El secretario general de la OEA, Luis Almagro, llamó a las fuerzas políticas de Paraguay a la paz e instó al gobierno a investigar la muerte del líder juvenil opositor Rodrigo Quintana de 25 años de un impacto en la cabeza a manos de la policía luego que manifestantes asaltaron el Congreso.
Los enfrentamientos del viernes dejaron unos 30 heridos y más de 200 detenidos por lo que Almagro hizo “un llamado a las fuerzas políticas de Paraguay a la paz y al respeto de la democracia”, según una nota oficial.
Furiosos manifestantes opositores destruyeron verjas, portones y grandes ventanales del Congreso y prendieron fuego a varios sectores del edificio, en protesta por una enmienda constitucional que busca permitir la reelección presidencial.
“No es la violencia la forma de resolver los conflictos políticos en Democracia. Si no hay garantías para un joven dirigente, entonces se está erosionando el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales”, dijo Almagro.
El excanciller uruguayo condenó “enérgicamente” la irrupción violenta de los opositores en el Congreso.
Pero acusó a las fuerzas del orden de excederse “absolutamente” en sus funciones por tomar la sede política y asesinar al dirigente, llamando al gobierno a castigar a los responsables.
“Si un sector de la sociedad viola este componente fundamental atacando la institucionalidad a través del incendio del edificio icono de la representación popular, eso no justifica de manera alguna la invasión de una sede política, la represión indiscriminada y el asesinato de un joven dirigente político”, afirmó.
La chispa que encendió las protestas fue la votación en el Senado por el oficialismo de una enmienda constitucional que busca abrir la puerta a la reelección y que los opositores consideran un “golpe parlamentario”.
A un año de la elección presidencial, la reforma permitiría postularse a un nuevo mandato al presidente conservador Horacio Cartes, en el poder desde 2013, y al expresidente izquierdista Fernando Lugo (2008-2012), un exobispo católico destituido tras un juicio político.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, llamó a las fuerzas políticas de Paraguay a la paz e instó al gobierno a investigar la muerte del líder juvenil opositor Rodrigo Quintana de 25 años de un impacto en la cabeza a manos de la policía luego que manifestantes asaltaron el Congreso.
Los enfrentamientos del viernes dejaron unos 30 heridos y más de 200 detenidos por lo que Almagro hizo “un llamado a las fuerzas políticas de Paraguay a la paz y al respeto de la democracia”, según una nota oficial.
Furiosos manifestantes opositores destruyeron verjas, portones y grandes ventanales del Congreso y prendieron fuego a varios sectores del edificio, en protesta por una enmienda constitucional que busca permitir la reelección presidencial.
“No es la violencia la forma de resolver los conflictos políticos en Democracia. Si no hay garantías para un joven dirigente, entonces se está erosionando el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales”, dijo Almagro.
El excanciller uruguayo condenó “enérgicamente” la irrupción violenta de los opositores en el Congreso.
Pero acusó a las fuerzas del orden de excederse “absolutamente” en sus funciones por tomar la sede política y asesinar al dirigente, llamando al gobierno a castigar a los responsables.
“Si un sector de la sociedad viola este componente fundamental atacando la institucionalidad a través del incendio del edificio icono de la representación popular, eso no justifica de manera alguna la invasión de una sede política, la represión indiscriminada y el asesinato de un joven dirigente político”, afirmó.
La chispa que encendió las protestas fue la votación en el Senado por el oficialismo de una enmienda constitucional que busca abrir la puerta a la reelección y que los opositores consideran un “golpe parlamentario”.
A un año de la elección presidencial, la reforma permitiría postularse a un nuevo mandato al presidente conservador Horacio Cartes, en el poder desde 2013, y al expresidente izquierdista Fernando Lugo (2008-2012), un exobispo católico destituido tras un juicio político.