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El nuevo apellido del socialismo

Carolina Castellanos
17 de marzo, 2017
“El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia y el evangelio de la envidia”. Winston Churchill
Últimamente los socialistas se han vuelto muy creativos. Un ejemplo es cuando decidieron usar la tragedia del fallecimiento de 40 niñas como plataforma política. Surgió un término que debe ser sometido a un campeonato: “femigenocidio”. ¿Qué tal?
El socialismo tiene muchos apellidos: feminismo, derechos humanos, LGTB y LGTBI, racismo, derechos humanos y empresa, ambiente, derechos indígenas, militares/genocidio, tierras ancestrales.
Por supuesto que suena muy loable defender a grupos que, tradicionalmente, han sido desplazados, rechazados, etc. Lo que no es loable es usarlo de excusa para conseguir
millones de dólares y euros que serán utilizados para marchas y manifestaciones, viajes, cobertura mediática, estudios,  publicaciones, cabildeos internacionales, etc.
El más reciente de los apellidos es “propiedad intelectual colectiva de los pueblos indígenas” para “proteger las creaciones textiles, fruto de su labor y de siglos de filosofía maya”.
A primera vista, pareciera muy buen proyecto. Las creadoras tienen derecho a que el Estado proteja sus creaciones. Todos nos maravillamos con las obras de arte que convierten en güipiles, carteras, ropa, manteles y muchas cosas más. Yo, en lo personal, soy apasionada por toda la artesanía guatemalteca.
También soy apasionada por la Propiedad Intelectual. Pero, como el nombre del juego es dinero (no me canso de repetirlo pues lo sigo comprobando constantemente), indagué dónde está el meollo del asunto.
Resulta que las dirigentes de este movimiento  denuncian el robo del arte textil Maya como una forma más de despojo. “La protección intelectual es un reto fundamental de la autonomía. Y es un patrimonio ancestral”.
¿Le parece conocida la terminología? Robo, despojo, autonomía, derechos ancestrales.  Son los mismos argumentos que utilizan en todos los apellidos que mencioné antes.
Pero, ¿dónde está el dinero? Aquí les va: “las corporaciones que se benefician de la exportación de tejidos mayas tendrán que devolver un porcentaje de sus ganancias a las comunidades autoras”.  ¿Qué talito?
Todas las tejedoras venden sus productos libremente. No conozco de casos donde sean coaccionadas y forzadas a tejer y que luego su producto sea robado o “despojado”. Es libre comercio. Y los indígenas son comerciantes por naturaleza. Son excelentes
para esto. Lo han hecho por milenios.
Estoy segura que ese porcentaje no va a llegar a ninguna de las tejedoras. Nunca sucede. ¿O ha visto usted a CODECA generar energía más barata? ¿O a  cualquiera de los oenegeros proveer capacitación para reducir la pobreza?
Yo ya vi un esfuerzo de proteger los derechos de autor. En San Juan Comalapa hay dos diseñadoras. Ellas venden fotos de los diseños que han hecho, a Q12 cada una. Generalmente, son las empresarias que tienen grupos de tejedoras, quienes compran estas fotos. Las tejedoras las usarán como ellas quieran y, seguramente, combinan diseños. Esto sí es la verdadera esencia de la Propiedad Intelectual.
La próxima vez que lea cosas que parecen loables, vea quiénes están detrás. Si son socialistas, busque dónde está el dinero. Seguramente lo va a encontrar.
*Con información de intercontinentalcry.org
República es ajena a la opinión expresada en este artículo

El nuevo apellido del socialismo

Carolina Castellanos
17 de marzo, 2017
“El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia y el evangelio de la envidia”. Winston Churchill
Últimamente los socialistas se han vuelto muy creativos. Un ejemplo es cuando decidieron usar la tragedia del fallecimiento de 40 niñas como plataforma política. Surgió un término que debe ser sometido a un campeonato: “femigenocidio”. ¿Qué tal?
El socialismo tiene muchos apellidos: feminismo, derechos humanos, LGTB y LGTBI, racismo, derechos humanos y empresa, ambiente, derechos indígenas, militares/genocidio, tierras ancestrales.
Por supuesto que suena muy loable defender a grupos que, tradicionalmente, han sido desplazados, rechazados, etc. Lo que no es loable es usarlo de excusa para conseguir
millones de dólares y euros que serán utilizados para marchas y manifestaciones, viajes, cobertura mediática, estudios,  publicaciones, cabildeos internacionales, etc.
El más reciente de los apellidos es “propiedad intelectual colectiva de los pueblos indígenas” para “proteger las creaciones textiles, fruto de su labor y de siglos de filosofía maya”.
A primera vista, pareciera muy buen proyecto. Las creadoras tienen derecho a que el Estado proteja sus creaciones. Todos nos maravillamos con las obras de arte que convierten en güipiles, carteras, ropa, manteles y muchas cosas más. Yo, en lo personal, soy apasionada por toda la artesanía guatemalteca.
También soy apasionada por la Propiedad Intelectual. Pero, como el nombre del juego es dinero (no me canso de repetirlo pues lo sigo comprobando constantemente), indagué dónde está el meollo del asunto.
Resulta que las dirigentes de este movimiento  denuncian el robo del arte textil Maya como una forma más de despojo. “La protección intelectual es un reto fundamental de la autonomía. Y es un patrimonio ancestral”.
¿Le parece conocida la terminología? Robo, despojo, autonomía, derechos ancestrales.  Son los mismos argumentos que utilizan en todos los apellidos que mencioné antes.
Pero, ¿dónde está el dinero? Aquí les va: “las corporaciones que se benefician de la exportación de tejidos mayas tendrán que devolver un porcentaje de sus ganancias a las comunidades autoras”.  ¿Qué talito?
Todas las tejedoras venden sus productos libremente. No conozco de casos donde sean coaccionadas y forzadas a tejer y que luego su producto sea robado o “despojado”. Es libre comercio. Y los indígenas son comerciantes por naturaleza. Son excelentes
para esto. Lo han hecho por milenios.
Estoy segura que ese porcentaje no va a llegar a ninguna de las tejedoras. Nunca sucede. ¿O ha visto usted a CODECA generar energía más barata? ¿O a  cualquiera de los oenegeros proveer capacitación para reducir la pobreza?
Yo ya vi un esfuerzo de proteger los derechos de autor. En San Juan Comalapa hay dos diseñadoras. Ellas venden fotos de los diseños que han hecho, a Q12 cada una. Generalmente, son las empresarias que tienen grupos de tejedoras, quienes compran estas fotos. Las tejedoras las usarán como ellas quieran y, seguramente, combinan diseños. Esto sí es la verdadera esencia de la Propiedad Intelectual.
La próxima vez que lea cosas que parecen loables, vea quiénes están detrás. Si son socialistas, busque dónde está el dinero. Seguramente lo va a encontrar.
*Con información de intercontinentalcry.org
República es ajena a la opinión expresada en este artículo