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Lasso: de la histeria electoral a la moderación

Daniel Silva
06 de abril, 2017

Con el 99,65% de los votos escrutados, Lenin Moreno se convirtió en el nuevo Presidente de Ecuador, al obtener el 51,16% de los votos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales realizadas el domingo 2 de abril. Guillermo Lasso, el candidato perdedor, alcanzó el 48,84% de los sufragios. 

Pero Lasso no solo perdió la elección presidencial. Durante la tarde del domingo, extravió la prudencia y manchó su imagen de estadista haciendo el ridículo en Twitter, al autoproclamarse presidente electo dos horas antes de que el Consejo Nacional de Ecuador, CNE, entregará los primeros resultados oficiales. 

Tomando como base los resultados de la encuesta de boca de urna de la empresa Cedatos, que le otorgaba el 53,02% de las preferencias, Lasso cometió la tontería de dar un discurso de “presidente electo” en Twitter: “Gracias a mi familia… hemos hecho historia… seré el Presidente de todos… hoy comenzamos una nueva etapa… convocaremos a una consulta popular… tiraremos al tacho de la basura la actual Ley de Comunicación”, entre otras promesas de gobierno. 

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Una irresponsabilidad comunicacional, con el agravante que, a esa misma hora, Perfiles de Opinión, otra empresa de investigación de mercados, le adjudicaba la presidencia de la república a Moreno, con el 52,2%. 

El propio Rafael Correa, Presidente de Ecuador, publicaba en esta red social su extrañeza ante dos encuestas con resultados tan contradictorios. Demostrando altura política y sapiencia comunicacional, Correa reconocía que “estadísticamente esto es imposible -diferencia de 10 puntos entre las dos encuestas-. Alguien miente. Hay que esperar”. 

Mientras Lasso gestionaba sus redes sociales asumiendo el rol de presidente electo, su contendor, Moreno, actuaba con la prudencia que se espera de un primer mandatario, sin perder el optimismo. “Lenin recibe resultados del Exit Poll (encuesta de boca de urna) ¡Estas sonrisas lo dicen todo! Vamos por un Ecuador de todos y para todos… Gracias a los millones de ecuatorianos que nos respaldaron. Hoy ganó la democracia, hoy ganó el Ecuador”.

Finalmente, a las 19:00, el CNE dio a conocer los primeros resultados oficiales, con el 94,18% de los votos escrutados, adjudicando el triunfo a Lenin Moreno y desatando la furia de Lasso en Twitter: “No permitiremos que se juegue con la voluntad popular. No somos tontos y tampoco lo es el pueblo ecuatoriano… Estamos en pie de lucha. Vamos a defender la voluntad popular… NO ME ROBES MI VOTO…” 

A la fecha, con el 99,65% del conteo y un resultado irreversible, Lasso sigue sin reconocer su derrota, denunciando sin cesar por todos los medios disponibles un supuesto fraude electoral. En tanto, los observadores internacionales de la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, y la Organización de Estados Americanos, OEA, avalaron los resultados y felicitaron al país por la jornada cívica. 

¿Qué esperan los ciudadanos de un Presidente? Un verdadero líder, que sepa tomar decisiones a favor de las necesidades de la población a partir de un plan de gobierno sostenible, con metas claras, realistas y alcanzables. Un estadista que se comporte con prudencia y responsabilidad, tal como su alto cargo lo demanda, priorizando el bienestar de la nación por sobre sus intereses políticos. 

Lasso no se comportó como tal el domingo por la noche y, con seguridad, su diatriba contribuyó a encender los ánimos de sus simpatizantes, porque una vez conocidos los resultados oficiales se registraron disturbios en varias ciudades del interior de Ecuador, pese a que vía Twitter pidió no caer en provocaciones.

Lasso perdió con una extraordinaria votación. Tamaño capital electoral puede convertirse en una excelente plataforma para posicionarse como líder indiscutido de la oposición y volver a intentarlo en las próximas elecciones presidenciales. Pero requiere calma, cordura y respeto hacia la decisión de la ciudadanía en las urnas. Estar a la altura del cargo que aspira.

La propia OEA sugirió a Lasso tramitar sus denuncias por el cauce institucional. Pese que igualmente anunció que impugnará los resultados electorales, ha moderado su discurso en las últimas horas, solicitando a sus simpatizantes mantener la calma. Bien por Lasso, bien por Ecuador, ya que Latinoamérica no resiste nuevos atentados a la democracia como los ocurridos en los últimos días en Venezuela y Paraguay.

 

Lasso: de la histeria electoral a la moderación

Daniel Silva
06 de abril, 2017

Con el 99,65% de los votos escrutados, Lenin Moreno se convirtió en el nuevo Presidente de Ecuador, al obtener el 51,16% de los votos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales realizadas el domingo 2 de abril. Guillermo Lasso, el candidato perdedor, alcanzó el 48,84% de los sufragios. 

Pero Lasso no solo perdió la elección presidencial. Durante la tarde del domingo, extravió la prudencia y manchó su imagen de estadista haciendo el ridículo en Twitter, al autoproclamarse presidente electo dos horas antes de que el Consejo Nacional de Ecuador, CNE, entregará los primeros resultados oficiales. 

Tomando como base los resultados de la encuesta de boca de urna de la empresa Cedatos, que le otorgaba el 53,02% de las preferencias, Lasso cometió la tontería de dar un discurso de “presidente electo” en Twitter: “Gracias a mi familia… hemos hecho historia… seré el Presidente de todos… hoy comenzamos una nueva etapa… convocaremos a una consulta popular… tiraremos al tacho de la basura la actual Ley de Comunicación”, entre otras promesas de gobierno. 

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Una irresponsabilidad comunicacional, con el agravante que, a esa misma hora, Perfiles de Opinión, otra empresa de investigación de mercados, le adjudicaba la presidencia de la república a Moreno, con el 52,2%. 

El propio Rafael Correa, Presidente de Ecuador, publicaba en esta red social su extrañeza ante dos encuestas con resultados tan contradictorios. Demostrando altura política y sapiencia comunicacional, Correa reconocía que “estadísticamente esto es imposible -diferencia de 10 puntos entre las dos encuestas-. Alguien miente. Hay que esperar”. 

Mientras Lasso gestionaba sus redes sociales asumiendo el rol de presidente electo, su contendor, Moreno, actuaba con la prudencia que se espera de un primer mandatario, sin perder el optimismo. “Lenin recibe resultados del Exit Poll (encuesta de boca de urna) ¡Estas sonrisas lo dicen todo! Vamos por un Ecuador de todos y para todos… Gracias a los millones de ecuatorianos que nos respaldaron. Hoy ganó la democracia, hoy ganó el Ecuador”.

Finalmente, a las 19:00, el CNE dio a conocer los primeros resultados oficiales, con el 94,18% de los votos escrutados, adjudicando el triunfo a Lenin Moreno y desatando la furia de Lasso en Twitter: “No permitiremos que se juegue con la voluntad popular. No somos tontos y tampoco lo es el pueblo ecuatoriano… Estamos en pie de lucha. Vamos a defender la voluntad popular… NO ME ROBES MI VOTO…” 

A la fecha, con el 99,65% del conteo y un resultado irreversible, Lasso sigue sin reconocer su derrota, denunciando sin cesar por todos los medios disponibles un supuesto fraude electoral. En tanto, los observadores internacionales de la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, y la Organización de Estados Americanos, OEA, avalaron los resultados y felicitaron al país por la jornada cívica. 

¿Qué esperan los ciudadanos de un Presidente? Un verdadero líder, que sepa tomar decisiones a favor de las necesidades de la población a partir de un plan de gobierno sostenible, con metas claras, realistas y alcanzables. Un estadista que se comporte con prudencia y responsabilidad, tal como su alto cargo lo demanda, priorizando el bienestar de la nación por sobre sus intereses políticos. 

Lasso no se comportó como tal el domingo por la noche y, con seguridad, su diatriba contribuyó a encender los ánimos de sus simpatizantes, porque una vez conocidos los resultados oficiales se registraron disturbios en varias ciudades del interior de Ecuador, pese a que vía Twitter pidió no caer en provocaciones.

Lasso perdió con una extraordinaria votación. Tamaño capital electoral puede convertirse en una excelente plataforma para posicionarse como líder indiscutido de la oposición y volver a intentarlo en las próximas elecciones presidenciales. Pero requiere calma, cordura y respeto hacia la decisión de la ciudadanía en las urnas. Estar a la altura del cargo que aspira.

La propia OEA sugirió a Lasso tramitar sus denuncias por el cauce institucional. Pese que igualmente anunció que impugnará los resultados electorales, ha moderado su discurso en las últimas horas, solicitando a sus simpatizantes mantener la calma. Bien por Lasso, bien por Ecuador, ya que Latinoamérica no resiste nuevos atentados a la democracia como los ocurridos en los últimos días en Venezuela y Paraguay.