Por: Manuela Trillos
Con la numerosa emigración de guatemaltecos hacia Estados Unidos, Guatemala forma parte de los principales países receptores de remesas en América latina.
La mayoría de los emigrantes guatemaltecos que se van del país y envían remesas son los que pertenecen a hogares con bajos ingresos. Estos se van por razones económicas y de seguridad, puesto que no encuentran soluciones u oportunidades en su propio país. Es debido a esto, que las remesas representan una ayuda significativa para dichos hogares, ya que les permite aumentar el consumo de bienes de primera necesidad y tener acceso a educación y salud.
Organizaciones internacionales tales como el Banco Mundial tienden a considerar las remesas como una oportunidad de desarrollo para países donde estas transferencias representan una parte importante del PIB. Es por ello, que Guatemala siendo un país dependiente de esto, debería de invertir más en las microempresas para que estas no se vayan únicamente al gasto, sino que también ayuden a incentivar la economía del país.
Desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó amenazas de un endurecimiento en las políticas migratorias, Guatemala se ha visto en serios problemas ya que la mayoría de las remesas enviadas por ellos, ocupan un lugar esencial en la economía de miles de familias.
Según el vocero del Banco de Guatemala, Ivar Romero, las remesas representan el 10,3% del Producto Interno Bruto (PIB) de Guatemala, por lo que una caída de estas tendría un gran impacto en la economía nacional.
Por otro lado, según las estadísticas del ingreso de divisas por remesas familiares del Banguat, se revela cómo estas han ido creciendo a través de los años, pero más desde que Donald Trump se posicionó en la presidencia de los EEUU.
Se puede observar que diciembre del 2016 fue uno de los meses en el que más se enviaron recursos hacia Guatemala en ocho años (678.411.9 millones), pero actualmente marzo sobrepasó las divisas llegando a 739,817.0 millones, lo cual demuestra que muchos guatemaltecos tienen temor a que en cualquier momento haya aumento en los costos de los envíos y transferencias, así como a mayores controles para las personas que remiten dichos capitales.
Lo anterior demuestra que se está afectando de manera directa al sector exportador ya que al ingresar mayor cantidad de remesas al país, el tipo de cambio de viene a bajo. El colmo es que Guatemala siendo un país poco productor, incentive más las importaciones que las exportaciones, cuando debería ser todo lo contrario.
A pesar de que este año se estén enviando grandes cantidades de dinero al país, al final todo dependerá de cuántas personas sean deportadas a Guatemala, ya que en esa medida podrían afectarse los flujos de remesas familiares recibidas de EE. UU. y a su vez, la economía nacional.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Por: Manuela Trillos
Con la numerosa emigración de guatemaltecos hacia Estados Unidos, Guatemala forma parte de los principales países receptores de remesas en América latina.
La mayoría de los emigrantes guatemaltecos que se van del país y envían remesas son los que pertenecen a hogares con bajos ingresos. Estos se van por razones económicas y de seguridad, puesto que no encuentran soluciones u oportunidades en su propio país. Es debido a esto, que las remesas representan una ayuda significativa para dichos hogares, ya que les permite aumentar el consumo de bienes de primera necesidad y tener acceso a educación y salud.
Organizaciones internacionales tales como el Banco Mundial tienden a considerar las remesas como una oportunidad de desarrollo para países donde estas transferencias representan una parte importante del PIB. Es por ello, que Guatemala siendo un país dependiente de esto, debería de invertir más en las microempresas para que estas no se vayan únicamente al gasto, sino que también ayuden a incentivar la economía del país.
Desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó amenazas de un endurecimiento en las políticas migratorias, Guatemala se ha visto en serios problemas ya que la mayoría de las remesas enviadas por ellos, ocupan un lugar esencial en la economía de miles de familias.
Según el vocero del Banco de Guatemala, Ivar Romero, las remesas representan el 10,3% del Producto Interno Bruto (PIB) de Guatemala, por lo que una caída de estas tendría un gran impacto en la economía nacional.
Por otro lado, según las estadísticas del ingreso de divisas por remesas familiares del Banguat, se revela cómo estas han ido creciendo a través de los años, pero más desde que Donald Trump se posicionó en la presidencia de los EEUU.
Se puede observar que diciembre del 2016 fue uno de los meses en el que más se enviaron recursos hacia Guatemala en ocho años (678.411.9 millones), pero actualmente marzo sobrepasó las divisas llegando a 739,817.0 millones, lo cual demuestra que muchos guatemaltecos tienen temor a que en cualquier momento haya aumento en los costos de los envíos y transferencias, así como a mayores controles para las personas que remiten dichos capitales.
Lo anterior demuestra que se está afectando de manera directa al sector exportador ya que al ingresar mayor cantidad de remesas al país, el tipo de cambio de viene a bajo. El colmo es que Guatemala siendo un país poco productor, incentive más las importaciones que las exportaciones, cuando debería ser todo lo contrario.
A pesar de que este año se estén enviando grandes cantidades de dinero al país, al final todo dependerá de cuántas personas sean deportadas a Guatemala, ya que en esa medida podrían afectarse los flujos de remesas familiares recibidas de EE. UU. y a su vez, la economía nacional.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo