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Único culpable

María Dolores Arias
02 de mayo, 2017

El miércoles de la semana pasada sucedió una tragedia en Guatemala, este hecho quedó registrado en diversos videos donde se muestra el momento cuando el conductor atropella a los estudiantes del Instituto de Ciencias Comerciales número 2 que protestaban frente a su escuela. Los jóvenes pedían la remoción del director de dicho Instituto e imagino que con ello mejorar las condiciones del lugar.

De los once jóvenes atendidos en los hospitales, lamentablemente, Brenda Domínguez falleció el fin de semana. Murió horas antes que se entregará el presunto responsable de su muerte y de las lesiones de sus compañeros.

Ante una tragedia como esta es necesario ir más allá de las emociones y analizar sus múltiples causales. Es importante cuestionar y no quedarnos en la superficie, es necesario aprender más allá de lo evidente que sucedió ese día.

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Por ejemplo, ¿qué se necesitó para que ese día coincidieran los estudiantes y el conductor  en la Calzada? ¿Por qué estaban protestando los jóvenes en la calle en lugar de estar en clase aprendiendo? ¿Dónde estaban los profesores cuándo los jóvenes decidieron salir? ¿Dónde estaban las autoridades encargadas de resguardar el orden? ¿Qué le hizo pensar al irracional conductor que podía echarles el auto encima a los jóvenes?

Considero que esto no es una lucha de ricos contra pobres como lo han querido volver algunos, ni de choque de libertades intentando dilucidar cuál libertad es más importante, si la de locomoción o la de expresión.  Lo que sucedió ese día es la consecuencia de la suma de muchas falencias, es el cúmulo de diversas ideas erróneas que cobraron el precio más alto posible, la vida humana.

No podemos ni debemos quedarnos con la hipótesis del único culpable, las investigaciones deben ir más allá de lo evidente, más allá de lo que muestran los videos. Deben, para empezar, responder el por qué los estudiantes estaban protestando y bloqueando la calle, por qué no habían sido atendidas sus peticiones, quiénes debían hacerlo, dónde estaban los maestros de estos chicos y si tenían alguna participación directa o indirecta en la protesta.

Esta nueva tragedia nos demuestra la ineficiencia del gobierno para brindar servicios, muchos, con mente estatista, continúan empecinados creyendo que el gobierno debe proveerlo todo a pesar de que la evidencia demuestra su fracaso y la educación no es la excepción. 

Mientras la educación pública continúe centralizada y sigamos creyendo que el gobierno puede dar educación de calidad, continuarán las protestas de estudiantes, padres de familia y algún maestro decente solicitando que se mejore el servicio ante autoridades ineficientes, sindicalizadas y, muy probablemente, corruptas.

Ahora bien, se ha preguntado ¿por qué los estudiantes pensaron que la solución al problema era salir a protestar y bloquear la vía? Tal vez, porque simple y llanamente han visto que los adultos hacen lo mismo y obtienen lo que exigen.

Observan a los grupos de cualquier índole bloquear calles, cerrar carreteras, puertos, aduanas, fronteras para exigir sus demandas.  Incluso son recibidos por diputados o funcionarios del ejecutivo.  El gobierno en lugar de evitar los bloqueos, no sólo lo permite sino hasta los “premian”.

Entonces, ¿por qué no hacer lo mismo? Ese razonamiento es la consecuencia, perversa, de las acciones inmorales de los políticos que no sólo legitiman los bloqueos, sino lo fomentan.

El gobierno, y no sólo éste, se ha caracterizado por su actitud pasiva ante las protestas que dejan de ser pacíficas cuando violan el derecho de los demás. Personas han muerto al impedirles circular durante el bloqueo, otros han perdido su propiedad por daños a sus vehículos o mercaderías.  El hastío de la ciudadanía, ante esta situación, se va acumulando ante la ineptitud o miedo de las mismas autoridades, así que los elementos para una tragedia están presentes y sólo falta un acto irracional para que ocurra.

Tal como sucedió ese día, ¿qué puede pasar por la mente de un conductor para atropellar a jóvenes estudiantes que bloquean el paso? Creo que nunca lo sabremos. Sin embargo, la violencia al conducir, la falta de respeto hacia los demás, la falta de certeza de castigo y la ausencia de igualdad ante la Ley, talvez, y remarco que sólo talvez, son elementos propicios para que irracionales como el presunto conductor, actúen de esa forma.

Es por eso, que no me trago ni me convence la hipótesis del único culpable. Es claro que quien conducía el vehículo en los videos, lo utilizó para lesionar a los estudiantes y causarle la muerte a Brenda. Pero no es el único culpable de esta tragedia,  cada quien, acorde a su grado de participación o falta de esta, es responsable de lo que sucedió.

Además de impartir justicia, reflexionar sobre lo sucedido es lo más humano  que podemos hacer. Razonar, aprender y evitar que se repitan estas tragedias es lo que nos humaniza y  diferencia de las bestias, incluso de aquellas que van al volante.

@Md30

Facebook.com/Mda30

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

 

Único culpable

María Dolores Arias
02 de mayo, 2017

El miércoles de la semana pasada sucedió una tragedia en Guatemala, este hecho quedó registrado en diversos videos donde se muestra el momento cuando el conductor atropella a los estudiantes del Instituto de Ciencias Comerciales número 2 que protestaban frente a su escuela. Los jóvenes pedían la remoción del director de dicho Instituto e imagino que con ello mejorar las condiciones del lugar.

De los once jóvenes atendidos en los hospitales, lamentablemente, Brenda Domínguez falleció el fin de semana. Murió horas antes que se entregará el presunto responsable de su muerte y de las lesiones de sus compañeros.

Ante una tragedia como esta es necesario ir más allá de las emociones y analizar sus múltiples causales. Es importante cuestionar y no quedarnos en la superficie, es necesario aprender más allá de lo evidente que sucedió ese día.

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Por ejemplo, ¿qué se necesitó para que ese día coincidieran los estudiantes y el conductor  en la Calzada? ¿Por qué estaban protestando los jóvenes en la calle en lugar de estar en clase aprendiendo? ¿Dónde estaban los profesores cuándo los jóvenes decidieron salir? ¿Dónde estaban las autoridades encargadas de resguardar el orden? ¿Qué le hizo pensar al irracional conductor que podía echarles el auto encima a los jóvenes?

Considero que esto no es una lucha de ricos contra pobres como lo han querido volver algunos, ni de choque de libertades intentando dilucidar cuál libertad es más importante, si la de locomoción o la de expresión.  Lo que sucedió ese día es la consecuencia de la suma de muchas falencias, es el cúmulo de diversas ideas erróneas que cobraron el precio más alto posible, la vida humana.

No podemos ni debemos quedarnos con la hipótesis del único culpable, las investigaciones deben ir más allá de lo evidente, más allá de lo que muestran los videos. Deben, para empezar, responder el por qué los estudiantes estaban protestando y bloqueando la calle, por qué no habían sido atendidas sus peticiones, quiénes debían hacerlo, dónde estaban los maestros de estos chicos y si tenían alguna participación directa o indirecta en la protesta.

Esta nueva tragedia nos demuestra la ineficiencia del gobierno para brindar servicios, muchos, con mente estatista, continúan empecinados creyendo que el gobierno debe proveerlo todo a pesar de que la evidencia demuestra su fracaso y la educación no es la excepción. 

Mientras la educación pública continúe centralizada y sigamos creyendo que el gobierno puede dar educación de calidad, continuarán las protestas de estudiantes, padres de familia y algún maestro decente solicitando que se mejore el servicio ante autoridades ineficientes, sindicalizadas y, muy probablemente, corruptas.

Ahora bien, se ha preguntado ¿por qué los estudiantes pensaron que la solución al problema era salir a protestar y bloquear la vía? Tal vez, porque simple y llanamente han visto que los adultos hacen lo mismo y obtienen lo que exigen.

Observan a los grupos de cualquier índole bloquear calles, cerrar carreteras, puertos, aduanas, fronteras para exigir sus demandas.  Incluso son recibidos por diputados o funcionarios del ejecutivo.  El gobierno en lugar de evitar los bloqueos, no sólo lo permite sino hasta los “premian”.

Entonces, ¿por qué no hacer lo mismo? Ese razonamiento es la consecuencia, perversa, de las acciones inmorales de los políticos que no sólo legitiman los bloqueos, sino lo fomentan.

El gobierno, y no sólo éste, se ha caracterizado por su actitud pasiva ante las protestas que dejan de ser pacíficas cuando violan el derecho de los demás. Personas han muerto al impedirles circular durante el bloqueo, otros han perdido su propiedad por daños a sus vehículos o mercaderías.  El hastío de la ciudadanía, ante esta situación, se va acumulando ante la ineptitud o miedo de las mismas autoridades, así que los elementos para una tragedia están presentes y sólo falta un acto irracional para que ocurra.

Tal como sucedió ese día, ¿qué puede pasar por la mente de un conductor para atropellar a jóvenes estudiantes que bloquean el paso? Creo que nunca lo sabremos. Sin embargo, la violencia al conducir, la falta de respeto hacia los demás, la falta de certeza de castigo y la ausencia de igualdad ante la Ley, talvez, y remarco que sólo talvez, son elementos propicios para que irracionales como el presunto conductor, actúen de esa forma.

Es por eso, que no me trago ni me convence la hipótesis del único culpable. Es claro que quien conducía el vehículo en los videos, lo utilizó para lesionar a los estudiantes y causarle la muerte a Brenda. Pero no es el único culpable de esta tragedia,  cada quien, acorde a su grado de participación o falta de esta, es responsable de lo que sucedió.

Además de impartir justicia, reflexionar sobre lo sucedido es lo más humano  que podemos hacer. Razonar, aprender y evitar que se repitan estas tragedias es lo que nos humaniza y  diferencia de las bestias, incluso de aquellas que van al volante.

@Md30

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República es ajena a la opinión expresada en este artículo