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2019, un escenario sombrío

Redacción
27 de abril, 2017

Esta semana el Congreso de la República nos dio una muestra de la deficiente gobernabilidad que este gobierno tiene con el Estado de Calamidad que fue rechazado incluso por su propia bancada. Era de esperarse. Los pocos diputados que fueron electos por el partido FCN-Nación nunca habían ejercido una curul, el partido no había participado en ninguna elección y la excepcionalidad de las elecciones del 2015 había permitido que un partido que parecía no tener ninguna oportunidad ganara la presidencia. Los problemas se hicieron notar a las pocas semanas de la toma de posesión con la dificultad de poder proponer si quiera a sus funcionarios más cercanos y se evidenció con los cambios de ministros de salud y de comunicaciones en el primer año de gobierno. El punto máximo de la incapacidad del ejecutivo para gobernar de manera eficiente se vio plasmado cuando el Presidente se desligó públicamente de su bancada que antes de la prohibición del transfuguismo había aumentado a 37 diputados. Sin embargo esta crisis de gobernabilidad solo puede empeorar por dos razones: la posible cancelación del partido FCN-Nación y la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos que cambió las elecciones de septiembre a junio.

La incapacidad del partido oficial de proporcionar sus fuentes de financiamiento han puesto en jaque la existencia del partido político e incluso es posible que exista responsabilidad en caso de que exista financiamiento ilegal del Presidente Jimmy Morales por su función como secretario general en el 2015. En el primer escenario, en donde el partido oficialista y el principal de oposición UNE sean cancelados, significaría que más de 60 diputados se unan a los que actualmente ya son independientes e incapaces de integrarse a una nueva bancada de aquí al último año de esta octava legislatura. Esto podría tener dos consecuencias en el sistema político: primero un incremento en la paralización legislativa que hemos observado en este año y medio de gobierno por la incapacidad de los diputados de conformar nuevas bancados o unirse a otras y porque tampoco podrán presidir las comisiones ordinarias y extraordinarias del congreso. Y segundo una modificación impredecible del rumbo que tomará el congreso ya que las bancadas mayoritarias pasarían a ser MR y TODOS con menos de 20 diputados cada uno y con más de 80 diputados flotando en un limbo desorganizado. Sin embargo esto se une a un aspecto que podría generar aún más caos o estabilizar el sistema los últimos meses de la legislatura a costas de un ejecutivo que prácticamente dejaría de existir.

La reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos aprobada en el 2016 modificó la fecha en la cual se realizará campaña y la fecha de elecciones. Las próximas elecciones en vez de realizarse en septiembre, se realizarán en junio del 2019. Esto implica que habrá seis meses en los cuales tendremos un presidente en funciones y otro electo junto a diputados que podrían representar un cambio fundamental en las dinámicas de esos últimos seis meses de gobierno. El escenario para el 2019 es el siguiente: al inicio del año 2019 podrían haber más de 80 diputados, es decir una mayoría simple, que probablemente esperarían la convocatoria a elecciones para decidir con cuál partido político tienen más oportunidad de relegirse. Esto significa que a principios del 2019 ya sabremos cuáles serán los partidos políticos con más oportunidad para gobernar tras las siguientes elecciones. Otro escenario es que los diputados que no fueron relectos busquen una alianza con el partido político ganador para tratar de obtener la mayor cantidad posible de beneficios en sus últimos seis meses como diputados. Esto fomentaría políticas de búsqueda de rentas ya que los diputados no relectos buscaran maximizar sus ganancias en los restantes meses que les quedan.

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Es importante que analicemos de manera profunda las consecuencias de las reformas políticas que se están proponiendo y que se han hecho en estos últimos años. Si bien las intenciones por las cuales se han hecho probablemente han sido buenas, la euforia, el oportunismo y la desesperación nos puede llevar a resultados no deseados que pueden empeorar los problemas que nos han motivado a realizar estas reformas.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

2019, un escenario sombrío

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27 de abril, 2017

Esta semana el Congreso de la República nos dio una muestra de la deficiente gobernabilidad que este gobierno tiene con el Estado de Calamidad que fue rechazado incluso por su propia bancada. Era de esperarse. Los pocos diputados que fueron electos por el partido FCN-Nación nunca habían ejercido una curul, el partido no había participado en ninguna elección y la excepcionalidad de las elecciones del 2015 había permitido que un partido que parecía no tener ninguna oportunidad ganara la presidencia. Los problemas se hicieron notar a las pocas semanas de la toma de posesión con la dificultad de poder proponer si quiera a sus funcionarios más cercanos y se evidenció con los cambios de ministros de salud y de comunicaciones en el primer año de gobierno. El punto máximo de la incapacidad del ejecutivo para gobernar de manera eficiente se vio plasmado cuando el Presidente se desligó públicamente de su bancada que antes de la prohibición del transfuguismo había aumentado a 37 diputados. Sin embargo esta crisis de gobernabilidad solo puede empeorar por dos razones: la posible cancelación del partido FCN-Nación y la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos que cambió las elecciones de septiembre a junio.

La incapacidad del partido oficial de proporcionar sus fuentes de financiamiento han puesto en jaque la existencia del partido político e incluso es posible que exista responsabilidad en caso de que exista financiamiento ilegal del Presidente Jimmy Morales por su función como secretario general en el 2015. En el primer escenario, en donde el partido oficialista y el principal de oposición UNE sean cancelados, significaría que más de 60 diputados se unan a los que actualmente ya son independientes e incapaces de integrarse a una nueva bancada de aquí al último año de esta octava legislatura. Esto podría tener dos consecuencias en el sistema político: primero un incremento en la paralización legislativa que hemos observado en este año y medio de gobierno por la incapacidad de los diputados de conformar nuevas bancados o unirse a otras y porque tampoco podrán presidir las comisiones ordinarias y extraordinarias del congreso. Y segundo una modificación impredecible del rumbo que tomará el congreso ya que las bancadas mayoritarias pasarían a ser MR y TODOS con menos de 20 diputados cada uno y con más de 80 diputados flotando en un limbo desorganizado. Sin embargo esto se une a un aspecto que podría generar aún más caos o estabilizar el sistema los últimos meses de la legislatura a costas de un ejecutivo que prácticamente dejaría de existir.

La reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos aprobada en el 2016 modificó la fecha en la cual se realizará campaña y la fecha de elecciones. Las próximas elecciones en vez de realizarse en septiembre, se realizarán en junio del 2019. Esto implica que habrá seis meses en los cuales tendremos un presidente en funciones y otro electo junto a diputados que podrían representar un cambio fundamental en las dinámicas de esos últimos seis meses de gobierno. El escenario para el 2019 es el siguiente: al inicio del año 2019 podrían haber más de 80 diputados, es decir una mayoría simple, que probablemente esperarían la convocatoria a elecciones para decidir con cuál partido político tienen más oportunidad de relegirse. Esto significa que a principios del 2019 ya sabremos cuáles serán los partidos políticos con más oportunidad para gobernar tras las siguientes elecciones. Otro escenario es que los diputados que no fueron relectos busquen una alianza con el partido político ganador para tratar de obtener la mayor cantidad posible de beneficios en sus últimos seis meses como diputados. Esto fomentaría políticas de búsqueda de rentas ya que los diputados no relectos buscaran maximizar sus ganancias en los restantes meses que les quedan.

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República es ajena a la opinión expresada en este artículo