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América para los americanos

Redacción
24 de abril, 2017

Amor, riqueza, fama y poder fueron los sacrificios de Andrew Durant, personaje central de la novela El abogado del diablo, novela de Janet Miriam Holland Taylor Cadwell quien migró a América de Manchester Inglaterra a los siete años de edad. Corría entonces el año de 1907.

La novela inspirada en los años de la Gran Depresión, fue publicada en 1952, hace ver a América gobernada por lacayos donde la opresión ejercida debe procurar que el ciudadano común recupere la dignidad perdida.

Guatemala, muy diferente de América, es un país altamente culto, de gente trabajadora, que sin opción a un título en una universidad que predica principios éticos, jurídicos y económicos pueden distinguir la paja del trigo y entender conceptos como precio, mercado, valor, utilidad marginal porque representan la experiencia de su vida cotidiana.

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La gente de Guatemala no sostiene principios ineficaces de una falsa honestidad, falsa justicia, o falso derecho como el que diariamente cuestan miles de dólares más que la corrupción que pretenden perseguir. Las fortalezas y el blindaje de una pléyade de burócratas que nunca comprenden las necesidades de la gente común porque están cegados por la fama y el poder.

Muchas personas, guatemaltecos y extranjeros que procuraron la destrucción del Estado, con contratos innominados no siguen el principio de derecho romano de dare o facere. En una sola expresión no han mejorado las condiciones de los guatemaltecos sino que expoliando sus impuestos no han encontrado en la ley de Guatemala una función económica social determinada.

Creo que es necesario que los guatemaltecos reclamemos la praescriptis verbis para ver que todo el dinero invertido en eliminar la corrupción ha rendido sus frutos o encontramos a Guatemala con nuevos enemigos de su democracia y autodeterminación. El convenio establecido con la Organización de las Naciones Unidas es un contrato sinalagmático en donde a través de ciertos mecanismos se comprometen a eliminar aquellas causas de provocan incertidumbre jurídica. Sin embargo la contraparte Guatemala se encuentra sumida en la ingobernabilidad más terrible de toda su historia sostenida exclusivamente de la gente que todos los días con su esfuerzo trabaja honradamente.

Los buscadores de rentas del Estado algunos con miedo y otros en la cárcel siguen haciendo de las suyas en las narices de sus opositores y riéndose de la detractada manera de resolver los asuntos públicos.

El colapso del Estado provocará la anulación del Estado y la revisión del contrato social de los guatemaltecos para construir una República no de bananos sino de personas con libertad de expresión, libertad de producción, tolerancia a la manera de volver eficientes la coerción del Estado sin coacción extranjera. Por supuesto todo esto sin soñar en la Ciudad del Sol de Tomás Campanella que es el vivo ejemplo de América para los americanos.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

América para los americanos

Redacción
24 de abril, 2017

Amor, riqueza, fama y poder fueron los sacrificios de Andrew Durant, personaje central de la novela El abogado del diablo, novela de Janet Miriam Holland Taylor Cadwell quien migró a América de Manchester Inglaterra a los siete años de edad. Corría entonces el año de 1907.

La novela inspirada en los años de la Gran Depresión, fue publicada en 1952, hace ver a América gobernada por lacayos donde la opresión ejercida debe procurar que el ciudadano común recupere la dignidad perdida.

Guatemala, muy diferente de América, es un país altamente culto, de gente trabajadora, que sin opción a un título en una universidad que predica principios éticos, jurídicos y económicos pueden distinguir la paja del trigo y entender conceptos como precio, mercado, valor, utilidad marginal porque representan la experiencia de su vida cotidiana.

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La gente de Guatemala no sostiene principios ineficaces de una falsa honestidad, falsa justicia, o falso derecho como el que diariamente cuestan miles de dólares más que la corrupción que pretenden perseguir. Las fortalezas y el blindaje de una pléyade de burócratas que nunca comprenden las necesidades de la gente común porque están cegados por la fama y el poder.

Muchas personas, guatemaltecos y extranjeros que procuraron la destrucción del Estado, con contratos innominados no siguen el principio de derecho romano de dare o facere. En una sola expresión no han mejorado las condiciones de los guatemaltecos sino que expoliando sus impuestos no han encontrado en la ley de Guatemala una función económica social determinada.

Creo que es necesario que los guatemaltecos reclamemos la praescriptis verbis para ver que todo el dinero invertido en eliminar la corrupción ha rendido sus frutos o encontramos a Guatemala con nuevos enemigos de su democracia y autodeterminación. El convenio establecido con la Organización de las Naciones Unidas es un contrato sinalagmático en donde a través de ciertos mecanismos se comprometen a eliminar aquellas causas de provocan incertidumbre jurídica. Sin embargo la contraparte Guatemala se encuentra sumida en la ingobernabilidad más terrible de toda su historia sostenida exclusivamente de la gente que todos los días con su esfuerzo trabaja honradamente.

Los buscadores de rentas del Estado algunos con miedo y otros en la cárcel siguen haciendo de las suyas en las narices de sus opositores y riéndose de la detractada manera de resolver los asuntos públicos.

El colapso del Estado provocará la anulación del Estado y la revisión del contrato social de los guatemaltecos para construir una República no de bananos sino de personas con libertad de expresión, libertad de producción, tolerancia a la manera de volver eficientes la coerción del Estado sin coacción extranjera. Por supuesto todo esto sin soñar en la Ciudad del Sol de Tomás Campanella que es el vivo ejemplo de América para los americanos.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo