14 personas muertas y 50 heridos es el resultado tras la explosión en el metro de San Petersburgo. La bomba, un artefacto casero, fue llevada a borde de una de las estaciónes más concurridas del tranporte de la ciudad.

Ayer las autoridades del servicio secreto de Kirguistán, develaron la identidad de uno de los tres sospechosos cuyas fotos fueron publicadas por agencias de seguridad rusas. Uno de ellos fue identificado como Akbarzhon Djaliliv, de 22 años. Djaliliv tiene vínculos con el islamismo radical y se sabe que es originario de Kirguistán, nacionalizado ruso.

El servicio de seguridad de Kazajistán se ha unido a los esfuerzos para capturar a los culpables. “Dos personas son sospechosas de haber planeado las explosiones; creemos que una de ellas colocó el artefacto explosivo en el vagón de metro y la segunda dejó una bomba en la estación Ploshchad Vosstania”, señaló una fuente de los cuerpos de seguridad informó el diario El Confidencial

Varios políticos rusos se niegan a creer que el ataque fue casual, ya que coincidió con la visita del presidente Vladimir Putin. “El lugar y el momento de la explosión no fueron elegidos al azar. En la ciudad se encontraba el presidente, se celebra un foro de medios de comunicación y hay muchos periodistas”, declaró el jefe del comité de Defensa y Seguridad del Senado ruso, Víctor Órezov. Estados Unidos, la ONU, la Unión Europea y varios líderes de Estados latinoamericanos y de países árabes ofrecieron sus condolencias y condenaron el acto.

El mensaje dice: “El canal de TV ‘ren-tv’ puso la primera foto del sospechoso del ataque. Tomada con cámaras del circuito cerrado de TV”.