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Diputados en tu cama

María Dolores Arias
09 de mayo, 2017

A finales de abril, un grupo de diputados liderados por Aníbal Rojas del partido Visión y Valores, VIVA, presentaron la iniciativa “Ley para la protección de la Vida y la Familia”. En declaraciones a la prensa afirmaron que esta iniciativa estaba respaldada por miles de ciudadanos que solicitaron se legisle sobre los temas de aborto y matrimonios del mismo sexo. Ante la solicitud, estos diligentes diputados decidieron crear una iniciativa que reforma algunos artículos del Código Civil y del Penal.  

La iniciativa está conformada en tres partes: la primera se enfoca en lo que ellos llaman “protección del derecho a la vida” que básicamente aborda el tema del aborto. La segunda parte se enfoca en la “la familia y el matrimonio” que establece una definición de familia y prohíbe aquello que no se sujete a esta definición. Además establece la libertad para decidir el tipo de educación de los hijos, prohíbe enseñar sobre diversidad pero a su vez defiende la libertad de expresión y de conciencia, ¿contradictorio? ¡Por supuesto! La tercera parte indica la postura acorde a esta ley que deberán asumir los funcionarios guatemaltecos en el ámbito internacional. 

Hay varios puntos que se pueden considerar de la anterior iniciativa como el aborto el cual sólo  mencionaré y me enfocaré en la supuesta protección de la familia y el matrimonio.  En el tema del aborto sólo mencionaré que requiere de un análisis más profundo como ¿debería, en algún momento, la mujer dejar de ser dueña de su cuerpo para convertirse en una incubadora? ¿En qué momento se es sujeto de derecho? ¿Es lo mismo un potencial de vida que vida? Por el momento la Constitución en el artículo 3, declara que el estado garantiza la vida humana desde su concepción, así que cabría preguntar si esta afirmación es correcta.

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La iniciativa propuesta está llena de contradicciones, es contraria a la Constitución y una vez más demuestra “la legislorrea” que suelen verter los diputados, talvez olvidan convenientemente los principios en los que se funda una República y la función del gobierno. 

Empecemos por el principio que los derechos individuales están por encima de las creencias de cualquier mayoría o minoría, están por encima de cualquier deseo, capricho o buenas intenciones de cualquiera. Es decir, nadie tiene el derecho de violar los derechos de los demás, aun cuando tenga “buenas intenciones”. 

En una República, a diferencia de una Democracia, no importa cuántos firmen la petición, el filtro o criterio de legitimidad; no es la cantidad de firmas de apoyo sino el respeto a los derechos individuales. Derechos  bien entendidos como la vida, la libertad, la propiedad y la búsqueda de la felicidad.

La iniciativa no podía ser más desafortunada y contradictoria en el tema de la familia y el matrimonio. Empecemos con el principio fundamental de que las personas tenemos derechos, no por gracia del gobierno, Estado, rey o autoridad superior sino porque son necesarios para lograr nuestros fines y poder vivir en sociedad de forma pacífica. Son un concepto moral ya que nos permite convivir acorde a nuestros valores unos con otros.  

Nuestra moral es ese código de valores que guía nuestras decisiones y acciones, las cuales determinan el propósito y curso de nuestra vida. Así que si deseamos vivir moralmente debemos actuar acorde a nuestro mejor juicio para obtener aquello que valoramos y por consiguiente nos da la felicidad en el largo plazo. Esto implica, claro está, respetar el código de valores ajeno y no usar la violencia para imponer el propio por tanto, el gobierno se instituye para asegurar el respeto a los derechos individuales que posibilitan la convivencia pacífica e impartir justicia. 

Si estamos de acuerdo en que nadie debería poder imponer su visión de vida a los demás y que por consiguiente debemos respetar los derechos individuales para convivir en paz, entonces, ¿por qué los legisladores creen que pueden imponer su visión del mundo al resto? ¿Por qué se creen con el derecho de imponer fines al resto?

Si a estos legisladores de verdad les importara la vida humana, estarían preocupados por  ayudar a reducir el número de muertes violentas en el país, si en verdad les interesara la familia y los niños, revisarían el tema de la Ley “anti-adopciones” y los hogares “seguros”, quitarían las trabas a la inversión y creación de riqueza para disminuir la migración.

Los diputados, una vez más se extralimitan en sus funciones, se creen los señores feudales con el derecho para imponer su visión de vida y castigar al que no la obedezca. Se creen con el derecho de censurar y regular con quién compartes tu cama. 

