Todo empieza con su familia. Robert Kardashian, su padre, fue uno de los abogados en el caso de O.J. Simpson, uno de los casos de corte más publicitados en los Estados Unidos. Él es uno de los abogados mejor cotizados de Los Angeles, California y ha trabajado en varios casos que involucran celebridades. Su madre es una mujer que supo rodearse de personas influyentes y famosas, algo que su hija aprendió bien.
Kim estudió la primaria con Paris Hilton y celebró su cumpleaños 14 en el Neverland Ranch, propiedad de Michael Jackson. Esas circunstancias la convertían en una persona notable para los medios de comunicación que ansiosos de cubrir la vida de famosos la llevaron a ese estatus.
El sexo vende. En 2007, Kardashan salía con Ray J (sobrino de Snoop Dog). En ese año, se “filtró” un vídeo en el que ella y su nueva pareja tenían relaciones sexuales. Esto la catapultó a la fama por una simple y sencilla razón: supo cómo aprovechar y mantener la atención de los medios. Para esto creó un personaje que se vende con facilidad.
Kim es una mujer lista, aunque no haya terminado la secundaria, trabaja de forma obsesiva compulsiva y tiene una fijación enfermiza por el detalle. Cada fotografía en redes sociales, cada vídeo está preparado minuciosamente. Prueba de ello es que no hay fotografías en las que se le vea con un cabello fuera de lugar, ni cuando sube fotografías tituladas “recién levantada de la cama”. Siempre maquillada y vestida de forma provocativa, tiene 32 millones de seguidores en Twitter. Eso es más de los que CNN, Bill Gates u Oprah tienen en esta red social.
Sus desnudos son capaces de atraer la atención de 15.9 millones de visitas, como sucedió con sus fotografías en la revista Paper. Su esposo, el cantante Kanye West sube, constantemente, fotografías sensuales de Kim y canta en referencia al vídeo.
La clave del éxito de Kim Kardashian es su constancia. Desde 2007 tiene un realityshow que sigue al aire, ha escrito libros y tiene un juego para celulares que le genera USD200 millones. Si se ve de forma desapasionada, Kim no ha hecho absolutamente nada digno de admiración. Pero en una segunda lectura, no cabe duda que es una maestra de la inteligencia emocional y una excelente mercadóloga.
Todo empieza con su familia. Robert Kardashian, su padre, fue uno de los abogados en el caso de O.J. Simpson, uno de los casos de corte más publicitados en los Estados Unidos. Él es uno de los abogados mejor cotizados de Los Angeles, California y ha trabajado en varios casos que involucran celebridades. Su madre es una mujer que supo rodearse de personas influyentes y famosas, algo que su hija aprendió bien.
Kim estudió la primaria con Paris Hilton y celebró su cumpleaños 14 en el Neverland Ranch, propiedad de Michael Jackson. Esas circunstancias la convertían en una persona notable para los medios de comunicación que ansiosos de cubrir la vida de famosos la llevaron a ese estatus.
El sexo vende. En 2007, Kardashan salía con Ray J (sobrino de Snoop Dog). En ese año, se “filtró” un vídeo en el que ella y su nueva pareja tenían relaciones sexuales. Esto la catapultó a la fama por una simple y sencilla razón: supo cómo aprovechar y mantener la atención de los medios. Para esto creó un personaje que se vende con facilidad.
Kim es una mujer lista, aunque no haya terminado la secundaria, trabaja de forma obsesiva compulsiva y tiene una fijación enfermiza por el detalle. Cada fotografía en redes sociales, cada vídeo está preparado minuciosamente. Prueba de ello es que no hay fotografías en las que se le vea con un cabello fuera de lugar, ni cuando sube fotografías tituladas “recién levantada de la cama”. Siempre maquillada y vestida de forma provocativa, tiene 32 millones de seguidores en Twitter. Eso es más de los que CNN, Bill Gates u Oprah tienen en esta red social.
Sus desnudos son capaces de atraer la atención de 15.9 millones de visitas, como sucedió con sus fotografías en la revista Paper. Su esposo, el cantante Kanye West sube, constantemente, fotografías sensuales de Kim y canta en referencia al vídeo.
La clave del éxito de Kim Kardashian es su constancia. Desde 2007 tiene un realityshow que sigue al aire, ha escrito libros y tiene un juego para celulares que le genera USD200 millones. Si se ve de forma desapasionada, Kim no ha hecho absolutamente nada digno de admiración. Pero en una segunda lectura, no cabe duda que es una maestra de la inteligencia emocional y una excelente mercadóloga.