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Reconozcamos el esfuerzo de las madres guatemaltecas

Antonio Melgar
09 de mayo, 2017

Cada diez de mayo los guatemaltecos celebramos el Día de la Madre, a las mujeres que dan vida y a quienes muchos de nosotros les debemos horas de esfuerzo y dedicación. Pero más allá de celebrar, creo que debemos analizar en qué condiciones están las madres guatemaltecas, porque muchas para salir adelante también deben migrar y desde lejos esperar que sus hijos tengan un mejor futuro, en un Estado que parece darle la espalda a sus ciudadanos.

Siempre que pienso en mi madre, lo hago con mucho cariño y admiración. Creo que la celebración del diez de mayo no debería limitarse a un solo día, y tampoco a un regalo o un almuerzo, y más si analizamos en qué condiciones sobreviven las familias en el país, sobre todo en esas áreas a donde ni los políticos llegan con sus promesas.
Siempre he creído que los buenos ciudadanos somos más, y prueba de ello son las madres, mujeres que con un poder sobre humano buscan el alimento para sus hijos, y que solo con verlos triunfar sienten una enorme alegría que puede traducirse muchas veces en lágrimas de júbilo. Muchas de ellas tal vez sin haberse comprado zapatos o algún gusto que muchos podemos darnos, todo para que a sus hijos nunca les falta nada.
Como lo dije en un principio, son muchas las familias que viven en condiciones precarias y muchas veces las mujeres son quienes deciden emprender una lucha para que sus hijos no tengan el mismo destino, y así es como deciden migrar, y miles lo han hecho por el llamado “sueño americano”.
Ellas son las que no podrán celebrar en familia este diez de mayo, porque decidieron que migrar era una mejor opción, aunque eso signifique dejar a sus hijos con familiares, pero todo con la intención de que no les falte alimento y educación, y de estos casos creo que todos conocemos uno o incluso podemos serlo.

No puedo dejar de admirar el coraje y el amor que las impulsa, creo que son la muestra más evidente del sentimiento materno, que con tal de tener un mejor futuro arriesga el propio.
Por eso desde aquí debemos rendir una celebración especial a esas madres migrantes que aunque no están aquí, si inciden en la vida de miles de niños, y no pierden la esperanza de un día volver a abrazarlos y verlos triunfar.
Pero la felicitación y celebración, también se debe hacer extensiva a todas las mujeres que con horas de extenuante trabajo también buscan sobresalir en el país.

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Las madres son la muestra del amor desinteresado, y que sin reparos lo dan todo, y de ellas debemos aprender todos los ciudadanos, a dar todo de nosotros, en la búsqueda del bien común y pensando en que lo que hoy hagamos será el futuro del país.
Espero que el Estado y sus instituciones, no solo se limiten a desearles un feliz día, porque ellos también tienen la responsabilidad de brindar un futuro sostenible a todos y ni que decir que muchas de las mujeres trabajadoras no tienen acceso al seguro social porque deciden trabajar por su cuenta y sus condiciones de salud son vulnerables.
El Estado tiene necesidad de reconocer muchos sectores, pero las mujeres en Guatemala son uno de los que más desprotegidos se encuentran, y será a medida que sean reconocidos sus derechos que veremos un verdadero desarrollo en el país.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

 

Reconozcamos el esfuerzo de las madres guatemaltecas

Antonio Melgar
09 de mayo, 2017

Cada diez de mayo los guatemaltecos celebramos el Día de la Madre, a las mujeres que dan vida y a quienes muchos de nosotros les debemos horas de esfuerzo y dedicación. Pero más allá de celebrar, creo que debemos analizar en qué condiciones están las madres guatemaltecas, porque muchas para salir adelante también deben migrar y desde lejos esperar que sus hijos tengan un mejor futuro, en un Estado que parece darle la espalda a sus ciudadanos.

Siempre que pienso en mi madre, lo hago con mucho cariño y admiración. Creo que la celebración del diez de mayo no debería limitarse a un solo día, y tampoco a un regalo o un almuerzo, y más si analizamos en qué condiciones sobreviven las familias en el país, sobre todo en esas áreas a donde ni los políticos llegan con sus promesas.
Siempre he creído que los buenos ciudadanos somos más, y prueba de ello son las madres, mujeres que con un poder sobre humano buscan el alimento para sus hijos, y que solo con verlos triunfar sienten una enorme alegría que puede traducirse muchas veces en lágrimas de júbilo. Muchas de ellas tal vez sin haberse comprado zapatos o algún gusto que muchos podemos darnos, todo para que a sus hijos nunca les falta nada.
Como lo dije en un principio, son muchas las familias que viven en condiciones precarias y muchas veces las mujeres son quienes deciden emprender una lucha para que sus hijos no tengan el mismo destino, y así es como deciden migrar, y miles lo han hecho por el llamado “sueño americano”.
Ellas son las que no podrán celebrar en familia este diez de mayo, porque decidieron que migrar era una mejor opción, aunque eso signifique dejar a sus hijos con familiares, pero todo con la intención de que no les falte alimento y educación, y de estos casos creo que todos conocemos uno o incluso podemos serlo.

No puedo dejar de admirar el coraje y el amor que las impulsa, creo que son la muestra más evidente del sentimiento materno, que con tal de tener un mejor futuro arriesga el propio.
Por eso desde aquí debemos rendir una celebración especial a esas madres migrantes que aunque no están aquí, si inciden en la vida de miles de niños, y no pierden la esperanza de un día volver a abrazarlos y verlos triunfar.
Pero la felicitación y celebración, también se debe hacer extensiva a todas las mujeres que con horas de extenuante trabajo también buscan sobresalir en el país.

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Las madres son la muestra del amor desinteresado, y que sin reparos lo dan todo, y de ellas debemos aprender todos los ciudadanos, a dar todo de nosotros, en la búsqueda del bien común y pensando en que lo que hoy hagamos será el futuro del país.
Espero que el Estado y sus instituciones, no solo se limiten a desearles un feliz día, porque ellos también tienen la responsabilidad de brindar un futuro sostenible a todos y ni que decir que muchas de las mujeres trabajadoras no tienen acceso al seguro social porque deciden trabajar por su cuenta y sus condiciones de salud son vulnerables.
El Estado tiene necesidad de reconocer muchos sectores, pero las mujeres en Guatemala son uno de los que más desprotegidos se encuentran, y será a medida que sean reconocidos sus derechos que veremos un verdadero desarrollo en el país.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo