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La fatal arrogancia

Redacción República
01 de marzo, 2017

Nunca antes el título de la obra de Hayek tuvo más aplicación a la arrogancia socialista en Guatemala

En días recientes un barco de una ONG abortista neerlandesa penetró el mar territorial guatemalteco con el expreso, público y notorio fin de cometer los actos materiales y concretar el delito de aborto contra ciudadanos guatemaltecos, según su propia retórica, afuera del territorio nacional, a más de 25 millas náuticas de distancia con lo cual suponían los señores algunos neerlandeses y otros estadounidenses a bordo del barco abortista.

Obviamente lo que vino el barco y sus tripulantes a hacer en Guatemala fue propaganda, pues sabían perfectamente que el aborto es un delito en Guatemala, salvo cuando la vida de la madre se encuentre en riesgo. Esta propaganda, por supuesto, es para recabar más fondos en sus países de origen y lucrar ya no con el conflicto armado interno o los indígenas o los pobres o las mujeres como ya lo hacen varias ONG igual de espurias o corruptas, sino que en este caso lucrar con el asesinato de guatemaltecos aún no nacidos.

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Guatemala igualmente en su constitución defiende la vida humana desde su concepción y el código penal desde el artículo 130 al 135 regula como delito el aborto en cualquiera de las etapas del embarazo. En la discusión en redes sociales fue obvio que la inmensa mayoría de guatemaltecos católicos y evangélicos de cualquier denominación y hasta ciudadanos no religiosos se vieron tremendamente molestos y ofendidos con que un barco, que mintió al hacer su manifiesto al atracar en Puerto Quetzal (pues en forma mentirosa declaró que venía con propósitos turísticos) tal y como lo manifestó la capitanía de puerto y migración, fue expulsado del territorio nacional por una correcta orden presidencial llevada a cabo por la marina nacional del ejército de la República, que al cumplirla expresamente manifestó que el ejército tiene cómo deber defender la constitución y cumplir con las órdenes del comandante general del ejército.

La fatal arrogancia, en este caso literal de estos socialistas y sus cómplices adentro de Guatemala, en iniciar los actos materiales, el iter criminis del delito de aborto en grado de tentativa y el delito de apología del delito, al llamar públicamente a cometer un delito, deben ser perseguidos de oficio por el MP, tal y como ya fue denunciado por una asociación civil guatemalteca que tiene como fin la defensa de la vida humana tal y como la constitución y las leyes guatemaltecas lo ordenan.

Ya basta, guatemaltecos, de seguir bajando la cabeza frente a una comunidad internacional insolente, que no solo quiere venir a MATAR GUATEMALTECOS de la forma más abierta y despreocupada, sino además a establecer racismo en la constitución, desbaratando la seguridad jurídica y la igualdad de todos los guatemaltecos ante la ley y la constitución.

Ese barco, esa insolencia, este irrespeto a la vida y la soberanía de los guatemaltecos es la muestra de lo que ha pasado en nuestro país por más de una década bajo la égida y amparo de gobiernos europeos, la ONU y la ya acabada administración Obama, que no solo ha hecho pedazos a nuestro país, sino además a los propios Estados Unidos de América.

La cooperación internacional y el intercambio comercial con el mundo entero son bienvenidos! ˇLa intervención grosera, abusiva y arrogante en nuestros asuntos internos no tiene por qué ser tolerado por nosotros los guatemaltecos ni por ningún país del mundo! 

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

La fatal arrogancia

Redacción República
01 de marzo, 2017

Nunca antes el título de la obra de Hayek tuvo más aplicación a la arrogancia socialista en Guatemala

En días recientes un barco de una ONG abortista neerlandesa penetró el mar territorial guatemalteco con el expreso, público y notorio fin de cometer los actos materiales y concretar el delito de aborto contra ciudadanos guatemaltecos, según su propia retórica, afuera del territorio nacional, a más de 25 millas náuticas de distancia con lo cual suponían los señores algunos neerlandeses y otros estadounidenses a bordo del barco abortista.

Obviamente lo que vino el barco y sus tripulantes a hacer en Guatemala fue propaganda, pues sabían perfectamente que el aborto es un delito en Guatemala, salvo cuando la vida de la madre se encuentre en riesgo. Esta propaganda, por supuesto, es para recabar más fondos en sus países de origen y lucrar ya no con el conflicto armado interno o los indígenas o los pobres o las mujeres como ya lo hacen varias ONG igual de espurias o corruptas, sino que en este caso lucrar con el asesinato de guatemaltecos aún no nacidos.

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Guatemala igualmente en su constitución defiende la vida humana desde su concepción y el código penal desde el artículo 130 al 135 regula como delito el aborto en cualquiera de las etapas del embarazo. En la discusión en redes sociales fue obvio que la inmensa mayoría de guatemaltecos católicos y evangélicos de cualquier denominación y hasta ciudadanos no religiosos se vieron tremendamente molestos y ofendidos con que un barco, que mintió al hacer su manifiesto al atracar en Puerto Quetzal (pues en forma mentirosa declaró que venía con propósitos turísticos) tal y como lo manifestó la capitanía de puerto y migración, fue expulsado del territorio nacional por una correcta orden presidencial llevada a cabo por la marina nacional del ejército de la República, que al cumplirla expresamente manifestó que el ejército tiene cómo deber defender la constitución y cumplir con las órdenes del comandante general del ejército.

La fatal arrogancia, en este caso literal de estos socialistas y sus cómplices adentro de Guatemala, en iniciar los actos materiales, el iter criminis del delito de aborto en grado de tentativa y el delito de apología del delito, al llamar públicamente a cometer un delito, deben ser perseguidos de oficio por el MP, tal y como ya fue denunciado por una asociación civil guatemalteca que tiene como fin la defensa de la vida humana tal y como la constitución y las leyes guatemaltecas lo ordenan.

Ya basta, guatemaltecos, de seguir bajando la cabeza frente a una comunidad internacional insolente, que no solo quiere venir a MATAR GUATEMALTECOS de la forma más abierta y despreocupada, sino además a establecer racismo en la constitución, desbaratando la seguridad jurídica y la igualdad de todos los guatemaltecos ante la ley y la constitución.

Ese barco, esa insolencia, este irrespeto a la vida y la soberanía de los guatemaltecos es la muestra de lo que ha pasado en nuestro país por más de una década bajo la égida y amparo de gobiernos europeos, la ONU y la ya acabada administración Obama, que no solo ha hecho pedazos a nuestro país, sino además a los propios Estados Unidos de América.

La cooperación internacional y el intercambio comercial con el mundo entero son bienvenidos! ˇLa intervención grosera, abusiva y arrogante en nuestros asuntos internos no tiene por qué ser tolerado por nosotros los guatemaltecos ni por ningún país del mundo! 

República es ajena a la opinión expresada en este artículo