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Libertad de prensa: el derecho que deberíamos defender todos los días

Redacción República
06 de mayo, 2017

El 3 de mayo fue declarado por la Asamblea General de Naciones Unidas como el día de la libertad de prensa. El día está definido como una “celebración” pero este es un acto difícil de poner en práctica dadas las circunstancias en las que se encuentra el trabajo periodístico en estos últimos años. Así que me limitaré a decir que usamos el día de la libertad de prensa para poner de manifiesto que lo más vigente que tenemos de él es su antítesis.

Por supuesto que existe, en esencia y literalidad, la libertad de prensa. Pero como todas las demás cosas que deberían garantizarse para que tengamos una vida plena, el cumplimiento de la libertad de prensa es una idea bastante utópica. Y es que justo ahora, es un gran tiempo para hablar de cómo nuestros espacios de información están acaparados y monopolizados ¿no les parece?

Para donde sea que veamos, con lo primero que nos encontramos es con medios que están reproduciendo a mil por hora, los intereses personal, político y económico de aquellos hombres y mujeres a quienes les deben su sustento diario. Quizás hubo épocas en las que los medios no fueron tan obvios para manifestar su apoyo incondicional hacia determinado grupo de la sociedad, pero hoy en día es nuestro pan diario. ¿Qué habrá cambiado? ¿Nuestro ejercicio de la ciudadanía al convertirnos en seres más conscientes del material periodístico que recibimos? ¿O será que a los medios simplemente ya no les importa maquillar sus agendas y sólo son explícitamente descarados?

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Cuando hablamos de libertad de prensa o de libertad de expresión, en lo primero que pensamos es en los monopolios de comunicación (que por cierto, en nuestro país están más que repartidos). En Guatemala por lo menos, gran parte de la información que circula está monopolizada, premeditada y distribuida estratégicamente. Queda de más decir que ya conocemos a los grupos de poder que están detrás de esto y que nos acechan constantemente.

Pero si bien esto es cierto, valdría la pena que consideraremos que estamos hablando, además, de periodistas que atienden al llamado de estos grupos y permiten la reproducción y validación de información sesgada y malinterpretada. Y que conste que no los estoy culpando, cualquier periodista que está involucrado dentro de un medio falso es sólo una víctima más de un sistema que nos lleva a formar parte del círculo vicioso de la corrupción. Sólo me parece que es digno recordar que existen personas en todo el mundo ejerciendo un pseudoperiodismo que contribuye en gran medida a la prolongación de monopolios y censuras en nuestros medios.

Es tan preciso que recordemos que a través del posicionamiento de agendas y de la reproducción de información banal, estamos imposibilitando la construcción de un pensamiento crítico en nuestro país. El día de la libertad de prensa nos hace reflexionar en cuanto sensacionalismo, amarillismo y negación de la realidad circula en la “información” que recibimos diariamente. El llamado es a todos aquellos que ejercemos en medios de comunicación a ser un poco más conscientes de nuestro trabajo, que como el de todo servidor público, debería priorizar el bienestar de la ciudadanía.

La libertad de prensa la construimos nosotros, oponiéndonos hasta a las más pequeñas propuestas de corrupción que se nos presenten. Y también defendemos nuestro derecho de libertad de expresión cuando desde nuestros espacios promovemos el acceso de la ciudadanía a una información fidedigna, veraz y constructiva. Ojalá no terminemos siendo uno más” en el espiral infinito de la desinformación. No importa cuan pequeña o grande sea nuestra intervención en este cuarto poder, podemos marcar la diferencia.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Libertad de prensa: el derecho que deberíamos defender todos los días

Redacción República
06 de mayo, 2017

El 3 de mayo fue declarado por la Asamblea General de Naciones Unidas como el día de la libertad de prensa. El día está definido como una “celebración” pero este es un acto difícil de poner en práctica dadas las circunstancias en las que se encuentra el trabajo periodístico en estos últimos años. Así que me limitaré a decir que usamos el día de la libertad de prensa para poner de manifiesto que lo más vigente que tenemos de él es su antítesis.

Por supuesto que existe, en esencia y literalidad, la libertad de prensa. Pero como todas las demás cosas que deberían garantizarse para que tengamos una vida plena, el cumplimiento de la libertad de prensa es una idea bastante utópica. Y es que justo ahora, es un gran tiempo para hablar de cómo nuestros espacios de información están acaparados y monopolizados ¿no les parece?

Para donde sea que veamos, con lo primero que nos encontramos es con medios que están reproduciendo a mil por hora, los intereses personal, político y económico de aquellos hombres y mujeres a quienes les deben su sustento diario. Quizás hubo épocas en las que los medios no fueron tan obvios para manifestar su apoyo incondicional hacia determinado grupo de la sociedad, pero hoy en día es nuestro pan diario. ¿Qué habrá cambiado? ¿Nuestro ejercicio de la ciudadanía al convertirnos en seres más conscientes del material periodístico que recibimos? ¿O será que a los medios simplemente ya no les importa maquillar sus agendas y sólo son explícitamente descarados?

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Cuando hablamos de libertad de prensa o de libertad de expresión, en lo primero que pensamos es en los monopolios de comunicación (que por cierto, en nuestro país están más que repartidos). En Guatemala por lo menos, gran parte de la información que circula está monopolizada, premeditada y distribuida estratégicamente. Queda de más decir que ya conocemos a los grupos de poder que están detrás de esto y que nos acechan constantemente.

Pero si bien esto es cierto, valdría la pena que consideraremos que estamos hablando, además, de periodistas que atienden al llamado de estos grupos y permiten la reproducción y validación de información sesgada y malinterpretada. Y que conste que no los estoy culpando, cualquier periodista que está involucrado dentro de un medio falso es sólo una víctima más de un sistema que nos lleva a formar parte del círculo vicioso de la corrupción. Sólo me parece que es digno recordar que existen personas en todo el mundo ejerciendo un pseudoperiodismo que contribuye en gran medida a la prolongación de monopolios y censuras en nuestros medios.

Es tan preciso que recordemos que a través del posicionamiento de agendas y de la reproducción de información banal, estamos imposibilitando la construcción de un pensamiento crítico en nuestro país. El día de la libertad de prensa nos hace reflexionar en cuanto sensacionalismo, amarillismo y negación de la realidad circula en la “información” que recibimos diariamente. El llamado es a todos aquellos que ejercemos en medios de comunicación a ser un poco más conscientes de nuestro trabajo, que como el de todo servidor público, debería priorizar el bienestar de la ciudadanía.

La libertad de prensa la construimos nosotros, oponiéndonos hasta a las más pequeñas propuestas de corrupción que se nos presenten. Y también defendemos nuestro derecho de libertad de expresión cuando desde nuestros espacios promovemos el acceso de la ciudadanía a una información fidedigna, veraz y constructiva. Ojalá no terminemos siendo uno más” en el espiral infinito de la desinformación. No importa cuan pequeña o grande sea nuestra intervención en este cuarto poder, podemos marcar la diferencia.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo