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Mientras haya un #CasoElBodegón

Redacción República
07 de marzo, 2017

Ayer Elmer López, ex ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación, MAGA ;y Fidel Ponce, ex viceministro de seguridad alimentaria y nutricional, fueron condenados a tres años de prisión. Esto después de haber aceptado sus culpas en un proceso abreviado del #CasoElBodegón. Ambos ex funcionarios fueron acusados de incumplimiento de deberes.  

Sin embargo, al igual que en el caso de Edgar Barquín, el juez suspendió la ejecución de la condena por cinco años, tiempo en el que ambos ex funcionarios deberán tener un buen comportamiento para evitar se reactive su pena. Con esta decisión del juez se logran las primeras sentencias en dicho caso

En las investigaciones del Ministerio Público, MP, y las declaraciones del “colaborador” eficaz Juan Carlos Monzón, se ha ido descubriendo con mayor detalle la trama del robo del dinero de los tributarios y lo más indignante, el actuar inescrupuloso de quienes confabularon para darle alimentos contaminados a los más pobres.

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En el 2014 con la excusa de la sequía en el país, el gobierno decretó el “Estado de Calamidad” para facilitar la “ayuda” a los más necesitados. Con este decreto se abrió la puerta de par en par para las compras directas, es decir, a dedo. Por lo que el camino estaba listo y allanado para contrataciones y adjudicaciones discrecionales, tal como sucedió con la empacadora “El Bodegón” a la cual le adjudicaron la compra de maíz y frijol por Q492 millones.

Dichas adjudicaciones consistían en el surtido de cupones canjeables por raciones de alimentos que serían entregados mediante el programa “Hambre cero” a las familias de escasos recursos. Estas raciones incluían frijol y maíz que, según las investigaciones del MP, estaba contaminado por lo que no era apto para el consumo humano y en algunos casos ni siquiera para el consumo animal.

Si bien es cierto,  las primeras investigaciones fueron por defraudación aduanera ya que el maíz era traído de contrabando, lo que revela el resto de las investigaciones es por demás detestable y nos muestra el grado de corrupción en un sistema de incentivos perversos. Un sistema que ante las múltiples tareas que desempeña el gobierno se convierte en la mina de oro para expoliar al tributario sin ningún tipo de restricciones.

El #CasoElBodegón es un caso paradigmático de la corrupción que conllevan muchos de los programas sociales del gobierno. El “Estado de calamidad”, es un recurso por demás utilizado para evadir los controles en las compras. Estos Estados de calamidad, de urgencia o  de excepción son la mejor excusa que pueden tener los pícaros en el gobierno para facilitarse el robo de los impuestos.

También podemos hablar de la ineficiencia de los programas sociales gubernamentales para combatir la pobreza, que para lo único que han servido es para sacar de pobres a quienes ejercen el poder y a sus allegados.

El #CasoElBodegón, si ponemos atención y nos rehusamos a quedarnos en la superficialidad podremos descubrir la inmoralidad a la que se puede llegar con la excusa de ayudar al que menos tiene, al grado de considerarlo menos que un animal y darle alimentos contaminados. Los más pobres no les interesan en lo más mínimo, ni los tributarios que deben trabajar para que ellos puedan expoliarles sus recursos.

El #CasoElBodegón es una reflexión del por qué nunca habrá dinero suficiente para el gobierno, del por qué el dinero en manos privadas es más útil que en las arcas del gobierno, del por qué debemos restringir el poder del gobierno al mínimo, del por qué hay a quienes no les conviene la creación de riqueza y elevar el nivel de vida de los más pobres. 

El #CasoElBodegón debe servirnos de reflexión respecto a que mientras no cambiemos los incentivos y limitemos el poder, siempre habrá una excusas para decretar Estados que faciliten la corrupción.

@Md30

Facebook.com/Mda30

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Mientras haya un #CasoElBodegón

Redacción República
07 de marzo, 2017

Ayer Elmer López, ex ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación, MAGA ;y Fidel Ponce, ex viceministro de seguridad alimentaria y nutricional, fueron condenados a tres años de prisión. Esto después de haber aceptado sus culpas en un proceso abreviado del #CasoElBodegón. Ambos ex funcionarios fueron acusados de incumplimiento de deberes.  

Sin embargo, al igual que en el caso de Edgar Barquín, el juez suspendió la ejecución de la condena por cinco años, tiempo en el que ambos ex funcionarios deberán tener un buen comportamiento para evitar se reactive su pena. Con esta decisión del juez se logran las primeras sentencias en dicho caso

En las investigaciones del Ministerio Público, MP, y las declaraciones del “colaborador” eficaz Juan Carlos Monzón, se ha ido descubriendo con mayor detalle la trama del robo del dinero de los tributarios y lo más indignante, el actuar inescrupuloso de quienes confabularon para darle alimentos contaminados a los más pobres.

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En el 2014 con la excusa de la sequía en el país, el gobierno decretó el “Estado de Calamidad” para facilitar la “ayuda” a los más necesitados. Con este decreto se abrió la puerta de par en par para las compras directas, es decir, a dedo. Por lo que el camino estaba listo y allanado para contrataciones y adjudicaciones discrecionales, tal como sucedió con la empacadora “El Bodegón” a la cual le adjudicaron la compra de maíz y frijol por Q492 millones.

Dichas adjudicaciones consistían en el surtido de cupones canjeables por raciones de alimentos que serían entregados mediante el programa “Hambre cero” a las familias de escasos recursos. Estas raciones incluían frijol y maíz que, según las investigaciones del MP, estaba contaminado por lo que no era apto para el consumo humano y en algunos casos ni siquiera para el consumo animal.

Si bien es cierto,  las primeras investigaciones fueron por defraudación aduanera ya que el maíz era traído de contrabando, lo que revela el resto de las investigaciones es por demás detestable y nos muestra el grado de corrupción en un sistema de incentivos perversos. Un sistema que ante las múltiples tareas que desempeña el gobierno se convierte en la mina de oro para expoliar al tributario sin ningún tipo de restricciones.

El #CasoElBodegón es un caso paradigmático de la corrupción que conllevan muchos de los programas sociales del gobierno. El “Estado de calamidad”, es un recurso por demás utilizado para evadir los controles en las compras. Estos Estados de calamidad, de urgencia o  de excepción son la mejor excusa que pueden tener los pícaros en el gobierno para facilitarse el robo de los impuestos.

También podemos hablar de la ineficiencia de los programas sociales gubernamentales para combatir la pobreza, que para lo único que han servido es para sacar de pobres a quienes ejercen el poder y a sus allegados.

El #CasoElBodegón, si ponemos atención y nos rehusamos a quedarnos en la superficialidad podremos descubrir la inmoralidad a la que se puede llegar con la excusa de ayudar al que menos tiene, al grado de considerarlo menos que un animal y darle alimentos contaminados. Los más pobres no les interesan en lo más mínimo, ni los tributarios que deben trabajar para que ellos puedan expoliarles sus recursos.

El #CasoElBodegón es una reflexión del por qué nunca habrá dinero suficiente para el gobierno, del por qué el dinero en manos privadas es más útil que en las arcas del gobierno, del por qué debemos restringir el poder del gobierno al mínimo, del por qué hay a quienes no les conviene la creación de riqueza y elevar el nivel de vida de los más pobres. 

El #CasoElBodegón debe servirnos de reflexión respecto a que mientras no cambiemos los incentivos y limitemos el poder, siempre habrá una excusas para decretar Estados que faciliten la corrupción.

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República es ajena a la opinión expresada en este artículo