Viernes de dolores y como cada año los estudiantes de la Universidad de San Carlos de Guatemala se preparan para salir a las calles más representativas de la ciudad capital para hacer denuncia en tono de sátira.

Ayer, como hace algún tiempo, fui con mi mamá a ver la Honorable huelga de dolores. No tengo muy claro por qué, pero desde hace unos cinco años, he estado atraída al evento. Este año, por desgracia, había tanto que hablar, tanto que decir sobre cómo se falla una y otra vez en el actuar del Estado. (Estado: territorio, poder y población) Y aunque hablar de esto con el toque de humor característico pueda ser una forma de desahogo, habrá que decir con franqueza que no logramos hacer mucho si nos quedamos solamente en la algarabía y “jocosidad” del momento. Los estudiantes como siempre preparados y haciendo gala de todo su ingenio.

Cada una de las carrozas evidenciaba un acto deplorable, desde la minería hasta el caso tan terrible del “hogar seguro” Virgen de la Asunción. Se podía escuchar entre risas y ciertos personajes la indignación de todo un país. Pero no hay que perder de vista lo realmente impactante, que serán siempre las acciones. Las palabras son importantes, pero reaccionar, hacer algo al respecto es vital.  ¿Cuántos años más vamos a seguir en huelga?

Y quizá lo más importante, ¿Cuándo serán realmente accionadas estas denuncias? Porque eso es al final este evento. Y no faltaran aquellos malos estudiantes que mal entienden el sentido vital de la actividad y se usa como una caminata/bar, donde las reglas no llegan porque bueno, todo se puede mientras se tenga capucha. No se puede perder el sentido principal, hacer ver, tanto al pueblo como a las autoridades, de una manera diferente, alejada de lo trágico, todo eso con lo que estamos tan acostumbrados a vivir. Y que no deberíamos de estar acostumbrados porque no es normal sentir el pánico que sentimos cada vez que se acerca una moto tampoco la cantidad de personas que mueren cada día y las consecuencias que esto siempre conlleva.

No podemos pasar otros 119 años en huelga sin que se logren acciones concretas por medio de todos los que conformamos el Estado. En toda denuncia se busca que exista una acción final a esta, al hecho del que habla. Tenemos que ser muy valientes para denunciar, pero también debemos de enfrentar y asumir nuestra parte del problema, y sobre todo sentir que podemos ser parte también de las soluciones. Desde el metro cuadrado podemos hacer de este país un poco mejor y hacer de nuestra vida una huelga constante en contra de la corrupción y todo lo malo que esto conlleva, pero a través de acciones.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo