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Jamás digas esto cuando renuncias o te despiden de una empresa

Mario Winter
12 de mayo, 2017

Muchas veces al renunciar a un trabajo, o peor aún, cuando se trata de un despido, pasan por la mente muchas ideas de cómo reaccionar frente a esta situación. Lo malo es que muchos pensamientos no son los correctos y lo que hacemos es terminar de complicar más esos momentos incómodos.

Es importante que tengas en cuenta que seguro, cada persona con la que te relacionaste en ese empleo, se convertirá en una oportunidad de abrir o cerrar puertas en un futuro, por lo que es necesario salir con elegancia, demostrando educación y no con enojo o maltratando a medio mundo.

Estas cuatro sugerencias te ayudarán:

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1. No debes ser grosero y descortés

Hacer una grosería o tener un mal comportamiento con tu jefe, compañeros y con la empresa en general, sólo dañará tu reputación. Si hasta el momento has sido un buen compañero, ten en cuenta en estos casos que “la última impresión jamás se olvida”.

Quizás estés furioso o decepcionado, lo mejor es tranquilizarse y buscar desahogo con alguien externo o fuera de la empresa, de otra forma, terminarás diciendo cosas sin pensar que hieran a otros, o peor aún, ocasionen un enfrentamiento.

2. El orgullo y la  prepotencia

Dar la impresión de sentirse superior a otros por un mejor sueldo o mejores condiciones de trabajo, o decir que seguro te va a salir una mejor oportunidad de trabajo donde ganarás más,  causa una molestia innecesaria a tus excompañeros.

Lo mejor es llevarse relaciones armoniosas del lugar, uno nunca sabe cuándo se inviertan los papeles. Además, después de todo, las condiciones del nuevo trabajo todavía son desconocidas para ti. Cuidado: podrías caer en una situación que te lleve a arrepentirte de tu decisión.

3.  No hablar mal del lugar y de la empresa

Relacionado con el punto anterior: no ganas nada si haces sentir mal a las personas que se quedan a trabajar en la empresa que tú estás dejando, o peor aún, a las que recién ingresan. Así como tú deseas suerte en tu trayectoria, proyecta esa misma consigna para tus predecesores.

4. No juzgar a tu jefe o a tu antiguo trabajo

Frases como “aquí no saben tratar a la gente”, “no necesito más de ustedes” y “nunca disfruté este trabajo”, son una pésima forma de despedirte de un sitio laboral, no tanto porque sean ciertas, sino por lo que denotan de ti.

Juzgar personalmente a tu jefe podría llevarte desahogar tus sentimientos en el momento, pero recuerda que a futuro, son tus superiores quienes se convierten en las primeras referencias a las que tus nuevos empleadores suelen contactar.

Por último, si te marchas quejándote del trabajo que hacías, proyectas más contra ti que contra la empresa, pues lo más lógico sería preguntarse si te resultaba tan mala opción ¿por qué aceptaste permanecer allí?

Con informacion de ENTREPRENEUR

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Jamás digas esto cuando renuncias o te despiden de una empresa

Mario Winter
12 de mayo, 2017

Muchas veces al renunciar a un trabajo, o peor aún, cuando se trata de un despido, pasan por la mente muchas ideas de cómo reaccionar frente a esta situación. Lo malo es que muchos pensamientos no son los correctos y lo que hacemos es terminar de complicar más esos momentos incómodos.

Es importante que tengas en cuenta que seguro, cada persona con la que te relacionaste en ese empleo, se convertirá en una oportunidad de abrir o cerrar puertas en un futuro, por lo que es necesario salir con elegancia, demostrando educación y no con enojo o maltratando a medio mundo.

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1. No debes ser grosero y descortés

Hacer una grosería o tener un mal comportamiento con tu jefe, compañeros y con la empresa en general, sólo dañará tu reputación. Si hasta el momento has sido un buen compañero, ten en cuenta en estos casos que “la última impresión jamás se olvida”.

Quizás estés furioso o decepcionado, lo mejor es tranquilizarse y buscar desahogo con alguien externo o fuera de la empresa, de otra forma, terminarás diciendo cosas sin pensar que hieran a otros, o peor aún, ocasionen un enfrentamiento.

2. El orgullo y la  prepotencia

Dar la impresión de sentirse superior a otros por un mejor sueldo o mejores condiciones de trabajo, o decir que seguro te va a salir una mejor oportunidad de trabajo donde ganarás más,  causa una molestia innecesaria a tus excompañeros.

Lo mejor es llevarse relaciones armoniosas del lugar, uno nunca sabe cuándo se inviertan los papeles. Además, después de todo, las condiciones del nuevo trabajo todavía son desconocidas para ti. Cuidado: podrías caer en una situación que te lleve a arrepentirte de tu decisión.

3.  No hablar mal del lugar y de la empresa

Relacionado con el punto anterior: no ganas nada si haces sentir mal a las personas que se quedan a trabajar en la empresa que tú estás dejando, o peor aún, a las que recién ingresan. Así como tú deseas suerte en tu trayectoria, proyecta esa misma consigna para tus predecesores.

4. No juzgar a tu jefe o a tu antiguo trabajo

Frases como “aquí no saben tratar a la gente”, “no necesito más de ustedes” y “nunca disfruté este trabajo”, son una pésima forma de despedirte de un sitio laboral, no tanto porque sean ciertas, sino por lo que denotan de ti.

Juzgar personalmente a tu jefe podría llevarte desahogar tus sentimientos en el momento, pero recuerda que a futuro, son tus superiores quienes se convierten en las primeras referencias a las que tus nuevos empleadores suelen contactar.

Por último, si te marchas quejándote del trabajo que hacías, proyectas más contra ti que contra la empresa, pues lo más lógico sería preguntarse si te resultaba tan mala opción ¿por qué aceptaste permanecer allí?

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