@Md30

Facebook.com/Mda30

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

 

Diputados en tu cama

María Dolores Arias
09 de mayo, 2017

A finales de abril, un grupo de diputados liderados por Aníbal Rojas del partido Visión y Valores, VIVA, presentaron la iniciativa “Ley para la protección de la Vida y la Familia”. En declaraciones a la prensa afirmaron que esta iniciativa estaba respaldada por miles de ciudadanos que solicitaron se legisle sobre los temas de aborto y matrimonios del mismo sexo. Ante la solicitud, estos diligentes diputados decidieron crear una iniciativa que reforma algunos artículos del Código Civil y del Penal.  

La iniciativa está conformada en tres partes: la primera se enfoca en lo que ellos llaman “protección del derecho a la vida” que básicamente aborda el tema del aborto. La segunda parte se enfoca en la “la familia y el matrimonio” que establece una definición de familia y prohíbe aquello que no se sujete a esta definición. Además establece la libertad para decidir el tipo de educación de los hijos, prohíbe enseñar sobre diversidad pero a su vez defiende la libertad de expresión y de conciencia, ¿contradictorio? ¡Por supuesto! La tercera parte indica la postura acorde a esta ley que deberán asumir los funcionarios guatemaltecos en el ámbito internacional. 

Hay varios puntos que se pueden considerar de la anterior iniciativa como el aborto el cual sólo  mencionaré y me enfocaré en la supuesta protección de la familia y el matrimonio.  En el tema del aborto sólo mencionaré que requiere de un análisis más profundo como ¿debería, en algún momento, la mujer dejar de ser dueña de su cuerpo para convertirse en una incubadora? ¿En qué momento se es sujeto de derecho? ¿Es lo mismo un potencial de vida que vida? Por el momento la Constitución en el artículo 3, declara que el estado garantiza la vida humana desde su concepción, así que cabría preguntar si esta afirmación es correcta.

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Empecemos por el principio que los derechos individuales están por encima de las creencias de cualquier mayoría o minoría, están por encima de cualquier deseo, capricho o buenas intenciones de cualquiera. Es decir, nadie tiene el derecho de violar los derechos de los demás, aun cuando tenga “buenas intenciones”. 

En una República, a diferencia de una Democracia, no importa cuántos firmen la petición, el filtro o criterio de legitimidad; no es la cantidad de firmas de apoyo sino el respeto a los derechos individuales. Derechos  bien entendidos como la vida, la libertad, la propiedad y la búsqueda de la felicidad.

La iniciativa no podía ser más desafortunada y contradictoria en el tema de la familia y el matrimonio. Empecemos con el principio fundamental de que las personas tenemos derechos, no por gracia del gobierno, Estado, rey o autoridad superior sino porque son necesarios para lograr nuestros fines y poder vivir en sociedad de forma pacífica. Son un concepto moral ya que nos permite convivir acorde a nuestros valores unos con otros.  

Nuestra moral es ese código de valores que guía nuestras decisiones y acciones, las cuales determinan el propósito y curso de nuestra vida. Así que si deseamos vivir moralmente debemos actuar acorde a nuestro mejor juicio para obtener aquello que valoramos y por consiguiente nos da la felicidad en el largo plazo. Esto implica, claro está, respetar el código de valores ajeno y no usar la violencia para imponer el propio por tanto, el gobierno se instituye para asegurar el respeto a los derechos individuales que posibilitan la convivencia pacífica e impartir justicia. 

Si estamos de acuerdo en que nadie debería poder imponer su visión de vida a los demás y que por consiguiente debemos respetar los derechos individuales para convivir en paz, entonces, ¿por qué los legisladores creen que pueden imponer su visión del mundo al resto? ¿Por qué se creen con el derecho de imponer fines al resto?

Si a estos legisladores de verdad les importara la vida humana, estarían preocupados por  ayudar a reducir el número de muertes violentas en el país, si en verdad les interesara la familia y los niños, revisarían el tema de la Ley “anti-adopciones” y los hogares “seguros”, quitarían las trabas a la inversión y creación de riqueza para disminuir la migración.

Los diputados, una vez más se extralimitan en sus funciones, se creen los señores feudales con el derecho para imponer su visión de vida y castigar al que no la obedezca. Se creen con el derecho de censurar y regular con quién compartes tu cama. 

@Md30

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República es ajena a la opinión expresada en este artículo