La deforestación, la contaminación de los ríos, el cambio climático, la nula planificación de viviendas, la precaria condición de las mismas y los efectos de la Niña fueron la causa de que la tragedia de Mocoa dejara más de 250 personas fallecidas, un número no establecido de desaparecidos y la destrucción de barrios completos.

Mocoa está surcada por diez ríos, en una región no apta para el desarrollo urbano. La avalancha fue causada por el desborde de tres de esos ríos, tras fuertes lluvias que dejaron a la capital del Putumayo sumida en lodo. Según la Cruz Roja, 45,000 personas fueron afectadas por el desastre.

Sin agua corriente y con solo el 20 por ciento del servicio eléctrico reestablecido por medio del uso de plantas eléctricas, las autoridades trabajan sin descanso para evitar enfermedades que puedan llegar a convertirse en epidemias reporta El País.

En una entrevista, José Antonio Castro, alcalde de Mocoa, dijo estar trabajando en planes de contención y prevención con representantes locales de la Unidad de Gestión de Riesgos, especializada en este tipo de catástrofes. “Se hicieron muchas obras de mitigación, pero cualquiera que se hubiera hecho como muros, que era lo que se había pensado hacer, no habría servido porque la avalancha tuvo unas magnitudes impresionantes de agua. Fue una tempestad que desbordó cualquier pronóstico”, explicó.