia; sin embargo, lo que no podemos dejar pasar por alto es la proyección de su Imagen Pública.

En conclusión, de León Duque podría convertirse en una sorpresa para algunos y en algo obvio para otros si él decide competir como candidato presidencial; sin duda alguna, entraría en una fase de escrutinio público muy fuerte, en el que seguro tratarían la forma de desacreditarlo, lo cual no es un problema, sino el problema sería saber si él estaría dispuesto a asumir la presión y todas las consecuencias no intencionadas que una candidatura de ese calibre trae de cajón.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Jorge de León Duque, ¿presidente?

Jorge Alvarado
28 de febrero, 2017

El actual procurador de los Derechos Humanos, Jorge de León Duque, se ha convertido en una Imagen Pública a la que hay que prestarle mucha atención. Su exposición mediática ha entrado en el terreno de la popularidad. Cada quien puede definir si su trabajo como procurador ha sido bueno o malo. Ese no es el centro ni interés de debate, más bien se trata de identificar qué personalidades han estado incrementando su exposición mediática y para qué les podría servir o qué orientación se le puede dar.

El estudio técnico de la Imagen Pública nos permite adentrarnos en algunos aspectos técnicos que llaman la atención. Primero, una estrategia de posicionamiento; segundo, una estrategia de asociación; tercero, incrementar la exposición mediática, y cuarto, encontrar una causa.

En primer lugar se puede ver un claro plan de posicionamiento que se traduce en el esfuerzo de ocupar un lugar en la mente de los ciudadanos, lo que después podría leerse como estar presente en la mente de los electores, pues ya se ha trazado una ruta de presencia y reconocimiento. En segundo lugar se puede hablar de la estrategia de asociación, que en el caso de De León ha estado trabajando al lado de dos organismos que gozan de una popularidad innegable: el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Esto lo sitúa en términos de “percepción” como alguien que está buscando generar cambios en el país y que combate la corrupción y apoya las reformas constitucionales. Es como si fuera parte del equipo de estos dos organismos. En tercer lugar, de 2015 a la fecha ha venido de menos a más; es decir, su exposición mediática se ha triplicado y, como suele decirse, ha aumentado e incrementado su perfil. En cuarto lugar, ha adoptado la causa de generar transformaciones estructurales al país y cambios políticos.

En 2011 fue electo por el partido Creo y posteriormente dejó su curul para entrar en el proceso para la elección del procurador de los Derechos Humanos, del cual resultó vencedor en la contienda por esa magistratura.

El contenido simbólico y cargado de significados nos remonta a que todo hijo quisiera superar a su padre e incluso, si es posible, igualarlo o superarlo cuando su padre ha sido una Imagen Pública y un personaje importante, como en este caso de la historia de Guatemala. Ramiro de León Carpio, el padre de Jorge de León Duque, fue procurador de los Derechos Humanos y posteriormente después del autogolpe de Estado cometido por Jorge Serrano Elías, fue designado por el Congreso de la República como presidente de Guatemala.

Este fue un momento histórico para el país, pues con él se restableció la institucionalidad del Estado y sus instituciones; además, alcanzó bastante popularidad, algo que nos interesa mucho para el estudio de la Imagen Pública.

En ese sentido, Jorge de León Duque es un abogado joven, que ha logrado conquistar uno de los dos legados de su padre en la historia: ser procurador de los Derechos Humanos. El segundo es aspirar a ser presidente de Guatemala, con lo cual igualaría ese legado paterno.

De León no ha manifestado públicamente su intención de ser candidato presidencial ni su aspiración de llegar a la Presidencia de la República; sin embargo, aunque esto no ha sucedido, podemos notar evidentemente que su Imagen Pública está siendo trabajada con algún propósito de carácter estratégico.

Reitero y dejo claro que no es importante juzgar su trabajo, ni calificarlo, ni mucho menos evaluar su gestión, ni nada por el estilo. Más bien se trata de ver lo que otros no pueden ver e identificar que su Imagen Pública ha sido y está siendo proyectada como si fuera a entrar a otro nivel, como una candidatura presidencial.

Muchas veces las personas se pierden en calificar o descalificar a las personas, pero no se trata de eso, se trata de establecer conexiones a la luz de la evidencia y de la interpretación que nos permite darle connotación a sus acciones, y aunque esto es subjetivo, cabe dentro del espectro técnico del análisis deductivo.

También llama la atención algunos rasgos de su personalidad, como ser empático y propositivo, tranquilo y mesurado, pero a la vez conciliador y de hablar pausado. También goza de algunos atributos, como su capacidad para hacer equipos de trabajo, además de ser receptivo y educado.

Todas las personas pueden emitir un juicio de valor sobre la personalidad de De León, pero es muy importante identificar que se ha puesto en el radar de los ciudadanos, para bien o para mal, y esto permite hacer en un mapeo de actores que le deja ver como un potencial candidato presidencial, que seguramente será una espinita que tiene el actual procurador por saber si es posible conquistar tan alta magistratura; sin embargo, todo depende, como fue en el caso de su padre, de las circunstancias y que existan las condiciones para que pueda desarrollarse, pero sin ser más de lo mismo, por lo que seguramente evaluará si se da el momento propicio para emerger con fuerza o si se conforma o aspira a reelegirse como procurador de los Derechos Humanos.

En definitiva, comparar su caso con el de su padre es muy difícil, pues aunque fueron en contextos diferentes en la historia del país, paradójicamente son muy parecidos a la hora atender un momento histórico en el que no se evidencian liderazgos que se perfilen para las elecciones de 2019.

El caso de De León Duque se trata de una situación inédita, en la que aún si él nunca consideró o contempló la idea de competir por la presidencia, sí existen probabilidades de que algún proyecto político tradicional o nuevo y ajeno a uno elaborado por él, eventualmente lo invite a participar, porque ven que su nombre, con una buena estrategia, podría pesar en la mente de los guatemaltecos, porque es innegable que ya ocupa un espacio en la mente de muchos ciudadanos.

En suma, la Imagen Pública es el arte de obtener buenas percepciones para después tratar de mantenerlas, y en ese sentido es indiscutible que el actual procurador de los Derechos Humanos, Jorge de León Duque, ha pasado a ser un protagonista que últimamente ha participado y liderado junto con el MP y la Cicig la mesa técnica de dialogo para las reformas constitucionales al sector justicia; sin embargo, lo que no podemos dejar pasar por alto es la proyección de su Imagen Pública.

En conclusión, de León Duque podría convertirse en una sorpresa para algunos y en algo obvio para otros si él decide competir como candidato presidencial; sin duda alguna, entraría en una fase de escrutinio público muy fuerte, en el que seguro tratarían la forma de desacreditarlo, lo cual no es un problema, sino el problema sería saber si él estaría dispuesto a asumir la presión y todas las consecuencias no intencionadas que una candidatura de ese calibre trae de cajón.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo