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Estimado don Clemente, si me permite

Redacción República
18 de marzo, 2017

Varias personas que me conocen me preguntaron si escribiría una columna sobre el hecho ocurrido este lunes 13 de marzo en el colegio, puesto que, con la frente en alto hago de su conocimiento que soy ex alumno del Centro Escolar Solalto, séptima promoción. Mi primera respuesta fue un tajante “no”. Expliqué que consideraba que “hablar más del caso” solamente añadiría más “leña al fuego” y que quería esperar a conocer los resultados de la investigación del Ministerio Público para pronunciarme.

Sin embargo, su columna publicada el 16 de marzo en el Diario La Hora y titulada “Esconder los problemas bajo la alfombra”, fue la causa para que cambiara de opinión. Si bien no trazaré conclusiones adelantadas (como usted hizo en la mencionada columna) si quiero hacerle una petición, de futuro periodista a periodista, de ex alumno al abuelo del tirador.

Entiendo que este caso le afecta mucho, ya que tiene un vínculo sentimental y consanguíneo con el protagonista. Pero yo me identifico con usted, puesto que también tengo un vínculo muy estrecho con el Centro Escolar Solalto, mi casa escolar que por 11 años, aparte de mi familia, contribuyó para formar la persona que soy. Por eso mismo quiero pedirle que no mezclemos peras con manzanas, ni intentemos meter este tema “bajo la alfombra” de la Iglesia Católica. Escribir con el hígado nunca es buena idea y llegar a conclusiones apresuradas tiene su precio (usted como periodista lo sabe mejor que otros).

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En su columna menciona que el colegio ha contratado Bufetes que entrenan a los profesores sobre cómo atestiguar y que seleccionan y adiestran a los alumnos que pueden ir a declarar contra los demandantes, las víctimas del acoso”. Me encantaría que presentara las pruebas al Ministerio Público de “semejante acusación”, que desde mi punto de vista parece más victimismo que otra cosa, y quisiera que me respondiera esto: ¿No contrataría usted al mejor abogado para defender a su nieto? ¿Se apegaría a una estrategia ganadora para defender a su familia? No me responda, sé que sí. Por ende esa acusación no tiene sentido.

En el cuarto párrafo usted señala que “el bullying está allí y una de las características es que la víctima, en los colegios de hombres desde luego, se ve afectada por ese machismo que pinta como hueco o marica al que denuncia que lo están molestando”. No lo contradigo. Esto es totalmente cierto y suele pasar en muchos colegios a nivel mundial. El bullying es un acto cobarde que debería ser penalizado. Pero no tratemos de antagonizar a todo un centro educativo jugando el rol de la víctima cuando todos sabemos que la reacción del tirador es un acto criminal y, peor aun, no lancemos acusaciones generalizadas cuando ni siquiera conocemos los resultados de la investigación que, repito, ya está en proceso.  Para poder juzgar correctamente es fundamental conocer los hechos con exactitud.

No me malinterprete, Don Clemente. Tengo un gran aprecio por la familia de su nieto y por su nieto, quien me consta es un excelente tenista. Además, como estudiante de Comunicación y Periodismo, columnista y escritor tengo una profunda admiración por su trabajo y por el medio que usted dirige.

Le pido, como colega columnista, que dejemos que las investigaciones tomen su curso y que el caso se esclarezca. Sabe bien que las especulaciones y el morbo solamente generan desinformación y entorpecen el proceso de justicia, más aún con las redes sociales que viralizan todo tipo de “información” en cuestión de segundos. Estoy seguro que estamos de acuerdo en que ambos queremos, como buenos periodistas, conocer la verdad.

República es ajena a la opinión

Estimado don Clemente, si me permite

Redacción República
18 de marzo, 2017

Varias personas que me conocen me preguntaron si escribiría una columna sobre el hecho ocurrido este lunes 13 de marzo en el colegio, puesto que, con la frente en alto hago de su conocimiento que soy ex alumno del Centro Escolar Solalto, séptima promoción. Mi primera respuesta fue un tajante “no”. Expliqué que consideraba que “hablar más del caso” solamente añadiría más “leña al fuego” y que quería esperar a conocer los resultados de la investigación del Ministerio Público para pronunciarme.

Sin embargo, su columna publicada el 16 de marzo en el Diario La Hora y titulada “Esconder los problemas bajo la alfombra”, fue la causa para que cambiara de opinión. Si bien no trazaré conclusiones adelantadas (como usted hizo en la mencionada columna) si quiero hacerle una petición, de futuro periodista a periodista, de ex alumno al abuelo del tirador.

Entiendo que este caso le afecta mucho, ya que tiene un vínculo sentimental y consanguíneo con el protagonista. Pero yo me identifico con usted, puesto que también tengo un vínculo muy estrecho con el Centro Escolar Solalto, mi casa escolar que por 11 años, aparte de mi familia, contribuyó para formar la persona que soy. Por eso mismo quiero pedirle que no mezclemos peras con manzanas, ni intentemos meter este tema “bajo la alfombra” de la Iglesia Católica. Escribir con el hígado nunca es buena idea y llegar a conclusiones apresuradas tiene su precio (usted como periodista lo sabe mejor que otros).

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En su columna menciona que el colegio ha contratado Bufetes que entrenan a los profesores sobre cómo atestiguar y que seleccionan y adiestran a los alumnos que pueden ir a declarar contra los demandantes, las víctimas del acoso”. Me encantaría que presentara las pruebas al Ministerio Público de “semejante acusación”, que desde mi punto de vista parece más victimismo que otra cosa, y quisiera que me respondiera esto: ¿No contrataría usted al mejor abogado para defender a su nieto? ¿Se apegaría a una estrategia ganadora para defender a su familia? No me responda, sé que sí. Por ende esa acusación no tiene sentido.

En el cuarto párrafo usted señala que “el bullying está allí y una de las características es que la víctima, en los colegios de hombres desde luego, se ve afectada por ese machismo que pinta como hueco o marica al que denuncia que lo están molestando”. No lo contradigo. Esto es totalmente cierto y suele pasar en muchos colegios a nivel mundial. El bullying es un acto cobarde que debería ser penalizado. Pero no tratemos de antagonizar a todo un centro educativo jugando el rol de la víctima cuando todos sabemos que la reacción del tirador es un acto criminal y, peor aun, no lancemos acusaciones generalizadas cuando ni siquiera conocemos los resultados de la investigación que, repito, ya está en proceso.  Para poder juzgar correctamente es fundamental conocer los hechos con exactitud.

No me malinterprete, Don Clemente. Tengo un gran aprecio por la familia de su nieto y por su nieto, quien me consta es un excelente tenista. Además, como estudiante de Comunicación y Periodismo, columnista y escritor tengo una profunda admiración por su trabajo y por el medio que usted dirige.

Le pido, como colega columnista, que dejemos que las investigaciones tomen su curso y que el caso se esclarezca. Sabe bien que las especulaciones y el morbo solamente generan desinformación y entorpecen el proceso de justicia, más aún con las redes sociales que viralizan todo tipo de “información” en cuestión de segundos. Estoy seguro que estamos de acuerdo en que ambos queremos, como buenos periodistas, conocer la verdad.

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