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Tensión aumenta entre EE.UU. y Rusia por Siria

Redacción República
10 de abril, 2017

Agencias.

El gobierno de  Donald Trump y la mayor parte de la esfera política en Estados Unidos han convertido la misión contra Bachar Al Asad en un gran éxito, con el que han querido avisar al presidente sirio de que no puede usar armas químicas sin consecuencias. El contundente mensaje que según varios medios «hizo Trump, presidente de EE. UU.», ha venido acompañado, sin embargo, de un choque de trenes que en las últimas horas ha elevado los niveles de tensión entre ambas naciones.

La primera y contundente respuesta llegó de los principales aliados de Bachar al Asad, Rusia, Iran y las milicias chiíes, que cerraron filas en torno al presidente sirio y que amenazaron a Estados Unidos con responder a los ataques. Aseguran en un comunicado conjunto que Donald Trump había atravesado «todas las líneas rojas». «De ahora en adelante vamos a responder con fuerza a cualquier agresión o cualquier violación de las líneas rojas, proceda de quien proceda, y Estados Unidos conoce de nuestra capacidad para responder bien», amenazaron.

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Alarma Mundial

En EE. UU. también preocupan los bandazos de miembros del Ejecutivo que demuestran que la nueva Administración continúa muy lejos de tener un plan definido sobre Siria, tal y como le piden desde Capitol Hill. Es lo primero que se deduce tras las declaraciones de ayer por parte de la embajadora de EE. UU. ante la Organización de las Naciones Unidas, Nikky Haley, y del secretario de Estado, Rex Tillerson. La contradicción entre ambos discursos ha sido tan flagrante que las soluciones planteadas al problema sirio por ambos no son ni siquiera compatibles, evidenciando que la estrategia global brilla por su ausencia. ¿Que política se seguirá en Siria? ¿Cuál será el futuro de Al Asad? Depende de a quién se le pregunte. Por ejemplo, Haley volvió a erigirse como prueba del giro político trumpiano con respecto al conflicto sirio, asegurando que sacar del poder al mandatario es una prioridad para Washington.

Tensión aumenta entre EE.UU. y Rusia por Siria

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10 de abril, 2017

Agencias.

El gobierno de  Donald Trump y la mayor parte de la esfera política en Estados Unidos han convertido la misión contra Bachar Al Asad en un gran éxito, con el que han querido avisar al presidente sirio de que no puede usar armas químicas sin consecuencias. El contundente mensaje que según varios medios «hizo Trump, presidente de EE. UU.», ha venido acompañado, sin embargo, de un choque de trenes que en las últimas horas ha elevado los niveles de tensión entre ambas naciones.

La primera y contundente respuesta llegó de los principales aliados de Bachar al Asad, Rusia, Iran y las milicias chiíes, que cerraron filas en torno al presidente sirio y que amenazaron a Estados Unidos con responder a los ataques. Aseguran en un comunicado conjunto que Donald Trump había atravesado «todas las líneas rojas». «De ahora en adelante vamos a responder con fuerza a cualquier agresión o cualquier violación de las líneas rojas, proceda de quien proceda, y Estados Unidos conoce de nuestra capacidad para responder bien», amenazaron.

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En EE. UU. también preocupan los bandazos de miembros del Ejecutivo que demuestran que la nueva Administración continúa muy lejos de tener un plan definido sobre Siria, tal y como le piden desde Capitol Hill. Es lo primero que se deduce tras las declaraciones de ayer por parte de la embajadora de EE. UU. ante la Organización de las Naciones Unidas, Nikky Haley, y del secretario de Estado, Rex Tillerson. La contradicción entre ambos discursos ha sido tan flagrante que las soluciones planteadas al problema sirio por ambos no son ni siquiera compatibles, evidenciando que la estrategia global brilla por su ausencia. ¿Que política se seguirá en Siria? ¿Cuál será el futuro de Al Asad? Depende de a quién se le pregunte. Por ejemplo, Haley volvió a erigirse como prueba del giro político trumpiano con respecto al conflicto sirio, asegurando que sacar del poder al mandatario es una prioridad para Washington.