Por Gabriela Sofía Reyes
Como se ha podido apreciar en los primeros meses del presente año, ha acontecido un cambio sustancial entre los usuarios de transporte, esto como consecuencia de la llegada de Uber a nuestro país. Su aparición causó gran conmoción, pues su mecanismo de trabajo es innovador y muy accesible. Sin embargo, hay un segmento de la población que no se encuentra conforme con este nuevo medio de transporte: los taxistas.
Medios de comunicación escrita se dieron a la tarea de conocer la opinión de los afectados. Entre estos cabe resaltar a Roberto Cantón, gerente general de Corporación Amarillo Express, quien comentó en una ocasión que veían a Uber como competencia desleal puesto que entran y no pagan derechos, licencias o autorizaciones para los pilotos.
La llegada de este nuevo medio de transporte conlleva consecuencias para la economía del ya comprometido sistema de taxistas. Para comprender esta incidencia es necesario saber la diferencia entre el funcionamiento de ambos medios. El pago de Uber es posible hacerlo vía electrónica con tarjeta de crédito. Del monto que se cobra, el conductor se queda con un 75%. La tarifa base es de Q5.25, el recargo por minuto es de Q0.45 y por kilómetro es de Q2.27. En el caso de los taxis de Amarillo Express, la tarifa oscila entre Q0.80 por cada 190 metros o 44 segundos, medido en tiempo. Con los taxis blancos particulares, la tarifa se acuerda con el usuario del transporte dependiendo de las distancias.
Haciendo las cuentas, un Uber cobra la mitad que un taxi amarillo. Para que estos últimos ganen lo que está ganando un Uber, tendrían que duplicar el número de viajes que realizan en el día. La competencia es realmente fuerte para los taxis quienes, debido a esta crisis económica en la que se están viendo, están empezando a incurrir en otras acciones para ganar dinero, tales como extorsiones entre ellos mismos. Dicho efecto se ha visto comprobado por los medios de comunicación quienes han divulgado la noticia.
Surge la duda de cómo Uber puede ser un negocio sostenible si sus tarifas son tan bajas. La respuesta se encuentra en la cantidad de clientes que posee pues debido al servicio tan innovador que ofrece, las personas lo prefieren antes que un taxi convencional.
Como se ha dicho antes, los taxistas ven en Uber una gran competencia según han denunciado en sus manifestaciones. Sin embargo, si no quieren verse afectados económicamente, deben mejorar sus tarifas tanto como la calidad del servicio que ofrecen.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Por Gabriela Sofía Reyes
Como se ha podido apreciar en los primeros meses del presente año, ha acontecido un cambio sustancial entre los usuarios de transporte, esto como consecuencia de la llegada de Uber a nuestro país. Su aparición causó gran conmoción, pues su mecanismo de trabajo es innovador y muy accesible. Sin embargo, hay un segmento de la población que no se encuentra conforme con este nuevo medio de transporte: los taxistas.
Medios de comunicación escrita se dieron a la tarea de conocer la opinión de los afectados. Entre estos cabe resaltar a Roberto Cantón, gerente general de Corporación Amarillo Express, quien comentó en una ocasión que veían a Uber como competencia desleal puesto que entran y no pagan derechos, licencias o autorizaciones para los pilotos.
La llegada de este nuevo medio de transporte conlleva consecuencias para la economía del ya comprometido sistema de taxistas. Para comprender esta incidencia es necesario saber la diferencia entre el funcionamiento de ambos medios. El pago de Uber es posible hacerlo vía electrónica con tarjeta de crédito. Del monto que se cobra, el conductor se queda con un 75%. La tarifa base es de Q5.25, el recargo por minuto es de Q0.45 y por kilómetro es de Q2.27. En el caso de los taxis de Amarillo Express, la tarifa oscila entre Q0.80 por cada 190 metros o 44 segundos, medido en tiempo. Con los taxis blancos particulares, la tarifa se acuerda con el usuario del transporte dependiendo de las distancias.
Haciendo las cuentas, un Uber cobra la mitad que un taxi amarillo. Para que estos últimos ganen lo que está ganando un Uber, tendrían que duplicar el número de viajes que realizan en el día. La competencia es realmente fuerte para los taxis quienes, debido a esta crisis económica en la que se están viendo, están empezando a incurrir en otras acciones para ganar dinero, tales como extorsiones entre ellos mismos. Dicho efecto se ha visto comprobado por los medios de comunicación quienes han divulgado la noticia.
Surge la duda de cómo Uber puede ser un negocio sostenible si sus tarifas son tan bajas. La respuesta se encuentra en la cantidad de clientes que posee pues debido al servicio tan innovador que ofrece, las personas lo prefieren antes que un taxi convencional.
Como se ha dicho antes, los taxistas ven en Uber una gran competencia según han denunciado en sus manifestaciones. Sin embargo, si no quieren verse afectados económicamente, deben mejorar sus tarifas tanto como la calidad del servicio que ofrecen.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo