Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Tipo de cambio y el síndrome de “M’hijo, ya no me alcanza”

Redacción República
28 de febrero, 2017

Pareciera irrebatible que en materia de tipo de cambio se debe dejar a las fuerzas del mercado, la oferta y la demanda de divisas, que determinen su precio justo.  Posición muy coherente con el pensamiento de reducción del aparato estatal y privatización de servicios como salud, educación, seguridad.  Posición cuestionable en un país en donde más de la mitad de la población vive en pobreza dependiendo de servicios públicos de mala calidad, en salud, educación, seguridad, pero servicios necesarios al fin.

El migrante y sus 7 mil millones de dólares anuales logra paliar la precaria situación de la familia que dejo atrás.  Madre, padre, cónyuges e hijos esperan con ansias la remesa periódica.  Algunos logran salir de la pobreza, sin alejarse demasiado de ella, otros logran la mera sobrevivencia.

Ese creciente monto de remesas, aunado a la baja en la factura petrolera y escasa inversión pública, nos indican los economistas, son los responsables de que haya un exceso de divisas a la venta.  Muchas más de las que se necesitan para para importar bienes, servicios y pagar por viajes al extranjero.  Ante la mucha oferta, el precio baja.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Y baja.  Y baja. Y baja.  Y sigue bajando.  Al extremo que el exportador pierde competitividad, al turista le parece cara Guatemala (el 30% del turismo extranjero que llega a Guatemala viene de El Salvador) ya a la madre del migrante, ya no le alcanzan para el gasto (sobrevivencia, pues) los USD100 mensuales y lanza un desgarrador “M’hijo, ya no me alcanza!!”

Y es que, al pobre, veinte o treinta quetzalitos menos al mes, le hacen falta.  Ya no digamos cuando se sigue reduciendo lo que le da el banco y ya son cuarenta o cincuenta quetzales los que no llegan a la mesa familiar.   Al día de hoy los bancos remesa-negociantes pagan por la remesa-menudeo 7.20 por uno.  Entonces el esforzado migrante, se pone a trabajar más duro, horas extras, segundo o tercer empleo, para mandar USD125 mensuales, en lugar de los USD100.

Por cada Q10 menos que recibe la familia en Guate, por el castigo cambiario, el migrante le sube la remesa en USD10.  Entonces suben las remesas, la tasa de cambio baja y vuelve a comenzar la vuelta.

Que es el efecto Trump y la incertidumbre que ha detonado es temporal (4 años?!), es otro dato que aparece explicando la fortaleza de nuestra moneda. 

Y mientas tanto?  M’hijo, ya no me alcanza!

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

 

Tipo de cambio y el síndrome de “M’hijo, ya no me alcanza”

Redacción República
28 de febrero, 2017

Pareciera irrebatible que en materia de tipo de cambio se debe dejar a las fuerzas del mercado, la oferta y la demanda de divisas, que determinen su precio justo.  Posición muy coherente con el pensamiento de reducción del aparato estatal y privatización de servicios como salud, educación, seguridad.  Posición cuestionable en un país en donde más de la mitad de la población vive en pobreza dependiendo de servicios públicos de mala calidad, en salud, educación, seguridad, pero servicios necesarios al fin.

El migrante y sus 7 mil millones de dólares anuales logra paliar la precaria situación de la familia que dejo atrás.  Madre, padre, cónyuges e hijos esperan con ansias la remesa periódica.  Algunos logran salir de la pobreza, sin alejarse demasiado de ella, otros logran la mera sobrevivencia.

Ese creciente monto de remesas, aunado a la baja en la factura petrolera y escasa inversión pública, nos indican los economistas, son los responsables de que haya un exceso de divisas a la venta.  Muchas más de las que se necesitan para para importar bienes, servicios y pagar por viajes al extranjero.  Ante la mucha oferta, el precio baja.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Y baja.  Y baja. Y baja.  Y sigue bajando.  Al extremo que el exportador pierde competitividad, al turista le parece cara Guatemala (el 30% del turismo extranjero que llega a Guatemala viene de El Salvador) ya a la madre del migrante, ya no le alcanzan para el gasto (sobrevivencia, pues) los USD100 mensuales y lanza un desgarrador “M’hijo, ya no me alcanza!!”

Y es que, al pobre, veinte o treinta quetzalitos menos al mes, le hacen falta.  Ya no digamos cuando se sigue reduciendo lo que le da el banco y ya son cuarenta o cincuenta quetzales los que no llegan a la mesa familiar.   Al día de hoy los bancos remesa-negociantes pagan por la remesa-menudeo 7.20 por uno.  Entonces el esforzado migrante, se pone a trabajar más duro, horas extras, segundo o tercer empleo, para mandar USD125 mensuales, en lugar de los USD100.

Por cada Q10 menos que recibe la familia en Guate, por el castigo cambiario, el migrante le sube la remesa en USD10.  Entonces suben las remesas, la tasa de cambio baja y vuelve a comenzar la vuelta.

Que es el efecto Trump y la incertidumbre que ha detonado es temporal (4 años?!), es otro dato que aparece explicando la fortaleza de nuestra moneda. 

Y mientas tanto?  M’hijo, ya no me alcanza!

República es ajena a la opinión expresada en este artículo