Si regresáramos al 16 de abril de 2015, y le preguntara, qué perspectiva tenía del país en ese entonces, y de sus gobernantes ¿cuál sería su respuesta?, en mi caso mi perspectiva era de escepticismo, intrigado por lo que sucedía, y pensando en que nuestros gobernantes se encontraban en un serio problema, sin imaginar que ellos también serían vinculados a una de las primeras investigaciones de corrupción que han surgido.
El caso, era incluso motivo de tertulias en nuestros hogares, sobre lo que sucedería más adelante, y sobre el destino que tendrían todos los lujos con los que vivían nuestros flamantes gobernantes, porque la corrupción era algo sabido por todos pero sin que hasta ese momento se hubiera podido comprobar algo, y no solo de ese gobierno sino de años anteriores.
Bueno pues en abril de 2015, fue que inició un proceso que a mi parecer es el parte aguas de un nuevo rumbo para el país, un juicio que nada más y nada menos involucra a un expresidente y a la exvicepresidenta y a sus funcionarios más cercanos.
Dos años en los que precisamente empezó una lucha en los juzgados, por el simple hecho de juzgar a los que nunca se pensó alcanzarían la justicia, quienes se lograron enriquecer incluso en un corto período de tiempo.
Pero claro, ellos también estaban tan sorprendidos como todos, puesto que no esperaban que un día llegara alguien y descubriera toda la estructura de corrupción que crearon, y que debilito aún más el trabajo de las instituciones en favor de la población, que por años ha sufrido las consecuencias de este mal.
El proceso lleva dos años y seguro serán más, pero la lección de todo esto es si en realidad los funcionarios tomaron enserio el ejemplo de que el crimen no paga bien, y que tarde o temprano todo se sabe porque esos métodos de la vieja política creo que son los que han prevalecido.
La LINEA es un caso que seguramente transcenderá por décadas, y del que seguramente ya se hacen libros que contaran la historia de diversos puntos de vista, pero que al final constituyen sin ningún reparo, que existió un cambio en la opinión publica de este país, y que fue un punto de partida para la lucha frontal contra la corrupción y al abuso de los malos políticos, que siempre vieron en el Estado un botín.
Los nuevos políticos o los considerados como honestos que tienen claro el servicio a la población en lugar de verlo como un obstáculo, ven todo lo sucedido como un paso gigantesco a la búsqueda del bien común, y claro llegar a servir a un pueblo que urge de administraciones eficientes que luchen por conseguir, educación, salud, seguridad para todos.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Si regresáramos al 16 de abril de 2015, y le preguntara, qué perspectiva tenía del país en ese entonces, y de sus gobernantes ¿cuál sería su respuesta?, en mi caso mi perspectiva era de escepticismo, intrigado por lo que sucedía, y pensando en que nuestros gobernantes se encontraban en un serio problema, sin imaginar que ellos también serían vinculados a una de las primeras investigaciones de corrupción que han surgido.
El caso, era incluso motivo de tertulias en nuestros hogares, sobre lo que sucedería más adelante, y sobre el destino que tendrían todos los lujos con los que vivían nuestros flamantes gobernantes, porque la corrupción era algo sabido por todos pero sin que hasta ese momento se hubiera podido comprobar algo, y no solo de ese gobierno sino de años anteriores.
Bueno pues en abril de 2015, fue que inició un proceso que a mi parecer es el parte aguas de un nuevo rumbo para el país, un juicio que nada más y nada menos involucra a un expresidente y a la exvicepresidenta y a sus funcionarios más cercanos.
Dos años en los que precisamente empezó una lucha en los juzgados, por el simple hecho de juzgar a los que nunca se pensó alcanzarían la justicia, quienes se lograron enriquecer incluso en un corto período de tiempo.
Pero claro, ellos también estaban tan sorprendidos como todos, puesto que no esperaban que un día llegara alguien y descubriera toda la estructura de corrupción que crearon, y que debilito aún más el trabajo de las instituciones en favor de la población, que por años ha sufrido las consecuencias de este mal.
El proceso lleva dos años y seguro serán más, pero la lección de todo esto es si en realidad los funcionarios tomaron enserio el ejemplo de que el crimen no paga bien, y que tarde o temprano todo se sabe porque esos métodos de la vieja política creo que son los que han prevalecido.
La LINEA es un caso que seguramente transcenderá por décadas, y del que seguramente ya se hacen libros que contaran la historia de diversos puntos de vista, pero que al final constituyen sin ningún reparo, que existió un cambio en la opinión publica de este país, y que fue un punto de partida para la lucha frontal contra la corrupción y al abuso de los malos políticos, que siempre vieron en el Estado un botín.
Los nuevos políticos o los considerados como honestos que tienen claro el servicio a la población en lugar de verlo como un obstáculo, ven todo lo sucedido como un paso gigantesco a la búsqueda del bien común, y claro llegar a servir a un pueblo que urge de administraciones eficientes que luchen por conseguir, educación, salud, seguridad para todos.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo